26 junio 2013

La mejor tutoría del mundo

Soy la profesora más afortunada del mundo mundial. Hoy tocaba entrega de notas, despedida, buenos deseos, ánimos, felicitaciones, ... esas cosas.
He llegado a clase muy puntual y he preparado en la mesa del profesor el montón de notas (en cada una he escrito una frase para animarles, "you can" al que suspende solo inglés, "en un verano hay tiempo para todo" a quienes han suspendido más de una, "eres el mejor" para un alumno que ha conseguido hacer en un año más que en los dos anteriores, "enhorabuena" para los mejores,...un poco de todo. También he grapado la hoja de buenas intenciones de principio de curso), el montón de papeles para la matrícula del próximo curso (fechas, indicaciones, papeles del AMPA, ...), la caja con los "chupachuses de mojito" y muchas ganas de desearles un muy feliz verano.
Estábamos casi todos, había mucho revuelo; bueno, el normal para ser el último día de clase, estar a punto de recibir las notas y de salir para no volver en un par de meses. Les pido que callen, esta vez sin ganas de imponerme. Consigo un minisilencio y les felicito por los resultados, en general mucho mejores de lo que se esperaba tras el primer trimestre; les felicito por su evolución como personas a lo largo de estos nueve meses, ¡cuánto me ha gustado verles crecer!, ¡cuánto he disfrutado viéndoles madurar!, sentirse más seguros de ellos mismos, crecer físicamente, volverse mucho más guapos, sonreír más y mejor, atreverse a hacer y recibir bromas abiertamente, comentar lo que piensan en voz alta, decirme que no están de acuerdo conmigo y discutir. 
Lo he dicho muchas veces y lo repetiré muchas más, SON GENIALES, solo tenemos que empujarles un poco más, animarles a que se atrevan a ser ellos mismos, a que crean, a que luchen por lo que creen, a que creen lo que crean y transformen el mundo.
Bueno, pues he empezado a darles las hojas y el chupa chups a cambio de dos besos. Conforme lo iba haciendo me daba cuenta del tremendo cariño que les he cogido. Fui muy feliz cuando conocí sus nombres a principio de curso y comenté a las familias que esta tutoría me parecía un "caramelico", que era un placer vivirla. A veces los he tratado mas como una tía que como una tutora, pero no me importa.
He terminado, les he deseado un muy feliz verano y ellos han sacado una bolsa en la que había ... iba a decir que un regalo, pero no, me han entregado todo su cariño, mucho más de lo que se pueda imaginar; me han regalado una muñeca igual que yo, pero igual, con unos detalles fantásticos, preciosos, divertidos, ¡QUÉ PASADA!, estaba tan emocionada que no podía hablar, me he limitado a decir gracias y a dar abrazos.
Otra alumna me ha regalado, de parte suya y de su hermana, un lapicero con otra supermuñeca. Una tercera me ha regalado unos preciosos pendientes de estrellas (brillantes, como ella). El lunes la madre del alumno que ha hecho la mayor hazaña imaginable me regaló, aconsejada por él, un sacapuntas "tuneado" con caracol, mariquitas y flores.
Más tarde me han entregado algo que faltaba, una cartulina llena de firmas y frases preciosas, todas fantásticas, agradecerme que sea "su amiga además de tutora" o decirme que "me ha dado mucho mal pero que me adora" me han parecido increíbles.
Esta vez, en contra de lo que suelo hacer, voy a poner sus verdaderos nombres para agradecerles toda la felicidad y cariño que me han dado a lo largo del curso y en ese momento.
Gracias Alexandra, Juan, Sergio I, Karen, Carmen, Raluca, Cristina, María, Lara, Víctor, Alberto, Adrián, (super) Mario, Miguel, Sergio II, Sergio III, Cami, David, Jorge, Patricia, Andrés y Pablo. Gracias por ayudarme a ser mejor persona humana y por hacerme feliz; nunca olvidaré esta tutoría.

