18 diciembre 2012

Tutoría, padres y alumnos

Este curso soy tutora de 4º B de ESO. Cunado ejerzo este cargo suelo serlo de ese nivel, la optatividad hace que solo unos pocos profesores (lengua, inglés, educación física, historia,...) demos clase a todo el grupo, el resto los tienen mezclados con los alumnos de otros grupos de 4º. Como es difícil ser tutora de alumnos a los que no conoces más que de la hora de tutoría nos eligen a las de Educación Física, digo "las" porque en mi centro somos dos mujeres, una morena y una rubia como en la verbena de la paloma.
Es un nivel difícil, por una parte hay que empujar a los que quieren hacer un ciclo formativo para que titulen, para que no se limiten a hacer la prueba de acceso, siempre es mejor tener otro título y una formación más amplia. Y a los que quieren hacer un Bachillerato hay que presionarles (al menos intentarlo), para que se "metan un poco más de caña", el próximo curso se les hará muy cuesta arriba si no cogen algo mas de ritmo estudiando. Ha llegado el momento de la evaluación y mentalmente repaso un poco el trimestre.
Hablar con los alumnos es como predicar en el desierto, te escuchan, te dan la razón y seguidamente se olvidan de todo, de lo que les has dicho y de lo que te han prometido. Eso si, algunos lo hacen con mucha gracia, son tan divertidos que me resulta imposible enfadarme.
Con los padres es muy variado, algunos están muy preocupados por sus hijos, si estudian bastante, qué futuro tendrán, el trabajo está muy difícil y hay que tener mejor formación para encontrar un puesto. Otros se agobian más que los hijos, en ese deseo de una vida mejor para ellos les presionan para que obtengan los resultados que ellos consideran ideales. Hay que apoyarles y relajarles, nunca sé bien cómo acertar. Este curso están preocupados e implicados, he podido hablar con ellos a gusto, intercambiando opiniones, enriqueciendo la visión de sus hijos para poder ayudarles, darles un empujón.
Antes de la evaluación reflexionábamos, más bien era yo la que intentaba que lo hicieran mis tutorados, sobre lo trabajado, los suspensos que esperaban, Alfredo tira el bolígrafo a la mesa, se recuesta sobre la silla y con gesto displicente me dice "yo, eso" mientras señala el boli. Varios compañeros y compañeras le secundan y confiesan que han trabajado muy poco. En ese momento mi sentido de la responsabilidad tiene las lágrimas en el balcón a punto de salir, ¡no puede ser cierto!, doce entrevistas con padres en directo, tres llamadas telefónicas, frases de aliento, varias broncas, juramentos de trabajo constante a lo largo de estos meses ... ¿Y ahora?, estoy asustada y preocupada, nunca pensé que iba a conseguir tan poco.
El lunes miré las primeras notas y casi me quedo ante el ordenador sin respiración, ¡qué mal!, solo cuatro materias y algunos con dos suspensos, otros con los cuatro. Por un momento me han desaparecido los rizos, creo que tengo los pelos de punta, ¿qué pasará cuando pongan el resto?.
Con miedo he vuelto a mirarlas antes de ir a comer, ya estaban todas, ¿todas?, increíble, los compañeros han sido puntuales, gracias, tendré tiempo de hacer la valoración; pero antes he de echar un vistazo rápido, confieso que había desconfiado de ellos y pienso disculparme cuando les entregue las notas, han sido bastante aceptables, más de media clase está entre 0 y 2 suspensos, las notas que pusieron en primer lugar eran las peores, por eso el resto se limitó a mejorar las medias en vez de añadir calabazas a los resultados. 
Además de las notas les daré algún "premio", se lo han merecido.

Lo digo muchas veces, pero es cierto, son geniales.

