23 noviembre 2014

Dragones a la mazmorra

Con este título invité a los alumnos de 1º de ESO a trabajar su ira.
Sigo intentando encontrar fórmulas nuevas que ayuden a los alumnos a conocer, reconocer, aceptar y manejar sus emociones. Como la rabia suele ser la que más problemas nos genera decidí inventar algo que motivara a los chicos y les ayudase a evitar o reducir sus conflictos.
Como siempre, tuve mucha suerte y en el primer recreo una chica se dió de baja alegando que la habían apuntado sus amigas pero que no le apetecía, le sonreí y dije que me parecía bien, ella se relajó y ya está. Otro muchacho tampoco apareció, pero los que vinieron me hicieron disfrutar mucho porque participaron de una forma especial, como solo ellos saben hacer, con esa mezcla de desdén, interés, ingenuidad y sabiduría que me encanta. Al día siguiente aparecieron nuevos y me pareció genial. 
Hemos pasado más recreos de los que yo pensaba, estaba programado para 5  y lo hemos hecho en 6. Un recreo es poco tiempo y entre que nos juntamos todos, recolocábamos nuestra energía y empezábamos a trabajar se nos iba el tiempo, aun así hemos hecho cosas preciosas. Al terminar, un par de muchachos dijeron que no les importaría seguir más recreos. Pero me parece más adecuado valorar lo hecho y ofrecerlo a otros que aun no conocen a los dragones como nosotros.
Hablamos sobre qué es un dragón y descubrimos que es una parte de nosotros que no podemos ni debemos eliminar, que hay que aprender a manejar porque es una parte muy potente y sabia.
Descubrimos que se localiza en diferentes partes del cuerpo según cada persona, y que eso es normal, no hay un lugar único, los dragones se pasean por las tripas, por el pecho, por la cabeza o por la garganta. Los dragones son así de chulos y no se manifiestan igual en todas las personas, pero eso solo es normal, no es mejor ni peor sentirlo en una zona u otra, todo es normal.
Dijimos que estábamos enfadados, lo repetimos, lo gritamos sin reparos varias veces y nos sentó muy bien. También descubrimos lo que más rabia nos da a cada uno, a veces eran situaciones parecidas, otras no tanto, pero todas eran válidas porque eran reales: "a mí que no me hagan caso", la falta de reconocimiento; "a mí que quieras ser amigo de alguien y que te manden ...", el rechazo, cuánto duele. Así, uno por uno fuimos diciendo lo que más rabia nos daba.
También descubrimos que cuando sentimos al dragón descontrolado dentro de nosotros lo representamos como caos, todo se mezcla, todo es confusión. También aprendimos que huele y sabe a limón, es ácido.

Vimos, gracias a unos fantásticos teatrillos que representaron, que nos movemos, hablamos y pensamos de diferente forma cuando el dragón está libre y suelto dentro de nosotros, que cuando lo tenemos controlado.
No nos limitamos a conocer a un dragón, conocimos a una familia completa y nos hicimos amigos de uno pequeñito que no daba miedo y que nos aportó su gran sabiduría.
Nos sentimos capaces de parar nuestra energía cuando llegábamos a un punto en el que era el dragón quien mandaba y no nosotros. Supimos cual era el momento exacto en el que el poder pasaba de nosotros al dragón. Todos estábamos de acuerdo en que los dragones traen problemas cuando cogen el poder y es mejor parar y marcharse antes de que todo se complique más.
El último día fuimos capaces de encerrar a los dragones en la mazmorra y nos dimos cuenta de que cuando ellos están allí, todo cambia, la rabia ya no huele ácida, "huele a campo", "huele a fresa". Siento tranquilidad, estoy bien.
Los dibujos son reales, he tachado los nombres porque me lo pidieron, pero me parecen tan representativos de lo que allí han vivido que me apetecía mucho presentarlos. No hace falta, pero me apetece decir que la parte de abajo es la vivencia de la rabia cuando manda el dragón, y la de arriba cuando lo hemos encerrado en la mazmorra.

