18 diciembre 2013

Problemas y bizcochos

Hoy era un día especial para los mediadores que participaron conmigo en divulgar este método con los alumnos de 3º de ESO, habíamos propuesto llevar un regalo y repartirlo, tipo amigo invisible pero en plan rápido.
Cuando me acerco al aula de convivencia, veo un revuelo extraño, sospecho que ha habido algún problemilla. Junto al aula están el despacho del director y jefatura de estudios por eso tenemos dos bancos de madera que relajan algunas esperas. Hoy estaban llenos, chicos y chicas alterados, unos asustados, otros llorosos, otros enfadados, sentados, de pie, paseando, apoyados en una columna o en la pared,... todos alborotados y preocupados. Mis mediadores esperaban con cara de circunstancias, miro por la ventana de cristal si hay alguien en mi aula (el aula de convivencia es un poco mía, al menos yo la siento así) y veo una muchacha llorando desconsolada. Respiro hondo, miro a mis chicos y les pido un minuto, sé que no es fácil quedarse en medio de esos "procelosos mares", pero tengo que hablar con ella primero.
M.E.: "¿Qué ha pasado Rosa?"
Rosa: "No valgo para estudiar, no valgo para nada". Lo ha dicho entre sollozos, me ha costado entenderla, además tiene la cabeza apoyada entre los brazos y no le veía la cara.
M.E.: "Venga mujer, que has tenido muchos problemas y hemos encontrado soluciones."
Rosa: "Que no, que esta vez la he hecho muy gorda, muy gorda, que me van a expulsar muchos días".
Estoy sorprendida, no la he visto así de preocupada jamás, le ofrezco un pañuelo de papel, saco el paquete del bolsillo y mientras cojo uno le digo: "te lo voy a dar sin usar, ¿supongo que lo prefieres así?". Es una broma que suelo hacerles y les saco una sonrisa, pero hoy no, no lo he conseguido.
M.E.: "¿Te acuerdas del año pasado?, conseguimos solucionar muchos problemas".
Rosa: que sigue llorando a moco tendido, "esta vez no".
Le doy un beso en la frente y le invito a que se desahogue, que llore un poquito y luego hablamos. También le pido permiso para que deje entrar a mis mediadores, vuelve a colocar la cabeza entre los brazos y me dice que si.
Sentía que la situación era bastante surrealista, una niña llorando y esperando a pasar por jefatura, los otros fuera alterados, yo repartiendo regalos a mis mediadores, ... nada cuadraba. Como algunos mediadores son alumnos del grupo en el que había sucedido ese "algo" que alteraba tanto, les he preguntado y me han contado que algunos chicos han estado tomando el pelo a Rosa, que le han cantado una canción en otro idioma, que le han quitado un muñeco y que al final ella se ha alterado tanto que le ha tirado una silla a uno de ellos (por suerte no le ha dado) y ha roto una mesa. 
Tras recuperarme de la impresión he decidido que había que repartir los regalos, luego ya vería qué podía hacer. He tenido mucha suerte, me ha tocado un portalápices chulísimo y a Luis le han tocado bombones que ha compartido con todos nosotros. Nos hemos sentido bien, nos hemos reído un poco y les he mandado al recreo para poder ocuparme un poco del lío. 
En realidad solo quería conocer qué sucedió, todos los chicos pertenecen a un grupo que en este curso nos está dando problemas, hemos hecho algunas intervenciones pero no acabamos de ver el cambio que deseamos. Ayer mismo comentaba con el tutor la necesidad de incluir alguna sanción disciplinaria para que no piensen que hagan lo que hagan no pasa nada, hay límites que no pueden ni deben sobrepasar. Casi fue una conversación premonitoria.
Vuelvo a hablar con Rosa y acabamos coincidiendo en que se meten mucho con ella, la provocan con frecuencia porque saben que no controla sus impulsos. Rosa tiene mucha energía, pero no la controla, ni su energía, ni sus emociones, y debe empezar a hacerlo para poder convivir mejor y no pasarse todo el día con grescas.
Se acerca el director y me comenta que uno de los chicos implicados es uno de mis mediadores. Lo sé y después de hablar con Rosa lo paso al aula. Andrés es muy inquieto, hablador, simpático, lleno de iniciativa, pero se mete en líos que debería eludir. Su afán de estar en medio de todo le lleva a equivocarse de lugar y de momento en más de una ocasión. Me cuenta entre suspiros lo sucedido, bueno, su versión de lo sucedido. Una versión matizada por el susto, la incapacidad de aceptar las consecuencias y un tremendo bloqueo emocional que le provoca lagunas. No tiene mucho sentido reprenderle, prefiero hacerle ver que algo no estuvo bien, lo reconoce, está arrepentido, vuelve a clase tras calmarse un poco. Mañana lo buscaré, tengo dudas, pero si supera bien esta prueba en próximo curso puede ser un gran mediador, aprender de las propias experiencias enriquece mucho.
Queda otro muchacho en el banco, le pregunto y me cuenta que él empezó todo porque sacó un peluche de la mochila de Rosa y lo empezó a tirar por ahí, ella gritó, se rieron y lo siguieron lanzando, le dieron patadas, salió al pasillo,... Pero que luego no participó en lo de la canción. 
M.E.: "¿Te das cuenta de que tú empezaste todo este lío?".
Justifica, echa balones fuera, todo menos decir "sí, lo empecé y lo siento". Puedo entender que se les vaya de las manos, pero que no reconozcan su parte de responsabilidad... Está muy cerrado en su postura, lo conozco bien, es tozudo y no dará su brazo a torcer; se aferrará a su postura y se enfadará con el mundo si insisto así que también lo dejo estar.
Algunos problemas son como los bizcochos, nada más salir del horno están muy altos, necesitan un poco de reposo para bajar y poder comerlos. Veremos qué pasa mañana.

11 diciembre 2013

Quería fastidiarla

Tocaban exámenes de recuperación y, en un alarde de confianza, he pensado que a pesar del frío y la niebla eran pocos los que debían recuperar y por ello podía dejarles un balón de fútbol al resto. La idea ha sido acogida con entusiasmo y tras pasar lista, dar las recomendaciones de rigor y exigir que me lo devolvieran a mi personalmente al terminar la clase se han ido. Después de tocaba recreo y la tentación de quedarse con el balón era grande a pesar de los problemas que suelen surgir (colgarlo, perderlo, dejárselo robar por los mayores,...), por ello exigí que me lo entregaran en persona.
Los que tenían pendiente la teoría han terminado antes de que acabara la hora y he podido bajar al patio a ver cómo estaban y para recuperar el balón. 
Al bajar las escaleras he oído rumores, había un grupo de alumnos en los radiadores, junto a la puerta de salida; ante mi cara de extrañeza (totalmente simulada, bastante sabía yo que no apetecía salir al patio) se han apresurado a comentar.
María: "Es que hace mucho frío fuera".
Raúl: "Va a tocar en seguida". Se refiere al timbre de fin de clase.
M.E.: "¡Pero qué flojos sois!, ¡con lo malo que es el radiador para la celulitis!".
Nos reímos, más bromas. Son encantadores, no me puedo enfadar con ellos. 
Salgo al patio y paso por la puerta de la cafetería para comprobar que ninguno de ellos ha entrado. Miro por la ventana de paso, solo están los chicos de ciclos formativos y de bachillerato que tienen matrículas parciales. Me alegro de que no se hallan saltado la norma.
Al llegar al patio veo un grupo pequeño al fondo de la pista en la que no juegan partido, es raro, sigo y llega Fabio con un guante sucio, mojado y con una hoja seca enganchada gritando.
Fabio: "Eva, mira cómo te ha dejado Mapulay el guante".
Eva: "¡Qué asco!", su expresión confirmaba sus palabras.
No era para menos, prefiero no recrearme en descripciones. Rápidamente se empieza a hacer corrillo.
Mapulay: "Me ha estado grabando en vídeo con el móvil y no lo ha querido borrar".
Eva: "No he grabado, hacía como que grababa pero no lo he hecho".
Su lenguaje corporal denota la tensión y la rabia que sienten las dos. 
Mapulay; "Si, me ha grabado y Ana también".
Ana: "No es cierto, no le he hecho ni una foto".
M.E.: "Basta".
Lo digo muy tajante porque si no lo corto se me irá de las manos, ellas empiezan a gritar más, a moverse amenazadoras y el grupo parece disfrutar con tanta tensión. Uno de mis caballos de batalla es ese precisamente, el corrillo que en vez de calmar alimenta la discusión.
M.E.: "Dame el guante, todos fuera, vosotras quedaros y vamos a aclarar todo esto porque no entiendo nada". Pido a Mapulay su versión.
Mapulay: "Pues que estaba aquí y Eva me ha grabado con el móvil (le hago un gesto a Eva que deseaba intervenir y ella se frena, no es necesario utilizar palabras, me gusta su actitud), y luego estaban las dos mirando el móvil y a mí y riéndose".
Le toca el turno a Eva que, a pesar de no estar muy de acuerdo con esa versión, ha sabido esperar. También es cierto que tiene a su lado a Ana y que Mapulay estaba sola.
Eva: "No le he grabado, he hecho como que le grababa pero no lo he hecho".
Mapulay: "Si, y Ana también".
M.E.: "A ver, por lo que estoy oyendo ¿habéis sacado el móvil sabiendo que está prohibido?".
Eva y Ana asienten, intentan justificar que el enfado de Mapulay es inadecuado, pero no les hago caso y vuelvo a mi tema.
M.E.: "Quizás tendríamos que ir a Jefatura para que revisaran vuestros móviles a ver si tenéis fotos o vídeo de Mapulay".
Tras un segundo de sorpresa, desconcierto y preocupación.
Eva: "Mira mi móvil si quieres, no hay fotos".
M.E.: "No me corresponde a mí, sino a Jefatura" (insisto, parece que esa posibilidad ayudará a que me cuenten la verdad).
Ana: "Es una broma, nos hacemos fotos todos los días y nadie se enfada".
Mientras hablamos Mapulay ha cogido el guante y lo está lavando en la fuente, permanece callada.
M.E.: "Si a Mapulay no le hace gracia no es una broma, (me miran serias, creo que van comprendiendo), hay cosas que a mí me dan igual y a Eva le molestan y al revés, cosas que a Eva le dan igual y a mí me molestan. Si a ella le ha molestado es que no era una broma".
Me preocupa Mapulay, me parece la más débil, su naturaleza no es permanecer en silencio y no deseo que se sienta injustamente tratada.
M.E.: "¿Ensuciando el guante querías arreglar algo o solo fastidiarla porque ella te había fastidiado antes?".
Mapulay: "Solo quería fastidiarla".
Es evidente que no podía quitarle el móvil ni impedir que se rieran de ella, solo el quedaba la venganza.
M.E.: "¿Qué hacéis con esas fotos?, si las colgáis en internet vais a tener problemas, ¿no os dais cuenta de que sois menores?, ¿de que si alguien os denuncia vuestros padres pueden acabar en prisión?. No es una tontería lo que estáis haciendo, estáis jugando con fuego y os podéis quemar en cualquier momento".
Todas están serias, Mapulay le entrega el guante a Eva que lo recoge.
M.E.: "No podéis hacer bromas que no gusten, si otro se enfada también es mi responsabilidad, sobretodo si lo que hago es para que se enfade".
Eva: "Lo siento Mapulay".
Lo ha dicho de corazón, me ha encantado, pero Mapulay está bloqueada y he sido yo quien ha hablado por ella.
M.E.: "Mapulay también lo siente, lavando el guante te ha pedido perdón".
Como en una película suena el timbre. Es el final, y en esta ocasión creo que de verdad está resuelto.