11 diciembre 2012

Más de lo mismo

Voy a empezar la clase y aparecen dos niñas de 1º, Cristina y Vanessa; la primera es repetidora, la conozco; aunque no le doy clase, el curso pasado tuvo un problema con otro compañero y realizamos una mediación con un resultado muy favorable.
Les pregunto si tienen clase con Pilar y me dicen que me buscan a mí. Sorprendida les pregunto para qué.
C.: "Es que nos ha dicho Yoli (una profesora de lengua que pertenece al Seminario de Convivencia desde hace varios años) que te busquemos para hablar contigo".
Está claro que han tenido un problema con alguien, casi seguro es Cristina quien se ha visto implicada y Vanessa solo la acompaña. Toca clase con la UIEE, son pocos y el gimnasio es para mi así que les organizo la actividad mientras invito a la pareja  a que me esperen en el vestuario de las chicas.
Pido a mis alumnos que empiecen la clase sin mí; que me permitan unos minutos, mientras ellos juegan, para que yo hable con las niñas; encantados de no verme un ratillo, me dan permiso.
Entro en el vestuario y Cristina no me deja ni decir una palabra, es una muchacha a la que la adolescencia le ha caído de golpe, no le llegó poco a poco, es como si ella se durmiera un día como niña y se despertara con todas las hormonas alborotadas; la veo por los pasillos mirando a los chicos, asomándose a otras clases para ver a "fulanito" o "menganito", cuando coincidimos en el patio dando clase (yo con mi grupo y ella con el suyo) me ha preguntado por el nombre de alguno de mis alumnos, en fin, adolescente llena de hormonas y energía.

C.: "Mira, llevo un día negro, de verdad, negro, negro, es que todo me sale mal, y ahora ésto, es que solo me faltaba ésto, me he metido en el baño y he pensado ¡pero qué día de m...!, es que no puede ser".

Dejo que se desahogue un poco si no lo hace no podremos hablar, miro a Vanessa que asiente con la cabeza mientras su amiga habla.

M.E.: "Anda cuéntame qué ha pasado y yo te intento ayudar".
C.: "Nada, que estábamos en el recreo y se acerca Luis, que ahora está en 2º (hace un gesto muy gracioso, por desgracia inefable, reconociendo que ella debería estar también en 2º), que somos muy amigos y me dice que por qué he dicho de él esas cosas, y te aseguro que no he dicho nada, no lo entiendo, pero si somos muy amigos (en este momento ya no puede más y se levanta y se pasea gesticulando, me encantan cuando muestran sin pudor estos alardes de vida) y se lo he dicho, pero que yo no he sido, que te aseguro que no, pero está enfadado conmigo. Y luego viene Soraya, que es compañera mía y me dice también lo mismo, pero que yo no he dicho nada de ella (mientras lo afirma se acerca a mí para intentar convencerme de su verdad) y luego Andrea con cuatro chicos más, todos a gritarme y a decirme cosas".

En ese momento se sienta a mi lado, su gesto es de total impotencia, no entiende nada, está muy frustrada, se siente víctima de un complot y tanto la situación como sus emociones están completamente desbordadas.

M.E.: "Vamos por partes, ¿has tenido algún problema con alguno de ellos?".
C.: "No", me pone una carita de niña buena sorprendida que es imposible dudar de que dice la verdad.
M.E.: "Algo, aunque que te parezca poca cosa".
C.: "Si, a Soraya le dije tonta el otro día porque me puso la zancadilla y casi me caigo, y va y se ríe de mí."
M.E.: "¿Cuándo pasó esto?"
C.: "El otro día en el pasillo de plástica, que había mucha gente y me hizo eso."
M.E.: "¿Estás completamente convencida de que fue ella?"
C.: "Bueno,..., verla no la vi, pero se rió."
Muchas dudas, ella es muy rápida respondiendo, ahora Cristina también duda de si se ha equivocado.

M.E.: "Quizás solo te vio dar el traspiés y se rió, eso da risa".
C.: "Bueno, quizás".
M.E.: "A mí todo esto me parece raro, ¿Te han dicho quién les ha dicho que tu decías?"
C.: "No", pero me mira como diciendo "en eso no había pensado yo".
M.E.: "Para mí está claro que alguien está enfadado contigo y va diciendo cosas para que otros se enfaden contigo. ¿Qué te parece si mañana en el 2º recreo nos reunimos todos?, vosotras, Luis, Soraya y Andrea y hablamos de este lío.

Cristina se levanta como si ya estuviera todo solucionado, hace un gesto a Vanessa para que la acompañe, me mira relajada y me pregunta:
C.: "A ellos se lo dices tu o se lo digo yo"
M.E.: "Yo, yo, que será mejor, tu ya no hagas nada, nos vemos mañana, ¿vale?".
C.: "Gracias María Eugenia, ¡cuánto me alegro de haber venido a verte!", me dedica una preciosa sonrisa y desaparece de la mano de su amiga. 