19 junio 2013

Eso es una cabezonada

Me asalta por el pasillo una alumna de 3º con la que el curso pasado y el primer trimestre de este compartí muchos recreos en el aula de convivencia. Venía acompañada de otras dos loquillas que me contaban confidencias, dudas, momentos divertidos, anécdotas del finde o de las fiestas, un poco de todo.
Hoy me dice que necesita hablar conmigo, que lleva todo el curso con un problema y que ya no puede más. Quedamos para el segundo recreo. Acudo al aula de convivencia y llega acompañada por sus dos inseparables. Colocan las sillas, se sientan y Ainara inspira con cierto aire de seriedad y empieza.
Ainara: "Pues es que he roto con el Chato, (su novio)".
M. E.: "¿Otra vez?, ya has roto dos veces este año".
Sus amigas se mueren de la risa sin reparo, ella también se ríe.
Ana: "Dos veces, por lo menos cinco".
Ainara: "Bueno, si, he roto varias veces, pero es que siempre hemos vuelto". Se gira hacia sus amigas y les increpa para que se callen. "Es que eso no es todo, hay mucho más".
La animo a que continúe y a sus amigas a que dejen que lo haga.
Ainara: "Es que me ha engañado con otra, (hay más rabia que dolor en esa forma de contarlo), y además me ha mentido".
Sus amigas vuelven a reirse, tampoco es la primera vez que tiene un desliz; debo aclarar que el novio tiene 19 años y vive en la Comunidad Valenciana, y Ainara vive en Cabañas y tiene 15. A pesar de todo llevan tres años de amores y desamores virtuales, porque en directo han estado juntos menos de 6 meses.
M. E.: "Y está claro que te duele mas la mentira que el engaño".
Ainara: "Pues si, mucho más, es que lo hizo en mi casa".
Ante mi cara de asombro me hace un gesto de "espera que ahora lo entenderás" y sigue.
Ainara: "Es que en vacaciones vino a mi casa y mientras yo me duchaba el estaba en el tuenti escribiéndole a la otra, y encima va y me lo niega. Me enfadé mucho y le pedí las claves para ver si era cierto o no y cuando me las dió y lo comprobé le dije que lo dejábamos".
M. E.: "Me alegro mucho".
Sus amigas se ríen y comparten mi comentario.
Ainara: "Pero espera, que eso no es todo...".
Me comenta varios detalles de sus peleas, de sus amores y desamores, de la distancia, de líos que él ha tenido con otras, de líos que ella ha tenido con otros, de cómo se ha enterado, de cómo se han reconciliado, en fin, muchos detalles ... Sus amigas le instan a que termine y llegue al final; yo me asusto, ¿qué me tiene que contar?, ¿cómo rematará esta historia?.
Ainara: "¿Te acuerdas que el año pasado fuimos al Parque de Atracciones y me gustó un chico?".
¡Ay!, que ya sé por dónde va.
M. E.: "Claro que me acuerdo, y ... hubo algo. Y la semana pasada volvistéis al Parque de Atracciones". La miro con intención de sonsacarle si volvieron a las andadas. Las amigas se ríen y Carmen confirma mis sospechas.
Ainara: "No, pero el me saludó y hablamos, pero me dice que no quiere nada conmigo, que soy muy joven".
Eso no lo recordaba así que le pregunto la edad del feriante y dice que 23.
Ainara: "No, bueno, si. Bueno, que me gusta mucho y le dí mi teléfono y no me llama".
M. E.: "A ver Ainara, llevas 3 años con el Chato, habéis compartido muchas cosas y es normal que te duelas de su pérdida, además habéis roto y vuelto varias veces (sus amigas hacen gestos y no puedo evitar reírme), vale, muchas veces, pero habéis vuelto y eso te hacía pensar que no romperíais, pero lo habéis hecho. Ahora lo que no debes hacer es tirarte a los brazos del primero que te dice hola".
Ainara: "Es que no es eso".
M. E.: "Claro que sí, ¿sientes por el feriante lo mismo que por el Chato?".
Ainara: "No".
M. E.: "¿Le conoces para saber si puedes llegar a tener algo bonito con él?".
Ainara: "No".
M. E.: "¿Tiene novia?".
Ainara: "Me ha dicho que no".
M. E.: "Te ha dicho, pero no estás segura. Además tiene 23 años. ¿Te das cuenta de que con esa diferencia de edad le puedes poner en problemas?".
Ainara mira sus manos, escucha "ya te lo dije" de boca de sus amigas.
M. E.: "Esto es solo una cabezonada"
Ainara: "Pues será eso, pero quiero salir con él".
M. E.: "¿Y que tenga problemas?".
Ainara: "Pues que me llame".
M. E.: "¿Para qué?, si no quiere salir contigo porque eres muy pequeña para él".
Ainara: "Pero yo quiero salir con el".
M. E.: "No seas cabezona, busca otro de tu edad".
Suena el timbre, Ainara se levanta y se dirige a la puerta, la abre y antes de salir se gira hacia mí y añade
Ainara: "Pues será una cabezonada, pero quiero salir con él".
Sus amigas se ríen, me miran, me hacen comentarios divertidos y la acompañan. Solo puedo pensar en lo difícil que es ser adolescente, tener una relación de pareja  y aceptar que tienen un principio y un final. Nos cuesta a los adultos...