27 noviembre 2013

La patata

Hoy ha sido un día especial, muy especial, mis alumnos me han felicitado; cuando hemos entrado en el gimnasio los chicos de 2º de ESO me decían felicidades, sin saber muy bien por qué, habían oído campanas, habían visto a mis compañeros dándome besos y abrazos, felicitándome y ellos han hecho lo mismo, yo les sonreía y una muchacha me ha preguntado si era mi cumpleaños, sonriendo le he dicho que no, se ha sorprendido.
Laura: "Y ¿por qué te estamos felicitando?".
M.E.: "Porque acabo de ser abuela".
Se han sorprendido un poco, pero como me veían radiante han continuado con los comentarios. Hemos hecho clase en el gimnasio, hoy no se podía salir al patio por el frío y he empezado con rock and roll.
Mi fantástica Rosa ha preparado unas tartas de chuches que he colocado en secretaría y en la sala de profesores para que todos nos endulzáramos la vida con la noticia, necesitaba compartir mi alegría.
Al llegar el primer recreo se ha acercado a mí Cistian, un muchacho del que ya he hablado (mi amigo, mi problema) en otras ocasiones y, como siempre, comiéndose el bocadillo, me ha felicitado (él si conocía el motivo).
Cristian: "Mira, te he traído ésto", y ha sacado una patata del bolsillo.
La he cogido con una cara de sorpresa total, es sin duda alguna el regalo más original que me han hecho.
Cristian: "Es que quería regalarte algo y como no sabía el qué, he cogido lo primero que he visto en casa".
Le he sonreído y le he hecho una carantoña, no le gustan los besos. Le he agradecido el detalle y, de verdad, lo he hecho de corazón porque me ha llegado muy hondo. Me ha parecido una demostración de cariño poco frecuente en mis chicos, mis alumnos. Esa espontaneidad, esa impulsividad, el deseo de regalar, acordarse de mí al salir de casa, todo me ha parecido precioso.
Cristian no se imagina cómo valoro su detalle, cuánto me ha llegado al corazón.
Realmente no pensé jamás que una simple patata pudiera significar tanto, que un regalo tan sencillo fuera tan importante para mí. Me suceden estas cosas y confirmo que merece la pena seguir luchando por estos muchachos difíciles y con problemas. Continuaré pensando cómo hacerles conscientes de lo importantes y valiosos que son en mi vida y en la de muchas otras personas.
Gracias por la patata Cristian.

20 noviembre 2013

Desde allí se ven muchas cosas

M.E.: "Buenos días, Rosa"
Y Rosa sale con su brillante sonrisa y va directa a prepararme el cortado y la chocolatina, a veces, me mira y pregunta. "lo de siempre, ¿no?".
Es un placer tener ese espacio, a mí me encantaría darle más vidilla. Tenemos una cafetería grande, bonita, con una responsable que vale mucho más de lo que aparenta; ahora no tengo tiempo, pero creo que estas vacaciones voy a buscar la forma de utilizarla para "otras actividades". El insti es un lugar fantástico para realizar dinámicas que no están en los libros, esas que no cuentan para el currículo, ni para los inspectores que solo ven los números de las notas; dinámicas que les van a ayudar a ser adultos felices, responsables y coherentes. Creo que la próxima dinámica con los ciclos formativos puede ser una buena idea.
Para mí la cafetería no es solo un lugar donde descanso, me recompongo con mi cortado o me río y bromeo con Rosa o los compañeros, es también un lugar donde me entero de muchas, muchísimas cosas.
Rara es la semana que no entro allí y cuando me sirve el café le pregunto por algún chico, por un incidente,...

M.E.: "¿Es verdad que a Miguel le tratan mal?".
Rosa: "Eso no lo he visto, pero viene a comprar chicles y se le pegan como moscas y le piden la mitad".
M.E.: "Abusan, claro. Como no se relaciona bien, así pensará que le aprecian y solo se aprovechan".
Rosa: "Yo el otro día les dije que le dejaran en paz, que eran para él".
M.E.: "Tengo que hablar con él para que no compre tantos o para que no los regale".

Otro día me comentaron una alumnas que chicos de ciclos les molestaban.
M.E.: "Rosa, me han dicho unas chicas, el grupo de Ainara, las que se sientan en esa mesa, (señalo con el dedo el lugar), que los chicos de ciclos se meten con ellas y les tiran el papel del bocadillo, ¿has visto algo?".
Rosa suspira, me mira con intención y dice: "Hay de todo, ellas también les enredan".
M.E.: "Vale, ya entiendo, ¿quienes son ellos?".
Rosa: "Son de carrocería, mira, ahora entran dos".
Miro sin ningún disimulo, los alumnos tienen que estar en clase a horas de clase y si entran en la cafetería es por algo. 
M.E.: "¿No tenéis clase?".
Miran con cara de fastidio, uno sigue hacia su mesa habitual,otro se acerca a pedirle a Rosa un bocata y una cocacola; y contestan con desgana que esta la tienen aprobada y no hace falta que vayan. Estoy segura de que no es cierto, pero lo dejo pasar, comprobarlo y tomar medidas me llevaría mucho tiempo, ya hablaré con el jefe de estudios de ciclos. Le informaré y él verá que medidas son más idóneas para evitar estas situaciones.

Pero no es solo eso, a veces llego y le digo que me he olvidado el monedero en casa y me tendrá que fiar, suelo poner cara de pena y ella no duda en hacer todas las bromas que se le ocurren para que nos riamos. Le pedimos hielo para los lesionados, clara de huevo cruda para los quemazos, bocadillos para los que se marean,..

Rosa está como en un Olimpo, por encima de los profesores, por encima de los alumnos, llegan allí en hora de recreo, a barullo, nerviosos por el hambre, ... Ella ve muchas más cosas que los demás, pero también se preocupa de los chicos y chicas, se interesa por sus cosas, les apoya cuando tienen problemas, les escucha, nos informa para que tomemos medidas cuando lo cree necesario. 



A mí me parece un lujo poder contar con la cafetería y, sobretodo, con Rosa, gracias por estar ahí y por estarlo tan bien.