Respiro hondo para recolocar todo en mi cabeza, apuntar los nombres de todos los implicados en el lío y pensar cómo podré organizarme para avisar a todos mañana, ya veré. También pienso en Vanessa, ¡qué bueno es tener una amiga así en estos momentos!, alguien que te acompaña, te apoya y no te complica nada la vida, creo que una persona así en momentos como el que vivía Cristina es un auténtico lujo, pero ahora toca seguir con mi clase.

05 diciembre 2012

La primera en primero

Empezamos el curso y con él las actividades de convivencia. Este año tengo mucha suerte, hay varias tutoras de 1º y 3º de ESO que se han apuntado al Seminario, eso supone que van a aprender a hacer las dinámicas y actividades que propongo luego las pondrán en práctica en sus respectivos grupos.
De momento empiezo yo, la primera es para romper el hielo, para que los chicos se enganchen, se animen. Las tutoras, que siempre están presentes y dispuestas a colaborar como fotógrafas y participantes, se hacen a la idea de cómo hacerlo.
Siempre empiezo explicándoles que la verdad es como una tarta dividida en porciones y que si no tienes toda la tarta es imposible tener toda la verdad, que solo tienes tu trozo y que un trozo solo es eso, un trozo.
Es importante que comprendan que dos personas que afirman cosas opuestas pueden decir la verdad. Si yo digo que una persona tiene dos ojos y otro dice que solo tiene pelo, quizás se deba a que yo miro de frente a la persona y la otra ve su cabeza. Ambas tenemos razón, decir cosas diferentes, opinar diferente no es síntoma de una verdad y una mentira; todo puede ser cierto.
Les pongo ejemplos de cómo una situación se vive como un conflicto por pensar que mi trozo de tarta, de verdad, es toda la verdad y tengo derecho a enfadarme, a insultar, incluso a ofender a otros en vez de pensar que quizás hay otros trocitos de tarta que me pueden ayudar a ver todo diferente, a aceptar una situación, a comprender un comentario.
Les cuento una experiencia que viví cuando era Jefa de Estudios Adjunta, añado algunos comentarios que me parecen necesarios para alcarar y completar la situación. "Un día en el que estábamos las dos jefas apareció un profesor muy, muy enfadado, traía cogida del brazo a una alumna, (Esther una repetidora de 2º de ESO) y la soltó mientras decía: "aquí os la dejo, luego vuelvo, tengo una clase rota por su culpa" y se fue. La niña estaba de pie, alterada y digna, nos miraba como diciendo: "tengo razones para hacer lo que hice". En ese momento la Jefa de Estudios Principal (J.E.) le preguntó:
J. E.: "¿Qué ha pasado para que Alfredo esté así de enfadado?"
E: "No sé"
J.E.: "¿Cómo puedes decir eso?, te acaba de traer del brazo".
Esther se encogía de hombros, pero era palpable su rabia interna.
M.E.: "¿Tenías clase con él ahora?"
E: "No"
J.E.: "¿Qué hacías en su clase?"
E: "Hablar con Lidia" - su tono era cortante, pero poco a poco se volvía desafiante.
J.E.: "¿Te ha pedido Alfredo que salieras y no le has hecho caso?"
E: "No, he entrado a decirle a Lidia que la p... será ella".
J.E.: "A ver, ¿estaba la clase empezada y has entrado a decirle eso a Lidia?"
E: "Claro, que ella va diciendo eso de mí" - era evidente que culpar a Lidia le liberaba de responsabilidad, o así lo veía ella.
M.E.: "¿y hay que decírselo en mitad de una clase?"
E: "Es que me lo acaba de decir Almu".
Almudena es otra amiga del grupo, son del mismo pueblo.
Después de varios interrogatorios a todas las implicadas conseguimos descubrir que Lidia y Esther eran muy amigas, Almudena se sentía desplazada por lo que inventó una mentira que las separase. Lo malo es que funcionó, Esther no fue a buscar a Lidia, su amiga, su persona de confianza, para preguntarle qué había de cierto en esa habladuría; en ese momento creyó que lo contado por Almu era toda la tarta, no lo dudó y actuó en consecuencia.
Miro a mis "primerines" y les pregunto:
M.E.: "¿Entendéis lo de la tarta y la verdad ahora?"