16 noviembre 2014

Hoy va por ti

El otro día, en la reunión de tutores comentó el orientador que debíamos valorar la actividad "Te puede pasar a ti", que va sobre accidentes de tráfico, y en caso de aprobarla, decir cuándo la realizan. No pude evitar viajar en el tiempo. 
Recuerdo que un día llegaron los chicos alborotados porque un compañero suyo había tenido un accidente con la moto, que él se había hecho poco, pero que la novia estaba muy mal. Me preocupé por él, la chica estudiaba en Alagón y no sabíamos nada de ella. A los pocos días el chico se incorporó a las clases con la muñeca rota, en mi clase me ponía a su lado y hablábamos, nunca le pregunté directamente, pero intentaba conocer su estado de ánimo por las frases, el tono de voz, en fin, esas cosas inmateriales que se captan con la intuición. Solo sentía su preocupación, pero hablaba poco y yo no encontré el hueco para hacer una pregunta directa. Me limité a darle ejercicios para que recuperara su fuerza y movilidad.
Se empezó a hablar de su novia, tenía una lesión medular bastante alta, no podría volver a caminar. 
Pasó el curso, él se recuperó casi totalmente de su lesión y nos anunciaron que ella, tras un año en el hospital se incorporaba a nuestro centro. Empezaría 2º de ESO con varias asignaturas de 1º. 
Tuvimos que hacer adaptaciones en el centro, colocar un ascensor, pelearnos con el que ya había y que sigue dando problemillas.
Yo me asusté, no me sentía preparada para impartir clases a una alumna en silla de ruedas sin conocer bien sus limitaciones ni posibilidades. Además había cambiado de centro, no conocía a nadie o casi nadie; (supongo que lo hizo por romper con el pasado). Yo tenía miedo, no me importa decirlo abiertamente, miedo por mí y por ella, en aquél momento no lo reconocí tan abiertamente como ahora y proyectaba mis inseguridades en ella; pensaba que quizás ella no quería hacer educación física, que quizás no se adaptaría al centro, que quizás rompiera con el novio y lo pasaría fatal, que ... Mil cosas más, pero no eran "sus miedos", eran "los míos" y lo comprendí en un par de meses.
Si, solo necesitó 60 días para hacerme ver que ella estaba preparada para todo y para más. Decidida, abierta, autónoma, alegre, divertida, increíble, fantástica. La recuerdo cogiendo el stick y devolviéndome las pelotas que yo le enviaba, ayudándome a preparar las clases, contándome cosas, pidiéndome que la dejara ir a la biblioteca cuando hacía mucho frío, porque su mala circulación le hacía sentirlo más. Casi sin darme cuenta me olvidé de la mayor parte de sus limitaciones, solo veía sus capacidades, y reconozco que algunas con cristal de aumento.
En poco tiempo se creó una preciosa complicidad entre nosotras, y pasó de comentarios intrascendentes a enseñarme los regalos del día de San Valentín y a contarme cosas más personales. Yo también lo he hecho, le he comentado sentimientos míos que no he compartido con otras personas. Pero creo que nunca le he dado las gracias por entrar en mi vida y sacudirla como lo hizo, voy a aprovechar esta página para hacerlo ahora. 
Gracias, mi niña, por hacerme comprender que mis miedos son solo míos, que hay que vivir con fuerza y con ilusión, que debemos seguir compartiendo la sonrisa, sobretodo si es tan bonita como la tuya, que es bueno hacer alguna locura, salir de la norma, reírse a carcajadas por una tontada, en resumen vivir y disfrutar de cada momento.
El curso pasado me regaló un libro: "Cosas no aburridas para ser la mar de feliz"; me hizo un regalo, como si entrar en mi vida, sacudirla y enseñarme tanto no hubiera sido bastante.
Sabes perfectamente lo que pienso de ti, cuánto hemos disfrutado juntas, sabes que estoy ahí para lo que necesites, ahora y siempre. Gracias por ser como eres y compartirlo con los que estamos cerca.