15 noviembre 2013

Lo que desconocemos

Esta semana ha sido un poco extraña, el miércoles tenía algo de tiempo en el instituto para corregir exámenes y organizar las notas, pero el miércoles cuando estaba en el aula de convivencia durante el recreo ha aparecido Robert y me ha preguntado si podíamos hablar, no he dudado en dejar de lado lo que tenía en mente y le he dicho que sí.
Es un muchacho alto, delgado, algo pelirrojo, muy guapo y que baila mejor de lo que estudia a pesar de tener una gran cabeza para aprender lo que desee sin esfuerzo. Llegó a Pedrola con su hermana, una muchacha excepcional, increíble, en los tres meses de verano consiguió un nivel de español casi perfecto, inteligente, guapa, alegre, madura, era una auténtica joya, hizo Secundaria y Bachillerato sin ningún problema y se gano mi simpatía y la de todos los profesores que tuvimos la suerte de darle clase. Estudió Químicas, volvió a su país, se casó y tuvo una niña. Robert me tenía informada porque conoce el gran cariño que tengo a la familia.
Al comenzar el curso me comentó que su cuñado estaba muy mal, que había tenido un derrame cerebral y estaba en la UCI. Le pregunté a veces y me decía unas que peor y otras que estable. Ayer, cuando entró no pensé nada, pero comprendí por su expresión que pasaba algo importante, se sentó a mi lado, triste como no lo había visto jamás y con los ojos enrasados me comentó.
R.: "Se ha muerto mi cuñado".
No reaccioné, tenía una manzana en la mano y me limité a dejarla sobre la mesa y seguí mirándole.
R.: "Murió ayer, mi madre se ha ido a Polonia a estar con mi hermana, se pasa el día llorando y no come nada".
M.E.: "¿Estás solo aquí?".
R.: "No, con mi primo".
Me acerqué y le abracé, él también necesitaba a su madre. Su padre es camionero y está poco tiempo en casa, no puede contemplarlo ni consolarlo. 
Me contó que habían surgido muchas complicaciones y que no las superó. 
Le dije que nos fuéramos a dar un paseo, aunque soplaba bastante cierzo la temperatura no era mala y pensé que un poco de aire libre nos ayudaría a despejar ideas.
Afortunadamente tenemos amplias zonas verdes, porches, espacio para pasear tranquilamente porque Pilar, mi compañera no tenía clase en el patio y así nadie nos veía.
Comenzó a contarme lo importante que ha sido siempre su hermana, cómo le ayudó y apoyó siempre. Doy fe de ello, cuando Robert se matriculó en el IES vino su hermana para pedirme que lo colocara en un buen grupo, me comentó quienes eran sus amigos para que alguno coincidiera en la misma clase. Me alegré tanto de verla, que ni quise ni pude negarle nada, hice cuanto me solicitó. Por eso no me extrañó que él sintiera el dolor de su hermana casi como propio, se lamentaba de no poder estar con ella para ayudarle a pasar este duro momento. 
R.: "Mi madre dice que la quiere traer un tiempo aquí a España para que se aleje un poco de los recuerdos. En su casa todo le trae recuerdos y lo pasa fatal". Habla perfectamente, llegó aquí con 3 años y ahora tiene 16.
M.E.: "Me parece buena idea, así tanto la niña como ella cambian un poco y se recuperan, sobre todo tu hermana".
R.: "Dicen mis padres que seguramente cuando termine el curso nos iremos a vivir otra vez allí".
M.E.: "¿Es definitivo?". La vida de Robert se ha desarrollado aquí, su infancia, su adolescencia, los amigos, las novias, todo está aquí, creo que el cambio es muy fuerte, por eso le pregunté.
R.: "No sé, es que han hablado mucho y no tienen claro lo que vamos a hacer".
M.E.: "Estoy segura de que lo pensarán y harán lo que crean mejor".
R.: "Sabrán elegir lo mejor".
Me encantó la seguridad que mostró sobre la capacidad de decisión de sus padres, sonreí y le comenté que harán lo que crean mejor, pero que seguirán teniendo dudas. Cuando se es padre o madre se toman muchas decisiones, pero siempre se siente el peso de la responsabilidad, las dudas sobre si será lo mejor o no para los hijos. De lo que no dudo es del cariño con que se hace.
Seguimos hablando mucho rato, poco a poco se fue derivando la conversación hacia otros temas, sus estudios.
R.: "Este año voy bien, he aprobado todos los exámenes, pero ahora... No tengo la cabeza para nada".
Hablamos de sus bailes, es un gran bailarín de jumpstyle, le dedica más tiempo a esta afición que a los estudios, pero hay que reconocer que se luce cada vez que hace una exhibición.
Terminó la hora, yo tenía clase y él también. Nos despedimos y reflexioné sobre la gran cantidad de cosas que les pasan a nuestros chicos y chicas y por desconocimiento no lo podemos tener en cuenta para echarles una mano, tenerles más paciencia, o simplemente, escucharles un rato mientras paseamos con el cierzo.

07 noviembre 2013

Mi amigo, mi problema

Tengo un alumno de 1º de ESO que viene casi todos los días a verme al aula de convivencia, Cristian. Es un niño nervioso, rubio, siempre llega con un bocadillo a medias entre la boca y la mano, a pesar de ello habla mucho, rápido, se dispersa con facilidad, me cuenta muchas cosas, me pregunta otras, quiere ser mediador, ... Creo que solo necesita sentirse importante para alguien (además de su familia, claro).
Suele hablar de su amigo Mario con quien tiene una extraña relación de amor - odio. ¡Cuántas veces lo mismo!.

Cristian: "Hoy me ha pegado, yo no le hago nada y el me pega".
M.E.: "¿Quién, Mario?".
Cristian: "Si, estábamos en el pasillo y me ha dado".
M.E.: "¿Pero sois amigos o no?".
Cristian: "Si, pero a veces, me pega y nos enfadamos".
M.E.: "¿Tu le devuelves los golpes?".
Cristian: "A veces si y a veces no, pero estoy cansado".
M.E.: "¿Quieres que hable con él?".
Cristian: "No, que se enfadará conmigo".
Hemos llevado conversaciones parecidas varias veces, no me queda claro nada; pero es cierto que algunos niños que no saben relacionarse demasiado bien acaban teniendo amistades complicadas, esas amor - odio que no satisfacen a nadie, pero que hacen que no siempre estés solo.
He recabado información sobre Cristian y su tutor me dice que él también enreda, que también pega, que también inicia los follones; eso me cuadra más, pero no le he dicho nada, espero que quiera que hablemos los tres juntos y solucionemos el tema de otra forma.
Vuelve y me pregunta:
Cristian: "¿qué hay que hacer para ser mediador?".
M.E.: "Este año nada, no voy a tener más".
Cristian: "Pero quiero ser mediador".
M.E.:  "Te buscaré otro trabajo y podrás ayudar también a que todos estemos mejor, ¿te parece bien?".
Cristian: "Vale" y me sonríe ilusionado.
Tengo claro que no sería un buen mediador, despistado e impulsivo no es compatible con mediador, pero ... quizás otras cosas.
Le pregunto por Mario y dice que ahora no tienen problemas, me alegro. También he preguntado por Mario  a la tutora y me dice que se han juntado el hambre y las ganas de comer, pero que cuando se enfadan Cristian sale perdiendo porque es más delgado y bajito que Mario y si éste le empuja, Cristian sale rodando dos metros.
Hoy ha vuelto al aula de convivencia, tenía conmigo una niña que cometió una infracción pero me pidió perdón y junto al tutor acordamos que no le haría parte de incidencias pero, a cambio, se quedaría un recreo castigada. Ha llegado Cristian y me ha dicho que otra vez tenían problemas.
M.E.: "Esto tiene que acabar, cada semana te quejas, tenéis uno o dos días buenos y otro malo, no puedes seguir así". Hoy está menos activo, cabizbajo, casi triste. "¿Te parece que hable con él y nos juntemos a hablar los tres?".
Crisitan: "Si, vale".
Me he alegrado tanto que ha aparecido una gran sonrisa en mi cara, él me ha mirado y se ha contagiado, también ha sonreído.
M.E.: "Le busco mañana y le digo que venga el lunes. Nos juntamos los tres y hablamos un rato, ¿vale?".
Cristian ha asentido y se ha ido con su bocadillo y una expresión menos preocupada que al principio. Espero que Mario nos lo ponga fácil y este rosario de visitas cambie un poco de contenidos. 

30 octubre 2013

Poder para crear un mundo mejor

Ya empiezan a aparecer problemas en el isnti con los alumnos, discusiones en el patio, mensajes inadecuados en las redes sociales, insultos, menosprecios, desprecios, burlas excesivas,... Lo de siempre.
Es cierto que aparece en los cursos más bajos, en primero y segundo de ESO. Parece que la edad y el trabajo que llevamos a cabo intentando educarles más y mejor en inteligencia emocional y convivencia resultara efectivo con el tiempo, pero cada año tenemos chicos nuevos y es un poco como volver a empezar.
Resulta cada vez más sencillo controlarlo, reducirlo y cambiarlo, pero hay que empezar desde cero para que se calmen y todo vuelva a ser mas armonioso.
Leí una vez que los agresores se crecen con el público, y ¿si no lo tuvieran?, ¿si nadie les corease o les apoyase con su silencio?, ¿sería igual?, creo firmemente que no, por eso no dejo de intentar que aprendan lo importante que es saber utilizar el poder.
Les preguntaba el otro día a un grupo de alumnos de 2º si era mas fácil romper un coche o fabricarlo, lógicamente contestaron que romperlo.
M.E.: "Pues eso es lo que hacéis vosotros, lo fácil. Rompéis cosas, estropeáis relaciones, pero no creáis nada, ¿lo habíais pensado así?". Negaron con la cabeza, ninguno rebatió el argumento.
El poder mal entendido es la causa de muchos problemas. Muchos jóvenes y adolescentes necesitan sentirse importantes y no dudan en convertirse en matones, en chulos, en agresores; la cultura nos ha dicho que si pegas primero das dos veces, y ellos lo han creído. Sé por mi experiencia que no se paran a pensar en otra forma de poder, asimilan poder con imposición por la fuerza. Fuerza física, psicológica, da igual, todo sirve para ser más; nada importa cuánto sufre la víctima, el daño que se le causa, solo importa sentirse poderoso. Lo malo es que siempre hay personas que con su apoyo o con su silencio dejan que esto suceda.
Estoy trabajando con los mediadores para que pasen por las clases invitando a sus compañeros a que utilicen la mediación para las cosas pequeñas, para las tensiones del día a día, para que un conflicto no llegue a ser un problema. Han comprendido que un conflicto es como un cubito de hielo, se disuelve y ya está; un problema es algo que necesita una resolución. Ese es el enfoque que vamos a dar a los adolescentes que tenemos en las clases y esperamos que lo entiendan.
Estamos haciendo ensayos para que se haga cuanto antes y esta mañana, mientras hacíamos un teatrillo ensayando, decía uno de ellos:
Juan: "No pretendemos que seáis amigos, pero en vez de veros y volver la cara, que os digáis hola y adiós sin más".
Me encantó, ¡qué bueno!, ha comprendido perfectamente en mensaje, si "disolvemos" los conflictos no llegaremos a tener problemas.
Estoy viendo como los mediadores crecen, tienen ideas, aportan planteamientos divertidos para presentar una nueva forma de resolver los conflictos, uno de ellos, Andrés, se convertía en un mago, lo representaba como una chistera en la que no había nada y aparecía algo mágico, la mediación, que permitía facilitar la vida a todos y convertirla en un día a día mas amable, transformaba las controversias en un compartir con los demás. Es curioso que ese muchacho, cuando empezamos, daba la impresión de ser tremendamente tímido y reservado, pero en la mediación ha crecido, ha ganado poder, pero no poder para sentirse superior a otro y así insultarlo o intimidarlo; él tiene poder para ayudar, para mejorar el mundo que le rodea.
Este es el mensaje que desearía llevar a todos, poder para crear un mundo mejor, un día a día sano y alegre. Siempre con diferencias, con confrontamientos, pero nunca con problemas difíciles de resolver. Las relaciones interpersonales son gratificantes y ayudan a crecer, vamos a verlas así y no como una oportunidad de hacer daño a otro.