27 noviembre 2012

¡Estos virus!

No tengo las historias preparadas de antemano, las improviso un poco haciendo recuento de lo que me va pasando a lo largo de la semana. Otras veces guardo las historias para mas adelante esperando poder contar un final mejor. Decidí escribir el martes por la noche y publicar el miércoles, el día de Mercurio, el mensajero de los dioses; no tengo aspiraciones tan altas, pero la simbología me gustó y así lo hago.
Hace poco no pude escribir, pasé el día entre la cama y el sofá con nauseas y otros síntomas gástricos incómodos. El día siguiente me sentí mejor y fui a clase, pero está claro que mi recuperación no era completa, creo que no tenía muy buena cara porque todos me preguntaban ¿qué tal estás?, ¿ya estás buena? y yo les contestaba que mejor, pero buena del todo no.
Una compañera, Alicia, me pregunta qué me pasaba, yo le comento que el estómago:
A.: "Un alumno mío se tuvo que ir a casa el lunes porque también estaba mal, creo que era un virus".
¡Ese era el culpable!, el virus, y voy y lo pillo o me pilla él a mí, no lo tengo muy claro.
Llego a clase y les comento a los alumnos que no estoy muy bien y que solo voy a dirigirla. Los de 2º aun no tienen bastante confianza y me preguntan que por qué no me quedo en casa, que ellos lo hacen, (como si no lo supiera, y por mucho menos) y no puedo evitar entrar al trapo como un vitorino:
M.E.: "Es que vosotros sois flojos, yo no".
- "¿¡Qué somos flojos!?"
M.E.: "Mucho, yo estoy preocupada pensando quién me pagará la jubilación, porque vosotros... no se yo".
Unos se ríen, otros me miran raro, otros se sorprenden, la mayoría no sabe si hablo en serio o en broma y me acaba entrando la risa.
M.E.: "Venga, al patio que perdemos tiempo".
Y ya nos reímos todos.
Mientras vamos se acerca Jorge y me dice: 
J.: "Yo también estuve así el domingo" 
M.E.: "¿Con nauseas?"
J.: "Si, pero devolviendo. Me dolían las tripas un montón y la cabeza"
M.E.: "No me extraña, ¿ya estás bien del todo?"
J.: "Si, pero devolví un montón de veces, iba cambiando de color lo que sacaba - Jorge, como muchos de mis alumnos, tiene un punto escatológico muy marcado - al final ya no tenía nada que vomitar, bueno y también me pasé un montón de veces al water"
M.E.: "¡Qué ajco!, ¿no?"
En realidad pretendía cortar sus descripciones, me preocupaba lo que podía seguir. Unas chicas que nos acompañan se ríen y luego se apuntan a comentar enfermedades.
Lucía: "María tiene varicela, mi madre dice que no recuerda si la he pasado, ¿me puedo contagiar?"
M.E.: "¿Para qué vas a coger eso?"
Lucía: "No sé, es que este finde lo pasamos juntas"
M.E.: "En ese caso tienes muchas posibilidades"
Marta: "Yo sí que la he pasado. Yo tengo anginas muchas veces y cuando empieza a hacer frío siempre me pongo mala y con mucha fiebre"
Sara: "Yo cogí un virus el año pasado y estuve con la nariz tapada una semana" 
Andrés: "Yo tengo la espalda mal, por eso no vine el otro día, me están haciendo radiografías para ver qué me pasa"
Marta: "Es que tú eres flojo"
La miro con aire de recriminación y se muere de la risa, creo que le gusta Andrés y es una forma de que él se fije en ella.
Fabio: "Pues a mi no me duele nada"
Me paro en seco, lo miro con los ojos muy abiertos y le digo "no me lo puedo creer, un alumno sano". Me mira con sorpresa, no sabe si es bueno o malo, ser diferente no cae bien, la situación es un poco ambigua, nos reímos.
M.E.: "¿Os habéis dado cuenta de que estáis presumiendo de estar enfermos?. Venga, jugamos a gavilán para calentar y yo voy preparando el material"

En el momento en que se propone un juego se les olvida todo, corren, gritan, se ríen. No deja de parecerme curioso eso de presumir de estar enfermos. 

