01 diciembre 2014

Geniales y vulnerables


El vienes tuve tutoría y comenté que había oído en la radio que una chica de 13 años se hizo unas fotos provocativas, se las envió a un chico que le gustaba y este las había difundido, comentábamos que lo que se cuelga en la red ya no es tuyo y no puedes controlar lo que se hace con ello.
Todos y todas asentían, hasta que Alma comentó: "Pues yo no lo entiendo, no sé para qué hacen esas tonterías, yo nunca lo haría".
Lucía: "Ni yo, pero hay chicas que lo hacen".
Mónica: "Acuérdate".
Si, también pasó algo así en nuestro centro y generó mucha reflexión y muchas conversaciones.

M. E.: "Pues yo sí que lo entiendo, pensad que llegáis al instituto siendo preadolescentes y de pronto todo cambia, vuestro cuerpo, la forma de pensar, aparece el sexo,... y todo son inseguridades. (Se creó un silencio lleno de atención). Pero es igual para chicos que para chicas, todos cambiáis, pero ninguno al mismo tiempo ni con los mismos resultados. Hay chicos en primero que están desarrollados y se llevan a todas las niñas, aunque en cuarto no les mire ninguna porque los demás cambiaron mucho".
Rosa: "O se quedó en segundo".
Alma: "Eso es lo más seguro".
Sonrisillas cómplices, está claro que ese chico tiene nombre y apellido.

M.E.: "O se quedó en segundo, y ese chico delgadito y desgarbado en quien no se fijaba nadie en cuarto es un chico guapísimo. Recuerdo que fui tutora de un chico que creció todo en segundo y tercero y al llegar a cuarto se engordó y las niñas descubrieron lo guapo que era... Hablé con su padre y le comenté que había ganado mucho en confianza, pero que le iba a costar el curso, era un hombre encantador y lo comprendió, chicas y libros no son compatibles".
Lucía:"¿Qué paso?".
M.E.: "Repitió curso, por supuesto".
Risas, bromas,...

M.E.: "Imaginad que eres una chica normal, muy normal, que no destacas por nada, ves a los chicos que se les van lo ojos detrás de esa chica que está muy desarrollada y tú piensas ¿me querrán algún día aunque no sea tan guapa como ... o tan alta como... o tan rubia o tan morena como...?, en el fondo todos, todos, necesitamos que nos reconozcan y nos quieran. Y en esta época más, por eso en este momento eres capaz de hacer cualquier cosa para que alguien sepa que estás ahí y te quiera".
Se han puesto serios, comprenden lo que digo, seguro que lo han sentido en algún momento. Cambio la conversación pero me acuerdo de María, una muchacha con la que tengo una preciosa relación a pesar de que ya no le doy clase.
Hace unos días me escribió en Facebook: "Hola María Eugenia!! Me gustaría saber si tienes algún recreo mañana libre para poder hablar contigo, ya que necesito hablar con alguien que sepa escuchar, del curso que llevo para desahogarme un poco y que me aconsejes, que me ayudes..."
Le dije que podía venir dos días más tarde, entre medio había una mediación y mis recreos estaban ocupados. Pero pregunté a dos profesoras que le dan clase este curso para tantear. Me comentaron que estaba un poco nerviosa, que se agobia pero que va muy bien.

¿Nerviosa?, ¿agobiada?, ¡pero si es energía en estado puro!; alta, con una preciosa melena ondulada, alegre, vital, impulsiva, con una sonrisa pícara que me ha desarmado siempre, lo dicho, energía en estado puro.
Por fin nos vemos y me empieza a comentar que está mal, que no se ve bien, que le cuesta más sacar notas, le interrumpí.
M.E.: "Basta, te voy a decir lo mismo que le he dicho a otra chica, sois diferentes y este instituto es muy limitado, aquí solo se puede ser de una o dos formas, y tu no entras en ellas, pero cuando llegues a la Universidad tu mundo va a cambiar y te vas a dar cuenta de que eres maravillosamente distinta".
Sonríe tímidamente, le llega lo que digo, pero... a mi niña le falta que le digan que es preciosa, que se van a morir de envidia todas las chicas cuando aparezca por la universidad y que la mitad de los chicos se van a derretir por sus huesos, bueno, la mitad o unos cuanto, pero va a ser así. No recuerdo las palabras exactas, pero se lo dije y entonces sí que sonrío de verdad, con ese punto pícaro que me gusta.
Le pedí su email y le pedí que hiciera dos cosas, una en los exámenes si se bloqueaba y otra para aprender a mirarse con mis ojos, y me contestó: "Muchas gracias, lo probaré, muchas gracias por todo y sobre todo por poder confiar en ti y ser como una mejor amiga mas de las que se puede contar los problemas sin que te juzguen sin pensar o entenderte, gracias :)".

Me preocupa que estos chicos y estas chicas se vivan tan mal, si se miraran con mis ojos verían que son geniales, fantásticos y preciosamente vulnerables, por eso debemos cuidarlos.

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...