24 octubre 2013

¿Huelga?

Este es el aspecto que tenían las aulas el martes por la mañana, medio vacías; hasta con algunas sillas sobre la mesa, nadie las había bajado, ¿para qué?
Pedí a los alumnos que se agruparan porque ya solo faltaba que estuvieran uno en cada esquina, accedieron sin problemas, se conocen, son sociables, ..., hasta por ahorro energético, que hay que gritar menos si estamos más juntos. Les pregunté si sabían por qué era la huelga, "si, por la ley esa de educación", "pues no ves que estamos aquí, nosotros no hacemos huelga", "que no han venido porque no han querido, que la huelga les da igual", al menos sinceros son.
Hablamos de algunas características, de modificaciones, pero enseguida comprendí que no estaban interesados en el tema y me preocupé. Si ellos no están interesados en lo que el futuro les ofrece o les niega, ¿qué podemos hacer?. Todos, perdón, casi todos llevan móvil (algunos carísimos, con precios que superan los 400€), tienen acceso a internet, ordenador en su habitación, play,... ¿hay algo más que pueda interesarles?. ¿Futuro?, ya llegará, ¿no?.
Me sorprendí, pero pronto me dí cuenta de que soy de una generación que no tenía más que un regalo en Reyes y otro el día del cumpleaños, mis parámetros no son aplicables a los de ellos. Es normal que el tipo de vida que hay ahora les haga mantener esa postura. Y también es lógico que yo esté cansada, después de más de veinte años de docencia, de que las leyes de educación dependan del miedo que tiene el partido político que en ese momento está en el poder a perder votos, en vez de estar enfocadas a conseguir una autentica educación de calidad. 
Si nuestros políticos son capaces de ponerse de acuerdo en reducir el número de médicos, de profesores, en no cambiar los números de diputados, senadores, altos cargos de libre designación (si, esos que van a dedo según quién gane las elecciones), en mantener los sueldos vitalicios, y en muchas otras cuestiones, no me creo que no sean capaces de sentarse y debatir unos principios que rijan la educación y lo que se espera que aprendan los niños, adolescentes y jóvenes.
Somos muchos los que estamos cansados de que los alumnos promocionen y titulen llenos de carencias, que una materia que está suspendida en primero, en segundo, en tercero y en cuarto de la ESO, si tienen la misma denominación cuente solo como un suspenso, que puedan pasar de curso con todas las materias suspendidas, que ... Que se miren más las estadísticas que el fondo de la cuestión.
Pero no nos engañemos, vivimos en una sociedad en la que las apariencias son lo más importante, y eso es una cuestión cultural, no depende de si el colegio es público, concertado o privado, está en el aire. Si a uno de mis alumnos les enseño un chico que lleva un Audi y otro que conduce un Ibiza, mirará y dirá:
Alumno: "¡jo, qué Audi!".
M.E.: "Si, pero el del Audi es un traficante de drogas y el del Ibiza tiene una carrera, un master y habla correctamente tres idiomas". Mi alumno volverá a mirarlos.
Alumno: "¡Jo, qué Audi tiene el traficante!".
Esto es una realidad, no importa la cultura, hoy no es un valor a tener en cuenta, lo importante es la apariencia, la imagen, la fachada y si eso no cambia, ni leyes de educación, ni huelgas.

16 octubre 2013

El viaje de estudios

Tengo una hora de atención educativa con un grupo de cuarto y cuando entro me encuentro uno de mis alumnos paseando, lo miro y mientras sonríe me comenta:
Alberto: "Mira, que llevo cinco horas sentado y ya no puedo mas".
Sonrío, es un encanto, lleno de energía, hablador, participativo, guapo; agotador para los profesores de tiza, pero conoce bien lo límites y, casi siempre, responde a una mirada retomando el silencio, por poco rato, pero lo retoma.
Le dejo que se pasee pues comprendo que es mucho para él.
Alberto: "Ni en el recreo me he levantado, que estuve estudiando y ya no puedo más". 
Comenta todo esto mientras se coloca a mi lado y empieza a hablar del viaje de estudios. Hace tiempo que el centro no lo organiza porque nos suponía muchísimo trabajo y algún disgusto. Se decidió que lo organizara el AMPA y así se va funcionado.
Con el tema entran en la conversación ocho o diez alumnos a la vez, les pido un poco de calma y empiezo a preguntar.
M.E.: "¿Habéis puesto dinero?, lo primero es eso, quien quiera ir que ponga dinero y luego votáis entre los que vais a ir, en dos ocasiones se ha votado primero y luego los que han elegido no han ido al viaje y se ha terminado haciendo el que no se deseaba."
Me miran con cara de susto, pero saben que yo ayudaba a organizarlo y se preocupan con mi comentario.
Pilar: "Hemos pensado que se pongan 50€".
M.E.: "Me parece poco, quien quiere y puede ir lo sabe, poned 100€ y dejad claro que no se devuelven, así solo se apuntarán lo que van".
Se vuelve a organizar revuelo, hablan todos y les pido que bajen el tono y lo hagan de uno en uno.
Alberto: "Esto mismo ha pasado en Jefatura".
M.E.: "¿En Jefatura?". 
Imagino el caos, ¡pobres jefas de estudios!.
Alberto: "Así, todos hablando a la vez para nada".
M.E.: "No me extraña".
Alberto: "Es que nos tenemos que organizar".
M.E.: "Pues si, ¿sabéis ya las fechas?":
Increíble, todos ponen cara de sorpresa, ni lo habían pensado. Decido anticiparme.
M.E.: "Las pone Jefatura".
Luis: "¿No las proponemos nosotros?".
M.E.: "No, no serviría de nada, las ponen ellos y eso condiciona un poco, según lo que queráis hacer."
Alberto: "¿Puedo bajar a Jefatura a preguntarlo, que cuando me pongo serio soy muy serio".
El resto hacen bromas sobre su seriedad pero le doy permiso, necesita pasearse, no se ha sentado ni un segundo en todo el tiempo, así mientras baja y sube se relaja, que el tema les pone nerviosos. Sube al poco y nos comenta que no están decididas, que se las dirán mañana.
Vuelve el revuelo, todos intervienen y no tengo claro quien escucha, yo no puedo, lo intento, pero no lo consigo así que pido silencio.
M.E.: "¿Os dais cuenta de cuánto habláis para nada?".
Se ríen y Carlos comenta que en Jefatura ha sido igual. ¡Pobres jefas!.
M.E.: "¿Dónde queréis ir?".
Alberto: "Dicen que a Italia, pero yo creo que podíamos ir a Port Aventura".
Risas, comentarios ocurrentes, más risas.
M.E.: "Pues no es mala idea, es mejor quedarse en España, aquí podéis hablar con las chicas y los chicos y conocer gente interesante, si vais fuera no habláis con nadie".
Creo que ha sido el comentario perfecto, todos se miran, sonríen, se ven ligando y pasándolo bien. Vuelvo a sonreir y les dejo un rato hablando, es imposible frenarlos ahora.