20 noviembre 2012

Cuando hay pérdidas - 2

Todavía me quedan dos fases, miro a mis alumnos y están algo serios, interesados, a alguno se le han enrasado un poquito los ojos al escuchar mis comentarios; varias chicas están llorando. Veo a Cristina que lo hace abiertamente, si esconderse ni avergonzar se, le ofrezco un pañuelo de papel, me mira con sus preciosos ojos azules que brillan como dos estrellas por las lágrimas, me sonríe y dice: "no, gracias, yo tengo" y sigue pendiente de lo que les cuento.
Reconozco que me replanteo durante unos segundos mis siguientes palabras, pero no dudo, voy a hablar más en primera persona, al fin y al cabo yo sé perfectamente lo que es una pérdida.
"La siguiente sería el dolor, la tristeza, el aislamiento; ¿recordáis que había dos emociones abiertas: alegría y rabia, y dos cerradas que eran tristeza y miedo?. En la fase anterior de rabia podemos enfadarnos con todo y con todos y expresarlo con el cuerpo, hacer una pintada, gritar,..., pero ahora estamos en la tristeza y os aseguro que lo que más ayuda es llorar, no os avergoncéis, llorad, hacedlo sin reparos".
"Ya sé que los chicos no lloran - busco con la mirada la complicidad de algunos chicos y la consigo, sonríen y afirman con la cabeza - ¿por qué no?, ¿no sienten?. Creo que todo ésto viene porque en el siglo pasado se presumía de que eramos animales racionales, era la razón lo que nos diferenciaba de los animales, ellos tienen instinto y emociones, pero no razón. Por eso se consideraba bueno, positivo y fuerte ser racional y todo lo contrario ser emocional. Ahora ha cambiado el concepto, pero seguimos arrastrando parte del mensaje. Tener emociones solo nos hace persona humana, y más completa si podemos pensar y emocionarnos con libertad".
Respiro hondo, no me va a resultar fácil pero allá voy. "A principios de año se casó mi hijo mayor y una tarde, en medio de todos los preparativos, recordé que ninguno de mis dos hermanos iba a estar allí, no íbamos a poder compartir un momento tan fantástico y divertido como era la boda de mi hijo, y pasé una tarde entera llorando, me movía por casa y hacía cosas, pero no dejé de llorar". Consciente de que me he emocionado lo pongo sobre la mesa: "No me importó llorar entonces, ni me importa emocionarme ahora, no por eso soy débil, solo soy capaz de sentir dolor y expresarlo, y compartirlo". Soy muy vehemente y mi mensaje y mi emoción les ha contagiado, no era eso lo que buscaba, vuelvo a respirar hondo.
"¿De verdad pensáis que no expresar las emociones es mejor?". Están un poco sacudidos y contestan con la cabeza, niegan. 
"Estamos en una sociedad que valora lo que hacemos, por eso cuando alguien lo pasa mal tendemos a pensar: ¿qué puedo hacer? y, a veces, NO HAY QUE HACER NADA, solo hay que ESTAR". Coloco en mayúsculas las palabras que recalco con mi entonación.
"Cuando estás muy triste, a veces, no tienes ganas de nada, no sabes lo que quieres, pero sabes que necesitas apoyo; y saber que hay alguien a tu lado es muy, muy bueno, no hace falta nada más. En esta fase hay que acompañar y apoyar a la persona, nada más y nada menos".
"Recordad cuando, estéis con Carmelo, que debéis adaptar vuestro nivel de energía al suyo. En ocasiones nos parece que llegar con mucha energía le va a ayudar, pero no es así, si llegáis muy fuerte se sentirá agredido, invadido, incómodo y solo os ganaréis su rechazo. Entrad despacio, dadle tiempo".
"Llegamos a la última, para mí es la más difícil, la adaptación a la nueva situación. Hay que volver a la realidad, a la NUEVA realidad, ya nada volverá a ser como antes y debemos de acostumbrarnos a esta situación que, de momento, es diferente, dolorosa y difícil".
Les miro, pregunto si hay dudas o aclaraciones pendientes, niegan y cambiamos de tema, me parece suficiente.
Al llegar a casa, al volcar los papeles en el plato, no puedo evitar abrir alguno, solo tres, al azar, los leo y me emociono. Son geniales, ¡qué bien han sabido expresar la rabia!, alguna, porque seguro que era una chica, incluso las dudas, el dolor y la incertidumbre.
Les pregunto unos días después si les ayudó esta charla sobre el duelo y todos y todas me han dicho que sí, que el mensaje era claro y les ha ayudado.
Son geniales, merece la pena trabajar con ellos.