12 junio 2013

Anna se va



Anna me ha dicho que se va, que la empresa en la que trabajaba su padre ha cerrado y se vuelven a su país. Está muy triste, sus compañeros de clase le han hecho una despedida, con globos, fotografías y dedicatorias, me pide una, se la regalo y hoy me entrega una carta.
Le he pedido permiso para publicarla porque me parece preciosa y deseo animar a quienes trabajan con niños y adolescentes a que les ayuden a ser adultos felices, o al menos a que lo intenten, como hago yo. Anna me mira raro, no comprende el valor de todo lo escrito en ese folio con corazón rosa, pero me dice que si.

"Querida M. Eugenia, con esta carta, quería darte las gracias por ayudarme tanto cuando más lo necesité. Tú me hiciste madurar un poco más y entender qué es lo que pasa y cómo pasa. Al estar mal me sacaste esa sonrisa que no pensaba que la podía sacar.
Con tus consejos y con estar a mi lado me hacías ser más fuerte. Tu ya sabes lo mucho que me ayudaste. Eres una persona bella y muy especial para mí. Creo que también eres la única profesora a la cual le cogí tanto cariño. Nunca te olvidaré porque las personas como tu jamás las puedes olvidar.
Espero volver a verte algún día y que veas que seré así como tu piensas, aunque yo no lo pienso tanto, pero lo deseo.
También quiero pedirte perdón por las molestias en clase y aunque nos echabas la bronca seguías siendo igual de especial y aun más. Pero por lo que si que te pido perdón con toda mi alma es por cuando no te escuché y empecé a hacer lo contrario, pero sin querer. ¡Me arrepiento un montón!.
Al crecer me gustaría ser tan grande y buena persona como tú. Eres una buena profesora y sabes ayudar y dar muy buenos consejos. Eres muy guapa y cariñosa. Yo te quiero muchísimo y te echaré de menos. ¡Gracias por todo!
Con mucho cariño Tú alumna:
 Anna"

He llorado al leerla y vuelvo a hacerlo cuando la escribo, me doy cuenta de lo difícil que es ser adolescente y  cuánto necesitan alguien que les escuche, saberse importantes.
Me pide perdón y no tengo nada que perdonarle, ella es una preciosa adolescente que se ha limitado a ser rebelde, incluso conmigo, y eso solo es normal.

No voy a escribir nada más, solo añadiré una princesa de cuento que es como yo la veo; preciosa, protagonista de una película algo complicada que tendrá un final feliz.