12 octubre 2013

Power point no

Me reúno con los mediadores los miércoles y esta vez les propongo que demos un nuevo enfoque a la mediación, que animemos a los compañeros a que la utilicen más, no solo cuando tienen problemas gordos para evitar sanciones mayores de Jefatura de Estudios, sino en muchos momentos, cuando tienen malos rollos con los amigos; cuando dos amigas se enfadan y el resto se da cuenta de que los motivos no son para eso, pero no saben intervenir; cuando en clase hay mal ambiente porque hay dos personas con su guerra particular,... 
M.E.: "Quiero que este año seáis vosotros los que paséis por las aulas para contarlo y explicarlo"
A unos se les ilumina la mirada, otros se asustan, pero todos quieren vivir esta experiencia.
M.E.: "Veo que os gusta la idea". Sonrío.
Sergio : "¿Cuándo sería?"
M.E.: " En horas de tutoría".
Sergio : "¿Y pasaríamos todos?"
M.E.: "Si, pero no todos a la vez, quisiera que hicierais parejas de dos y yo os acompaño, así todos vivimos la experiencia".
Se miran, sonríen, se recolocan en el sitio, es como si les hubiera echado encima un saco de hormiguillas y les estuvieran recorriendo el cuerpo. Me encanta verlos así, la mayoría son de 2º de ESO y van a vivir una experiencia que les hace importantes, es nuevo, es diferente, es un gran reto, es una provocación a sus capacidades. Me gusta provocarles, creo que es la única forma de conseguir que saquen lo mejor de ellos mismos.
Rosa : "Pero tenemos clases".
M.E.: "Lo sé, por eso encargaríamos a alguien que os deje los apuntes y hablaré con los profesores para que os atiendan en caso de que tengáis alguna duda de lo que se explicó ese día".
Otra vez hormiguillas.
Juan : "¿Pasaremos por todas?", me mira con cara de susto, le hago un gesto indicándole ¿qué es eso de todas?, me sonríe con carita de ángel y añade "¿a los mayores también?".
M.E.: "Claro, de 1º a 4º de ESO, a Bachillerato y ciclos los dejamos en paz".
Ioanna : "Eso, eso que ya tenemos bastante con la tecnología"
M.E.: "Y porque son muy quejicas".
Nos reímos todos, saben de mi complicidad con Ioanna y participan en ella.
M.E.: "Bien, ahora que sabemos que vamos a pasar por las clases, deberíamos pensar qué les vamos a decir y cómo".
Ioanna: "Un power point no, por favor", lo dice desde el fondo, con ese toque teatral que añade cuando quiere enfatizar algo.
Lo sorprendente, al menos para mí, es que todos corean lo mismo, power point no.
M.E.: "¿No?".
Ioanna: "No, estamos hartos de power point, ya ni los miramos".
Yo creí que les gustaban, que era mejor que escribir con tiza en la pizarra, y resulta que están cansados de ellos. No dejan de sorprenderme, pero me encanta aprender así, con estos intercambios. Un par de compañeros de Ioanna, también de Bachillerato que se han animado a participar después de algún tiempo confirman con la cabeza. 
M.E.: "Vale, pues lo hacéis todo vosotros. Ahora toca pensar qué vamos a decir, lo pensáis y el próximo miércoles ensayamos, ¿vale?".
A todos nos parece bien.
M.E.: "¡Ah!, se me olvidaba, la profesora de ciudadanía dice que si le puedo ayudar a explicar qué es mediación y he pensado que estaría bien que también lo hicierais vosotros".
Andrés: "¿Esos son de tercero?".
M.E.: "Si, pero saben poco de mediación así que creo que será fácil"
Ioanna: "Si, y podemos hacer un teatrillo con una mediación".
M.E.: "Me encanta", lo digo con mi mejor sonrisa, yo también estoy ilusionada.
Suena el timbre, los recreos son muy cortos, "Seguimos el próximo miércoles" les grito mientras salen.


02 octubre 2013

Innovando

El curso pasado lo terminamos preparando nuevos apuntes, nuevo blog para el departamento, colgando los apuntes en el blog, preparando power point para las clases teóricas, que de todas formas son pesadas; en fin, innovando.

Todo empezó porque nos apuntamos a un curso sobre creación de blogs que se impartía en el propio centro. Nos pareció una buena herramienta para que los alumnos tuvieran los apuntes desde el primer día de clase, para que pudieran consultar la programación y los mínimos que se piden para superar la asignatura. También tenemos un calendario para avisar de los exámenes y fechas de entrega de trabajos. Vaya, que nos pareció una innovación necesaria y lo hicimos a gusto.

Llega el nuevo curso (este, 2013-14) y comentamos con los alumnos la forma de acceder al blog,(http://pedrolaenmovimiento.blogspot.com.es/), directamente o desde la página web del instituto. Parece que todo está claro, que todos sabemos cómo llegar a la información y cómo descargarla.
Parecía tan fácil, a veces..., pero en general fácil, divertido, creativo. Pero nunca pensé que enfermizo, nos ha dicho un alumno que tenemos un virus en el blog.
M.E.: "¿Un virus?".
Pilar: "Si, eso me ha dicho un alumno de 1º".
M.E.: "Bueno, mañana buscaré a J.A. y le preguntaré cómo se le da el antibiótico".
Es lo último que me podía imaginar, ¡un virus!, es increíble. Es cierto, cuando la informática va bien es fantástica, pero cuando se complica ...
Espero que se solucione pronto porque este curso he añadido un blog sobre convivencia (http://quebuenoestarjuntos.blogspot.com.es/). Me pareció interesante para que los padres sepan qué actividades hacemos con sus hijos para trabajar la comunicación, las emociones, la empatía y mucho más; con la finalidad de mejorar la convivencia, y tener que utilizar las sanciones disciplinarias, en el menor número de ocasiones posible. 
Como es lógico, estoy pensando que también se ha podido infectar con el mismo virus, u otro que hay muchos. Mañana asaltaré a J. A. y que me los mire bien, estoy preocupada.

Esto es lo que tiene la innovación, te actualizas, te modernizas, pero surgen problemas por todas partes. Aunque cada vez que recuerdo la máquina de escribir con su papel para rectificar, mirando si se acababa la línea para poner el guión y seguir, era muy lento y pesado; los partes de faltas de los alumnos en papel y tachando en colorines las faltas justificadas y no justificadas, para reconocerlas fácilmente; me recuerdo pasando las notas a mano con un ayudante que me supervisaba los errores, repasándolas, firmándolas y, sobretodo, recuerdo los horarios, a mano, entre 6 personas invadidas de papeles, desideratas de profesores, horarios de grupos, de profesores, cuadro de aulas para ver si se podían poner los desdobles juntos o no, aquello sí que era complicado; creo que ahora, con la cantidad de situaciones alternativas que hay, no se podrían hacer a mano en el tiempo que invertíamos antes, ni en mucho más; ahora hay muchas más optativas en todos los niveles de ESO, en Bachillerato ya no digamos y como todo va enlazado, lo dicho, ahora sería imposible... Recordando aquellos tiempos está claro que un virus informático no es nada, se limpia (ni idea de cómo) y ya está, viva la innovación.

25 septiembre 2013

Día de reuniones

Ya he empezado, lo sé porque el otro día empecé a colgar carteles con llamadas por los pasillos, es mi forma preferida de comunicarme.
Avisé a mis mediadores, los he reunido para cambiar el enfoque de este curso; les he pedido que me den ideas de cómo difundir la mediación, cómo conseguir que sus compañeros y compañeras no la soliciten solo para evitar un castigo de Jefatura, sino que lo vean como una forma de aclarar situaciones, de poder comunicarse cuando están enfadados, de ver lo que parece un problema como algo diferente,... Quiero que tengan ganas de no sacar las frases, miradas o gestos de otros de contexto y utilizarlos para tener problemas.
Les comenté que quiero ideas de ellos, frases de ellos, quiero que sea algo de los mediadores hacia sus compañeros, se acabaron las propuestas de profes, este curso las propuestas son de alumnos hacia alumnos.
Hemos quedado en reunirnos todos los miércoles, unos para elaborar y desarrollar proyectos y otros para seguir con la formación en mediación, queda bastante que trabajar y merece la pena continuar lo que empezamos el curso pasado.
Aunque parezca difícil ya tengo ocupados los segundos recreos de esta semana, me encanta dar citas:
Lucía; "¿Podré pasar mañana a contarte una cosa?"
M.E.: "Lo siento, viene Marina".
Lucía: "Pues vaya".
M.E.: "¿Pasado mañana?".
Lucía: "Vale, ¿en el segundo recreo?"
Reconozco que me encanta, ¡son tan divertidos!, creo que es importante que encuentren en el centro alguien que les escuche, y me consta que no soy la única, yo lo cuento aquí y parece que hago más, en realidad yo he potenciado que se hagan más cosas, pero hay muchos profesores y profesoras fantásticos que se implican con los problemas de los alumnos, se los toman muy en serio e intentan ayudarles.

También he asaltado a un compañero que domina la informática para que me ayudase a configurar y poner bonito mi nuevo blog. He creado uno para el instituto, me parece importante que los padres sepan qué hacemos, cómo lo hacemos y para qué. Me apetece que sea algo dinámico, que todos hagamos aportaciones, alumnos, padres, profesores, equipo directivo, yo misma. Deseo que sea algo muy dinámico. Cuando esté operativo colocaré un enlace y haré una presentación oficial. Estoy ilusionada, empecé hace varios años haciendo experimentos con los alumnos para ver cómo reaccionaban y ver si se podía aplicar algo de facilitación de grupos a adolescentes y ahora tengo un Seminario, soy responsable de convivencia, trabajamos la inteligencia emocional, tengo dos blogs sobre el tema, (este y el que acabo de crear para el instituto), y lo mejor de todo, estoy muy ilusionada, con ganas, con nuevos proyectos, con inquietudes.

Por la tarde la reunión ha sido con los padres, he llegado justa de tiempo, no me gusta nada llegar tarde. Con mucho calor el equipo directivo se ha presentado, ha entregado el folleto informativo, ha ido contando cuestiones importantes, en fin, todo muy bien. Luego nos han ido presentando a los tutores de 4º y nos hemos llevado a los padres al aula. ¡Qué calor!, han sido muy pacientes y considerados, todo les parecía bien, agradables, majos, como sus hijos e hijas. 