12 noviembre 2012

Cuando hay pérdidas - 1

Paso cerca de Jefatura (está junto al aula de convivencia) y me hacen un gesto, voy y me comentan que se acaba de ir Carmelo, (un muchacho de mi tutoría) que ha venido a buscarlo su hermana porque ha muerto su madre. Sacudida por la sorpresa pregunto:
M.E.: "¿Estaba enferma?, no sabía nada"
J.E.: "No, ha habido alguna complicación en una operación rutinaria"
M.E.: "Vale, gracias por decírmelo"
Quedan tres horas de clase y sé que no podré quitármelo de la cabeza. Intento parar un poco, respirar y pensar; ¿lo sabrán ya los compañeros?, no es probable, acaba de suceder y nadie ha dicho nada, mejor, que no cunda el pánico, una noticia así se vive muy mal. A última hora tengo atención educativa en 2º y su aula está la lado de la de Carmelo, creo que será un buen momento para decírselo a los compañeros, que esta tarde no le llamen como si nada. 
En la última hora los alumnos de 2º me piden permiso para estudiar, tienen un examen mañana, les dejo. A lo largo de la hora varios alumnos me preguntan si me pasa algo, estoy callada y triste y eso no es normal en mí. 
M.E.: "Es cierto, estoy triste y no tengo ganas de hablar, ya os lo contaré, gracias por preguntarme"
Sigo corrigiendo trabajos y pensando en él, me parece injusto que la vida te arrebate a la madre cuando eres un adolescente. Acaba la clase y salgo como una flecha, en el pasillo encuentro a mis chicos y les pregunto:
M.E.: "¿Sabéis lo de Carmelo?"
Diego: "Se ha ido antes del recreo"
M.E.: "Ha muerto su madre, cuidádmelo"
Sara: "¡No puede ser, yo la conozco!"
M.E.: "¡Cuidádmelo!"
Va pasando la noticia de unos a otros, alguna niña llora, es muy amiga suya; los chicos no saben cómo reaccionar, es un momento de total sacudida y desconcierto emocional. Algunos me preguntan qué ha pasado y solo puedo comentarles que ha sido una complicación de la operación, que nadie lo esperaba.

En casa recuerdo la muerte de mi hermana, ¡ya hace doce años!. La viví mal, fue una pérdida muy dura para mí y me costó hacer el duelo por eso pienso en mis chicos y decido hablar con ellos en la hora de tutoría, es el viernes y Carmelo aun no estará.