03 junio 2013

Nunca me lo había dicho

Estoy en clase con 2º de ESO, hacemos malabares en el patio, por fin un día bueno.
Al terminar la clase se acerca a mi lado Anna, una niña rubia, con la melena muy larga, ojos azules, dulce, preciosa como las princesas de los cuentos y me dice:
Anna: "El sábado me castigaron sin salir"
Vive con sus padres y la hermana pequeña, inmigraron hace tres años. Sus padres no se acostumbran a la libertad de que disfrutan los jóvenes en esta zona, (en los pueblos de la Ribera Alta), a mi también me parece excesiva, pero no es bueno que una adolescente se sienta marginada porque acaba protestando de formas inadecuadas.
Anna llegó a irse a casa de una amiga y pasar allí un par de días. Sus padres la han castigado, le han hablado, le han gritado, todos se han gritado, ..., pero se quieren, todo el problema es de comunicación. Es difícil combinar a una adolescente sedienta de libertad y de amigos con unos padres tradicionales a los que no les gusta tanto alcohol y unos horarios muy largos, para unos años muy cortos.
Hemos hablado muchas veces.
M.E.: "Comprendo que  te guste salir, estar con los amigos, pero no es necesario que vuelvas a casa a las 5, a mí también me parece un horario excesivo para tu edad".
Anna: "Da igual a la hora que vuelva, siempre me gritan, mi madre se enfada por todo, solo quiere a mi hermana".
M.E.: "¿Qué años tiene?".
Anna: "¿ Mi hermana?".
M.E.: "Si".
Anna: "8, a ella le dice bonita, la abraza, le da besos, a mí no me ha hecho eso nunca" - esos celillos.
M.E.: "¿Crees que será igual cuando tenga 14?".
Me mira con cierta picardía, sonríe, baja la cabeza, como si le diera vergüenza; en ese momento le doy un codazo suave y se ríe abiertamente mientras sacude la cabeza y su melena rubia baila. Nos reímos juntas, se relaja un poco la tensión y seguimos hablando.
M.E.: "Con tu madre es difícil, lo sé, pero también es normal porque ella está todo el tiempo en casa y tu padre solo cuando viene de viaje, eso lo entiendes, ¿no?".
Anna: "Pero con mi padre es diferente, el solo me grita cuando se lo pide mi madre".
M.E.: "¿Estás segura?, has hecho cosas que merecían un castigo".
Anna: "Si, pero yo quiero hablar y con mi madre no se puede".
M.E.: "¿Quieres que la llame y hable con ella?".
Anna me mira sorprendida, tanto que solo puede asentir con la cabeza. Le sonrío y añado que ella también tendrá que ceder y comprometerse.
Antes de que venga su madre volvemos a hablar varias veces, entonces me cuenta que le gusta un chico, que la relación a veces si, a veces no, que ella está muy pillada, pero que él juega. Creo que tiene demasiados pajaritos en la cabeza y así no se centra en los estudios, ni en tener una buena relación con la familia.

Contacto con su madre, Liliana, y le pido que venga a hablar, accede un poco agobiada porque no domina demasiado el idioma.
Hablamos, veo su preocupación por lo que ella considera unos horarios inadecuados, veo su impotencia, su soledad, su desconcierto en este país con extrañas costumbres. Intento tranquilizarla y al rato llamo a Anna, las tres juntas elaboramos un horario de salidas, todas aceptan con la condición de que cuando no lo cumpla, no sale el día siguiente. Sé que a veces lo cumple, a veces no; pero la relación se ha relajado, no ha vuelto a escaparse, no discute tanto, colabora en casa, estudia algo más. Poco a poco va mejorando todo.
Ahora se acerca a mí y me dice que la castigaron, la miro sorprendida y añade:
Anna: "Mi padre me llamó por teléfono y me preguntó si había salido el sábado, le dije que no y me dijo te quiero, (se crea un silencio mágico, nos miramos), no me lo había dicho nunca". Su cara se ilumina mientras termina la frase.
M.E.: "Ves como todo cambia si tu cambias".
Nos miramos sonriendo, sabemos que es así.

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...