Creo que va a ser un buen año.

18 septiembre 2013

Primer día de clase

Ya hemos vuelto, ya está el centro llenos de chicos y chicas dando vida y ruido a los pasillos.
Me gusta volver a empezar, sigo con mi gusanillo en el estómago, no se pasará hasta dentro de unos días, pero no me importa, estoy acostumbrada a no acostumbrarme a los principios de curso. 
Los profesores llevamos unos días juntos, nos hemos saludado, comentado las vacaciones, quejado de las nuevas condiciones, del poco tiempo que queda entre los exámenes de septiembre y el principio de curso, que así es imposible hacer bien los grupos, conocer el número de alumnos reales en cada optativa, que sin interinos no se puede elaborar bien los horarios porque te llega alguien con unas condiciones especiales y lo que tenías preparado se va al garete, en fin, que me alegro mucho de no pertenecer al equipo directivo, les ofrezco mi ayuda, pero está claro que no quiero volver a ser jefa de estudios adjunta, nunca.
Ayer me presenté a mis nuevos tutorados, solo dos son nuevos, el resto han estado conmigo en 2º de ESO y un par repiten curso. Uno de ellos, Luis, me parece admirable; perteneció a mi preciosa tutoría del curso pasado, iba justo y desea hacer un bachillerato de ciencias. En junio le habían quedado tres materias y no se presentó en septiembre, sorprendida llamé a su casa para preguntar qué había pasado y fue él mismo quien me contestó al teléfono y me dijo que "prefería repetir, quería hacer un buen bachillerato para pasar más cómodo a la universidad; sabía que podría haber aprobado una o dos y titular, pero él quería aprender". Le dí la enhorabuena por la decisión, me pareció muy maduro y sensato. Cuando salimos del aula tras la presentación volví a felicitarle por su madurez. A veces, tanto los profesores, como los padres o los alumnos, vemos las repeticiones como un horror y no nos damos cuenta de lo bien que sientan en muchas ocasiones, el punto de madurez, de seguridad y de confianza que adquieren los chicos y chicas tras una repetición, un punto que puede convertirse en un nuevo y mejor arranque de su nueva vida.
Hoy me he reído mucho, suelo hacer las presentaciones en el aula para comentar muchas cosas, me escuchan mejor que en el gimnasio. Les he hablado de las inteligencias múltiples y cómo en los centros educativos intentamos que las desarrollen y mejoren. Les leo las normas del departamento, lo que "se debe (siempre)", lo que "no se debe hacer (salvo permiso de la profesora)" y me he reído mucho en un aula donde les comento:
M.E.: "No se puede ir a la cafetería, excepto..." - me paro y espero que alguien me conteste. 
Carlos: "Si hay una fiesta".
Y lo ha dicho con una cara de felicidad que parecía que la estaba disfrutando ya. He soltado una carcajada, los compañeros también y cuando nos hemos calmado y yo he podido volver a hablar he repetido la frase.
M.E.: "No se puede ir a la cafetería, excepto..."
Carlos:"Que tu nos des permiso" - sonreía con la certeza de haber acertado esta vez, de haber comentado la respuesta adecuada, y con una preciosa dosis de picardía.
M.E.: "Exacto, si alguien se hace un chichón os pediré que vayáis corriendo a la cafetería y le pidáis hielo a Rosa, pero solo en ese caso, para beber agua tenéis las fuentes".
Este curso tengo un nuevo reto planteado como responsable de convivencia, voy a hablar en ciclos formativos y en el PCPI. Llevamos unos años con bastantes problemas en el primer curso de ciclos y hemos pensado hacer una intervención allí. He propuesto una presentación y tres actividades para realizarlas a lo largo del primer trimestre, ... Deseo que funcionen por el bien de los chicos y profesores, para que la convivencia y el trabajo sean más agradables para ellos.
Mañana empiezo las clases de verdad, espero tener suerte y que les gusten.

26 junio 2013

La mejor tutoría del mundo

Soy la profesora más afortunada del mundo mundial. Hoy tocaba entrega de notas, despedida, buenos deseos, ánimos, felicitaciones, ... esas cosas.
He llegado a clase muy puntual y he preparado en la mesa del profesor el montón de notas (en cada una he escrito una frase para animarles, "you can" al que suspende solo inglés, "en un verano hay tiempo para todo" a quienes han suspendido más de una, "eres el mejor" para un alumno que ha conseguido hacer en un año más que en los dos anteriores, "enhorabuena" para los mejores,...un poco de todo. También he grapado la hoja de buenas intenciones de principio de curso), el montón de papeles para la matrícula del próximo curso (fechas, indicaciones, papeles del AMPA, ...), la caja con los "chupachuses de mojito" y muchas ganas de desearles un muy feliz verano.
Estábamos casi todos, había mucho revuelo; bueno, el normal para ser el último día de clase, estar a punto de recibir las notas y de salir para no volver en un par de meses. Les pido que callen, esta vez sin ganas de imponerme. Consigo un minisilencio y les felicito por los resultados, en general mucho mejores de lo que se esperaba tras el primer trimestre; les felicito por su evolución como personas a lo largo de estos nueve meses, ¡cuánto me ha gustado verles crecer!, ¡cuánto he disfrutado viéndoles madurar!, sentirse más seguros de ellos mismos, crecer físicamente, volverse mucho más guapos, sonreír más y mejor, atreverse a hacer y recibir bromas abiertamente, comentar lo que piensan en voz alta, decirme que no están de acuerdo conmigo y discutir. 
Lo he dicho muchas veces y lo repetiré muchas más, SON GENIALES, solo tenemos que empujarles un poco más, animarles a que se atrevan a ser ellos mismos, a que crean, a que luchen por lo que creen, a que creen lo que crean y transformen el mundo.
Bueno, pues he empezado a darles las hojas y el chupa chups a cambio de dos besos. Conforme lo iba haciendo me daba cuenta del tremendo cariño que les he cogido. Fui muy feliz cuando conocí sus nombres a principio de curso y comenté a las familias que esta tutoría me parecía un "caramelico", que era un placer vivirla. A veces los he tratado mas como una tía que como una tutora, pero no me importa.
He terminado, les he deseado un muy feliz verano y ellos han sacado una bolsa en la que había ... iba a decir que un regalo, pero no, me han entregado todo su cariño, mucho más de lo que se pueda imaginar; me han regalado una muñeca igual que yo, pero igual, con unos detalles fantásticos, preciosos, divertidos, ¡QUÉ PASADA!, estaba tan emocionada que no podía hablar, me he limitado a decir gracias y a dar abrazos.
Otra alumna me ha regalado, de parte suya y de su hermana, un lapicero con otra supermuñeca. Una tercera me ha regalado unos preciosos pendientes de estrellas (brillantes, como ella). El lunes la madre del alumno que ha hecho la mayor hazaña imaginable me regaló, aconsejada por él, un sacapuntas "tuneado" con caracol, mariquitas y flores.
Más tarde me han entregado algo que faltaba, una cartulina llena de firmas y frases preciosas, todas fantásticas, agradecerme que sea "su amiga además de tutora" o decirme que "me ha dado mucho mal pero que me adora" me han parecido increíbles.
Esta vez, en contra de lo que suelo hacer, voy a poner sus verdaderos nombres para agradecerles toda la felicidad y cariño que me han dado a lo largo del curso y en ese momento.
Gracias Alexandra, Juan, Sergio I, Karen, Carmen, Raluca, Cristina, María, Lara, Víctor, Alberto, Adrián, (super) Mario, Miguel, Sergio II, Sergio III, Cami, David, Jorge, Patricia, Andrés y Pablo. Gracias por ayudarme a ser mejor persona humana y por hacerme feliz; nunca olvidaré esta tutoría.