09 noviembre 2014

Dimos voz a los padres

Hace ya un mes que los padres de nuestros alumnos vinieron al centro para conocer al equipo directivo y al tutor o tutora que acompañará a sus hijos en este curso.
Siempre reuníamos a todos en una sola tarde, pero este curso decidimos cambiar. Hablo en plural por dos motivos, uno que yo también formé parte de un equipo directivo y he organizado estas reuniones y el otro es que le hice una propuesta al equipo actual de mi instituto y les pareció bien.
Comenté que los padres de primero de ESO deberían tener un trato diferente, para ellos no es una rutina, es la primera vez que vienen, tienen muchas dudas, temores,...y se limitan a escuchar al equipo directivo y luego acompañan al tutor para volver a escuchar. Creo que no es una buena acogida; así que propuse realizar un "world coffee". Esta técnica la hemos utilizado varias veces antes, con alumnos para trabajar el tema de la convivencia y con padres para informarles sobre la nueva ley de educación (LOMCE). Consiste en reunirse alrededor de una mesa para comentar un tema propuesto (escrito en el propio mantel) con un anfitrión que se encarga de recoger todo lo comentado. Cuando nos juntamos en el bar hablamos más abiertamente, decimos muchas cosas que matizamos u omitimos en otros entornos, por eso deseábamos reproducir este ambiente.
En esta ocasión había que cuidar varios aspectos, uno de ellos elegir temas de interés tanto para los padres como para el instituto y otro, cómo gestionar la numerosa afluencia de padres. Al final pensamos reducir a 4 los temas elegidos:

  1. ¿Qué como?, ¿dónde?, ¿cuándo? (con este juego de palabras pretendemos trabajar la alimentación de nuestros adolescentes).
  2. ¿Qué hacemos con los móviles?
  3. Tareas compartidas.
  4. Salto al instituto.
Y después hicimos dos vías, dos grupos para que pudieran participar todos los padres a la vez. Para distinguirlas una era en color verde y otra en naranja. Unos padres comentaban los temas en unos manteles y otros en los otros, así pudimos realizar la actividad en algo más de media hora.
Como siempre, todo este montaje fue posible gracias a la inestimable colaboración de Rosa, la responsable de la cafetería. No solo nos prestó el local, además hizo galletitas de colores, preparó una zona para coger el café y estuvo con nosotros todo el tiempo; sobretodo conmigo antes de que empezara el lío para ayudarme y darme ánimos.
Las jefas de estudios ya habían vivido esta experiencia y les apetecía repetirla, las tutoras de 1º de ESO, curiosamente, eran nuevas en el centro, excepto una. Esta circunstancia favoreció el que resultara fácil hacerlo. También deseo agradecer a Pilar, tutora de 1º que con los alumnos de Diversificación nos prepararan los manteles (los títulos y números).
A los padres los pillamos un poco por sorpresa, el director hizo una presentación escueta y les comentó que iban a ser ellos quienes hablaran, les invitó a ir a la cafetería. Llegaron un poco sorprendidos y les fuimos organizando. Una vez sentados en nuestra mesa les explicábamos la intención de esta actividad y les proponíamos el tema para que comentaran lo que deseasen.
Fue una de las experiencias más interesantes que he vivido, fácil no, pero interesante si, mucho. Los padres y madres aportaron ideas, información, dudas, frases divertidas de sus hijos, preocupaciones,...todo quedó recogido en nuestros manteles. Cada 7 minutos sonaba una música de fondo y avisaba del cambio de mesa, nuevas madres y padres se sentaban, comentábamos las aportaciones de los anteriores y seguíamos recogiendo nuevos comentarios. Realmente un placer.
Al final, cuando habían recorrido las 4 mesas y hecho los comentarios y aportaciones que les parecieron bien, les despedimos, dimos las gracias e invitamos a que hicieran una valoración, opinión o lo que deseasen sobre lo vivido, para ello había una mesa con folios y bolígrafos para facilitarlo. Es cierto que pocos lo utilizaron, pero todos dijeron que les pareció interesante, una persona nos propuso hablar sobre acoso, lo hemos recogido, pero nos parece que eso deberíamos dividirlo a su vez en varios aspectos y tratarlo como un monográfico. También debo comentar que un par de madres se quejaron porque pensaban pasar poco rato en el instituto y todo esto les parecía una pérdida de tiempo. Acogemos este comentario, a todos no tiene por qué gustarles la innovación, lo tendremos en cuenta.
Me alegro de haber hecho esta propuesta, (a pesar de que no gustara a todo el mundo), buscábamos dar voz a los padres, escucharles, y lo hemos conseguido. Si podemos dar continuidad a esta actividad estoy segura de que será más fácil y fluida.

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...