19 junio 2013

Eso es una cabezonada

Me asalta por el pasillo una alumna de 3º con la que el curso pasado y el primer trimestre de este compartí muchos recreos en el aula de convivencia. Venía acompañada de otras dos loquillas que me contaban confidencias, dudas, momentos divertidos, anécdotas del finde o de las fiestas, un poco de todo.
Hoy me dice que necesita hablar conmigo, que lleva todo el curso con un problema y que ya no puede más. Quedamos para el segundo recreo. Acudo al aula de convivencia y llega acompañada por sus dos inseparables. Colocan las sillas, se sientan y Ainara inspira con cierto aire de seriedad y empieza.
Ainara: "Pues es que he roto con el Chato, (su novio)".
M. E.: "¿Otra vez?, ya has roto dos veces este año".
Sus amigas se mueren de la risa sin reparo, ella también se ríe.
Ana: "Dos veces, por lo menos cinco".
Ainara: "Bueno, si, he roto varias veces, pero es que siempre hemos vuelto". Se gira hacia sus amigas y les increpa para que se callen. "Es que eso no es todo, hay mucho más".
La animo a que continúe y a sus amigas a que dejen que lo haga.
Ainara: "Es que me ha engañado con otra, (hay más rabia que dolor en esa forma de contarlo), y además me ha mentido".
Sus amigas vuelven a reirse, tampoco es la primera vez que tiene un desliz; debo aclarar que el novio tiene 19 años y vive en la Comunidad Valenciana, y Ainara vive en Cabañas y tiene 15. A pesar de todo llevan tres años de amores y desamores virtuales, porque en directo han estado juntos menos de 6 meses.
M. E.: "Y está claro que te duele mas la mentira que el engaño".
Ainara: "Pues si, mucho más, es que lo hizo en mi casa".
Ante mi cara de asombro me hace un gesto de "espera que ahora lo entenderás" y sigue.
Ainara: "Es que en vacaciones vino a mi casa y mientras yo me duchaba el estaba en el tuenti escribiéndole a la otra, y encima va y me lo niega. Me enfadé mucho y le pedí las claves para ver si era cierto o no y cuando me las dió y lo comprobé le dije que lo dejábamos".
M. E.: "Me alegro mucho".
Sus amigas se ríen y comparten mi comentario.
Ainara: "Pero espera, que eso no es todo...".
Me comenta varios detalles de sus peleas, de sus amores y desamores, de la distancia, de líos que él ha tenido con otras, de líos que ella ha tenido con otros, de cómo se ha enterado, de cómo se han reconciliado, en fin, muchos detalles ... Sus amigas le instan a que termine y llegue al final; yo me asusto, ¿qué me tiene que contar?, ¿cómo rematará esta historia?.
Ainara: "¿Te acuerdas que el año pasado fuimos al Parque de Atracciones y me gustó un chico?".
¡Ay!, que ya sé por dónde va.
M. E.: "Claro que me acuerdo, y ... hubo algo. Y la semana pasada volvistéis al Parque de Atracciones". La miro con intención de sonsacarle si volvieron a las andadas. Las amigas se ríen y Carmen confirma mis sospechas.
Ainara: "No, pero el me saludó y hablamos, pero me dice que no quiere nada conmigo, que soy muy joven".
Eso no lo recordaba así que le pregunto la edad del feriante y dice que 23.
Ainara: "No, bueno, si. Bueno, que me gusta mucho y le dí mi teléfono y no me llama".
M. E.: "A ver Ainara, llevas 3 años con el Chato, habéis compartido muchas cosas y es normal que te duelas de su pérdida, además habéis roto y vuelto varias veces (sus amigas hacen gestos y no puedo evitar reírme), vale, muchas veces, pero habéis vuelto y eso te hacía pensar que no romperíais, pero lo habéis hecho. Ahora lo que no debes hacer es tirarte a los brazos del primero que te dice hola".
Ainara: "Es que no es eso".
M. E.: "Claro que sí, ¿sientes por el feriante lo mismo que por el Chato?".
Ainara: "No".
M. E.: "¿Le conoces para saber si puedes llegar a tener algo bonito con él?".
Ainara: "No".
M. E.: "¿Tiene novia?".
Ainara: "Me ha dicho que no".
M. E.: "Te ha dicho, pero no estás segura. Además tiene 23 años. ¿Te das cuenta de que con esa diferencia de edad le puedes poner en problemas?".
Ainara mira sus manos, escucha "ya te lo dije" de boca de sus amigas.
M. E.: "Esto es solo una cabezonada"
Ainara: "Pues será eso, pero quiero salir con él".
M. E.: "¿Y que tenga problemas?".
Ainara: "Pues que me llame".
M. E.: "¿Para qué?, si no quiere salir contigo porque eres muy pequeña para él".
Ainara: "Pero yo quiero salir con el".
M. E.: "No seas cabezona, busca otro de tu edad".
Suena el timbre, Ainara se levanta y se dirige a la puerta, la abre y antes de salir se gira hacia mí y añade
Ainara: "Pues será una cabezonada, pero quiero salir con él".
Sus amigas se ríen, me miran, me hacen comentarios divertidos y la acompañan. Solo puedo pensar en lo difícil que es ser adolescente, tener una relación de pareja  y aceptar que tienen un principio y un final. Nos cuesta a los adultos...

12 junio 2013

Anna se va



Anna me ha dicho que se va, que la empresa en la que trabajaba su padre ha cerrado y se vuelven a su país. Está muy triste, sus compañeros de clase le han hecho una despedida, con globos, fotografías y dedicatorias, me pide una, se la regalo y hoy me entrega una carta.
Le he pedido permiso para publicarla porque me parece preciosa y deseo animar a quienes trabajan con niños y adolescentes a que les ayuden a ser adultos felices, o al menos a que lo intenten, como hago yo. Anna me mira raro, no comprende el valor de todo lo escrito en ese folio con corazón rosa, pero me dice que si.

"Querida M. Eugenia, con esta carta, quería darte las gracias por ayudarme tanto cuando más lo necesité. Tú me hiciste madurar un poco más y entender qué es lo que pasa y cómo pasa. Al estar mal me sacaste esa sonrisa que no pensaba que la podía sacar.
Con tus consejos y con estar a mi lado me hacías ser más fuerte. Tu ya sabes lo mucho que me ayudaste. Eres una persona bella y muy especial para mí. Creo que también eres la única profesora a la cual le cogí tanto cariño. Nunca te olvidaré porque las personas como tu jamás las puedes olvidar.
Espero volver a verte algún día y que veas que seré así como tu piensas, aunque yo no lo pienso tanto, pero lo deseo.
También quiero pedirte perdón por las molestias en clase y aunque nos echabas la bronca seguías siendo igual de especial y aun más. Pero por lo que si que te pido perdón con toda mi alma es por cuando no te escuché y empecé a hacer lo contrario, pero sin querer. ¡Me arrepiento un montón!.
Al crecer me gustaría ser tan grande y buena persona como tú. Eres una buena profesora y sabes ayudar y dar muy buenos consejos. Eres muy guapa y cariñosa. Yo te quiero muchísimo y te echaré de menos. ¡Gracias por todo!
Con mucho cariño Tú alumna:
 Anna"

He llorado al leerla y vuelvo a hacerlo cuando la escribo, me doy cuenta de lo difícil que es ser adolescente y  cuánto necesitan alguien que les escuche, saberse importantes.
Me pide perdón y no tengo nada que perdonarle, ella es una preciosa adolescente que se ha limitado a ser rebelde, incluso conmigo, y eso solo es normal.

No voy a escribir nada más, solo añadiré una princesa de cuento que es como yo la veo; preciosa, protagonista de una película algo complicada que tendrá un final feliz.


03 junio 2013

Nunca me lo había dicho

Estoy en clase con 2º de ESO, hacemos malabares en el patio, por fin un día bueno.
Al terminar la clase se acerca a mi lado Anna, una niña rubia, con la melena muy larga, ojos azules, dulce, preciosa como las princesas de los cuentos y me dice:
Anna: "El sábado me castigaron sin salir"
Vive con sus padres y la hermana pequeña, inmigraron hace tres años. Sus padres no se acostumbran a la libertad de que disfrutan los jóvenes en esta zona, (en los pueblos de la Ribera Alta), a mi también me parece excesiva, pero no es bueno que una adolescente se sienta marginada porque acaba protestando de formas inadecuadas.
Anna llegó a irse a casa de una amiga y pasar allí un par de días. Sus padres la han castigado, le han hablado, le han gritado, todos se han gritado, ..., pero se quieren, todo el problema es de comunicación. Es difícil combinar a una adolescente sedienta de libertad y de amigos con unos padres tradicionales a los que no les gusta tanto alcohol y unos horarios muy largos, para unos años muy cortos.
Hemos hablado muchas veces.
M.E.: "Comprendo que  te guste salir, estar con los amigos, pero no es necesario que vuelvas a casa a las 5, a mí también me parece un horario excesivo para tu edad".
Anna: "Da igual a la hora que vuelva, siempre me gritan, mi madre se enfada por todo, solo quiere a mi hermana".
M.E.: "¿Qué años tiene?".
Anna: "¿ Mi hermana?".
M.E.: "Si".
Anna: "8, a ella le dice bonita, la abraza, le da besos, a mí no me ha hecho eso nunca" - esos celillos.
M.E.: "¿Crees que será igual cuando tenga 14?".
Me mira con cierta picardía, sonríe, baja la cabeza, como si le diera vergüenza; en ese momento le doy un codazo suave y se ríe abiertamente mientras sacude la cabeza y su melena rubia baila. Nos reímos juntas, se relaja un poco la tensión y seguimos hablando.
M.E.: "Con tu madre es difícil, lo sé, pero también es normal porque ella está todo el tiempo en casa y tu padre solo cuando viene de viaje, eso lo entiendes, ¿no?".
Anna: "Pero con mi padre es diferente, el solo me grita cuando se lo pide mi madre".
M.E.: "¿Estás segura?, has hecho cosas que merecían un castigo".
Anna: "Si, pero yo quiero hablar y con mi madre no se puede".
M.E.: "¿Quieres que la llame y hable con ella?".
Anna me mira sorprendida, tanto que solo puede asentir con la cabeza. Le sonrío y añado que ella también tendrá que ceder y comprometerse.
Antes de que venga su madre volvemos a hablar varias veces, entonces me cuenta que le gusta un chico, que la relación a veces si, a veces no, que ella está muy pillada, pero que él juega. Creo que tiene demasiados pajaritos en la cabeza y así no se centra en los estudios, ni en tener una buena relación con la familia.

Contacto con su madre, Liliana, y le pido que venga a hablar, accede un poco agobiada porque no domina demasiado el idioma.
Hablamos, veo su preocupación por lo que ella considera unos horarios inadecuados, veo su impotencia, su soledad, su desconcierto en este país con extrañas costumbres. Intento tranquilizarla y al rato llamo a Anna, las tres juntas elaboramos un horario de salidas, todas aceptan con la condición de que cuando no lo cumpla, no sale el día siguiente. Sé que a veces lo cumple, a veces no; pero la relación se ha relajado, no ha vuelto a escaparse, no discute tanto, colabora en casa, estudia algo más. Poco a poco va mejorando todo.
Ahora se acerca a mí y me dice que la castigaron, la miro sorprendida y añade:
Anna: "Mi padre me llamó por teléfono y me preguntó si había salido el sábado, le dije que no y me dijo te quiero, (se crea un silencio mágico, nos miramos), no me lo había dicho nunca". Su cara se ilumina mientras termina la frase.
M.E.: "Ves como todo cambia si tu cambias".
Nos miramos sonriendo, sabemos que es así.

29 mayo 2013

Papeles para el Seminario

Estamos a finales de mayo y hay que hacer la memoria del Seminario de Convivencia. Por la mañana me deja Emi los papeles para ir rellenando las preguntas referentes a los objetivos, la metodología,..., porque el martes hicimos casi todo, pero no se pudo guardar, el formato en el que nos han enviado las preguntas hay que rellenarlo y enviarlo, no permite guardar así que ahí estábamos ayer "las chicas de la convivencia", (todas las componentes de Seminario de este curso somos mujeres, siempre hay mayoría, pero este curso es pura exclusividad).
Les estuve leyendo lo que yo había escrito por la mañana, ellas lo enriquecían, aportaban, comentaban, en general nos parecía a todas un poco "ortopédico", no podíamos comentar adecuadamente lo bien que nos hemos sentido juntas, lo divertido de la preparación de las actividades del aula, el efecto tan positivo que tiene el trabajo de convivencia en el centro, lo importante que es seguir en ello, ofrecer nuevas posibilidades, y la rabia que da el que se puedan impartir mucho mejor las clases y que los alumnos estudien tan poco.

En el segundo trimestre la Jefa de Estudios comentó que se habían recogido menos incidencias en toda la ESO que hace cuatro años en primero, eso nos anima a seguir. Me dijeron que le pidiera al director esa estadística para incluirla en la memoria, es cierto y es necesario que se vea reflejado. También ayer me asaltó por el pasillo otra compañera, Concha, (la PT del centro que hace una labor con los ACNEEs y con los marginados fantástica); con un joven y me presenta como "la experta", yo pongo cara de no entender nada, (casi tuve un punto Chiquito de la Calzada y le pregunté: "¿comorrrr?", casi), miro a los dos, sonrío y espero que se aclare la situación.
Concha: "Mira, este chico es de la Universidad de Educación y viene a hacer un estudio de inteligencia emocional".
M.E.: "¡Ah, qué bueno!.
Javier: "Quería pasar unos test a los alumnos para ver cómo van de inteligencia emocional, ¿sabes de qué va, no?".
M.E.: "Si, aquí tenemos un plan de trabajo sobre el tema, de hecho la Jefa de Estudios dijo en la evaluación pasada..." (le conté lo mismo).
Javier: "Vaya, eso es mucho", con auténtica cara de asombro.
Concha: "Ves, ya te dije que sabe mucho".
M.E.: "Me parece bien que los pases, así veremos cuánto y cómo cala en los chicos lo que les enseñamos".
Nos despedimos y mi cabeza empieza a pensar, "seguro que este estudio se hace en más colegios e institutos, pero está bien que se haga aquí porque así podremos valorar qué está pasando en nuestros alumnos y compararlo con otros centros, me gusta".
Lo comento por la tarde.
M.E.: "Yo quería que pasáramos alguna encuesta a los chicos, quizá la primera cuando se inició todo esto, repetirla y ver cuál es la valoración de la convivencia ahora que hay tantas intervenciones".
Maripi: "Eso estaría bien".
M.E.: "Es un curro, pero ... Ha venido esta mañana un chico de la universidad para incluirnos en un estudio sobre inteligencia emocional, está bien, pero será distinto, ya veremos".

Se queja Bakartxo, y con razón, de que hacemos muchas más horas de las que pone en el Seminario, solo con la organización de "Y vosotros, ¿qué?" ya hicimos más de 30 horas, pero no importa, seguiremos en ello. Pilar asiente, "es verdad, si pusiéramos todas las horas que hacemos reales ...".
M.E.: "En la continuidad digo que sí".
Todas asienten, les parece necesario, con lo bien que va todo, cómo no vamos a continuar, esto y mucho más.
Emi: "Bueno chicas, que tenemos que rellenar estos papeles. ¿Estará abierta la secretaría?".
M.E.: "Ahora no, ¿por?".
Emi: "Necesitamos el sello de salida del documento para escanearlo y meterlo en la memoria".
M.E.: "Pues va a ser mañana por la mañana, ahora imposible".
¡Horror!, queríamos haber tenido todo y hacerlo en ese momento, imposible, será mañana, yo no tengo hueco. Pequeño momento caos.
M.E.: "Yo no tengo hueco, bueno, una guardia, pero si me toca hacerla no puedo". 
Emi: "Yo tengo hueco a esa hora".
Bakartxo: "Yo también, déjanos el pincho y lo hacemos nosotras.
M.E.: "Lo he escrito todo con mi letra y no se entiende nada".
Maripi: "Trae, si entendemos la de los alumnos la tuya mejor".
Me río, es verdad, ese no sería el problema.
Emi: "Tenemos que añadir todos los documentos, los de mediación, los de la expulsión interna, la hoja de reflexión, ¿los tienes tú?".
M.E.: "Si, los dejo todos juntos en una carpeta con el power point de "Y vosotros, ¿qué?" y así lo podéis poner vosotras".
Quedamos así, mañana estará todo listo.

21 mayo 2013

Uso y abuso del rango

Comentábamos con los alumnos, Elena y yo, la importancia de saber cual es tu rango para no molestar. Les recordábamos lo que había sucedido.
Elena: "¿Qué ha pasado la segunda vez, cuando las personas de más rango eran los más bajitos?"
Carlos: "Que todos le hemos dicho a Luis que las bajara".
M.E.: "¡Y cómo se lo habéis dicho!, había 5 dedos gritando Luis" - gesticulo mientras lo digo.
Se ríen todos, se ven perfectamente reconocidos en ese gesto, creo que no ha quedado nadie sin hacerlo, bueno, además de Luis que obviamente no ha podido.

M.E.: "Iván, has comentado que no mandaste a nadie, ¿te han mandado a ti?".

Iván: "Si, he tenido que bajar 4 sillas". Lo dice con cara de "no es justo".
M.E.: "¿Por qué crees que ha pasado eso?"
Iván: "No sé".
Elena y yo nos miramos, miramos a los alumnos esperando que alguno lo diga, Elena les anima.
Elena: "Venga chicos, decid algo".
M.E.: "Venganza, cuando yo tenía poco rango me han mandado y lo han hecho mal; hace un momento comentabais que lo habéis hecho de forma muy imperativa, incluso excesiva, sin cuidado, sin por favor, y eso es abusar del rango; (les miro un momento, está claro que todos lo entienden), y cuando se abusa del rango se genera en los otros un gran deseo de venganza. Cuando habéis podido mandar los que obedecíais ¿qué ha pasado?, - vuelvo a hacer el gesto con la mano mientras digo - Luis".
Se ríen, Luis pone cara de "me han querido machacar", también se ríe.
M.E.: "¿Por qué a tí Iván?"
Silencio de nuevo, creo que lo saben pero no encuentran las palabras adecuadas para expresarlo así que les vuelvo a ayudar.
M.E.: "Iván, tú eres alto, y aunque no has mandado representas la figura de quien antes ha abusado de ellos".
M.E.: "Pero esto no pasa solo en clase, en la familia, con los amigos, seguro que en el grupo de amigos hay alguien que cuando habla se le hace más caso que a otros".
Andrés: "En mi grupo no, todos acordamos las cosas entre todos, allí no manda nadie".
Le noto un poco incómodo, como si quisiera defender algo, pero no voy a entrar, no es el momento.
Eva: "No es cierto, en todos los grupos hay alguien que cuando dice algo siempre se le escucha y otros que ..."
Andrés: "Pues en mi grupo no".
Ivana: "Es verdad, siempre hay gente que manda más que otros, que siempre se hace lo que dicen ellos".
Elena: "¿Cómo os sentís cuando pasa eso?".
Eva: "No es agradable".
Aarón: "Te cansas".
África: "Lo peor es cuando tú dices algo y nadie te hace caso, lo repite el otro y todos dicen si, si".
Me sorprende ese comentario, está claro que es una experiencia propia, como hay un poco de barullo no quiero que se pierda así que pido silencio y a África que lo repita.
Ahora todos están esperando ese comentario y cuando lo escuchan se siente como una sacudida.
Sofía: "Eso es verdad, a veces a uno no se le hace caso y a otro sí".
Andrés: "Es verdad, eso pasa".
Miro a África y le pregunto.
M.E.: "¿Cómo te sientes cuando pasa eso?".
África: "Mal, lo dices tú y nadie te escucha y cuando lo dice el otro ..., vaya, ahora que lo dice él si, y cuando lo he dicho yo no, pues ha dicho lo mismo".
Refleja tristeza en su rostro, es evidente que lo ha vivido más de una vez. Aunque ha dicho mal no le rectifico (está prohibido decir bien o mal).
M.E.: "Te sientes triste porque no reconocen tu voz. Si eso pasa cierto número de veces lo que se generará será deseo de venganza, como con las sillas. ¿Lo entendéis ahora?, ¿comprendéis la importancia de saber usar el rango?".

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...