Han sido días de dolor y tristeza, una alumna me comentaba "es que esto es muy raro"; tenía razón, afortunadamente es poco frecuente. Entro en clase dispuesta a comentar algo sobre las "pérdidas". He preparado las fases del duelo adaptándolas a ellos y creo que les va a venir bien. Miro a los alumnos y les digo: 
"Aprovechando que no está Carmelo vamos a hablar de pérdidas - me miran un poco sorprendidos, pero yo sigo-. No solo de cuando perdemos a alguien querido, también podemos perder nuestra vida normal, mirad a Yolanda, (es una niña que va en silla de ruedas), o cuando te dicen que tienes un cáncer. Siempre hay una pérdida, pierdes la salud, la movilidad, una persona querida. Quiero que hablemos de esto porque yo he perdido a mis hermanos, a mi hermana hace 12 años y mi hermano hace 4. Cuando murió mi hermana yo no estaba preparada y lo viví mal, muy mal, no sabía qué hacer con mis emociones. En este tiempo he trabajado mucho mis emociones y la comunicación, por eso os quiero comentar algunas cosas, porque pienso que pueden ayudaros".
"Hay cuatro fases principales en el duelo, la primera es la negación, se suelen decir frases del tipo: "no puede ser verdad", "se han equivocado",... Nos cuesta aceptar una noticia dura y por eso la negamos, poco a poco la aceptaremos porque la vida no nos va a dar otra opción que aceptar la realidad si o si, pero de entrada es difícil". Están algo pasivos, participan poco pero me atienden sin casi respirar y asienten con la cabeza o una sonrisa. "En esos momentos lo importante es no forzar a la persona a que lo acepte, tampoco le mintáis, pero no le obliguéis, ya le llegará el momento de hacerlo. A mi hermana le operaron de cáncer, unos días después de la operación me miró a los ojos y me preguntó: "Mª Eugenia, ¿lo mío era un cáncer?", "¿Tú qué crees?", "Que sí", entonces se lo confirmé, ella estaba preparada para saberlo, lo hice por intuición; ahora sé que hay que hacerlo así, cuando la persona está preparada. La vida nos pone la realidad si o si en las narices para que la aceptemos, no nos vamos a escapar". 
"La segunda es la de la rabia, la ira, la culpa. En esta fase estamos enfadados con el mundo entero, es el momento del: "¿Por qué a mí?". Lo bueno es sacarla, permitirnos sacarla, pero sin que nos cueste energía, sin quedarnos agotados, el universo se mueve evitando los gastos de energía inútiles y por eso yo os voy a proponer que saquéis la rabia sin alteraros. Les entrego una hoja de papel, de sucio, y les pido que escriban frases, les pongo tres ejemplos en la pizarra: "la vida es una p... m...", "esto no es justo", "estoy muy enfadada con todo el mundo por lo que me ha pasado". Me vuelvo, les miro y comento: "podéis poner tacos, palabrotas, decid lo que os de la gana, lo que necesitéis, es bueno permitírselo, sacad la rabia sin reparos". Algunos me preguntan:
Juanjo: "¿Hay que leerlo luego en voz alta?"
M.E.: "No, es solo para vosotros"
Clara: "¿Hay que poner el nombre?"
M.E.: "Claro que no, solo quiero que saquéis la rabia sin límites"
Les doy un tiempo. Algunas niñas empiezan a escribir y lloran, me parece positivo, están sacando fuera, de eso se trata. Les pido los papeles bien doblados. Los echo en una papeleta: "Ahora los quemaría, para que la rabia desaparezca por completo; pero no lo voy a hacer aquí, tendríamos problemas,(sonríen), me los llevo a casa y lo haré allí".
Creo que esta entrada va a quedar muy larga si continúo, así que el resto os lo cuento la semana próxima.

07 noviembre 2012

El espíritu de la rabia

Me comenta Jefatura de Estudios que hay dos alumnos de 1º de ESO que se han peleado y me sugieren que les proponga una mediación. Pregunto quienes son: "Sata (no soy capaz de escribirlo en su idioma original) y Cosmin", acepto.
El primero es un muchacho que a pesar de haber nacido y crecido en España no puede ocultar su raza ni el origen norteafricano de su familia. Repite primero, en el curso pasado ya nos conocimos en la misma situación; tenía problemas con una compañera a la que se dedicaba a molestar con todo tipo de comentarios entre clases y durante las mismas, lo que nos llevó a mediar y mejorar la situación. Llegó a tal punto la mejora que a final de curso se pedían los apuntes el uno a la otra y viceversa. En dos ocasiones más estuvimos hablando de su forma de relacionarse. Una de ellas en una expulsión interna, mientras le ayudaba con los ejercicios de matemáticas conversábamos. Me gustó que empezara a mirarme a la cara mientras contestaba a mis preguntas o me manifestaba su desacuerdo con mis opiniones.
El otro alumno es inmigrante, también repite primero, por eso nunca le di clase y solo lo conozco por referencias. Es un muchacho muy retraído cuando habla con adultos y algo agresivo con sus compañeros.
Convoco a Sata, es puntual, nos miramos y sonreímos, no es la primera vez que nos vemos en el Aula de Convivencia y ya sabemos como manejar la situación. Le pregunto qué pasó y me dice que:
S.: "Cosmin me insultó, me dijo de todo en clase de francés y yo me enfadé y le pegué"
M.E.: "¿Estabais en clase?"
S.: "Si".
M.E.: "¿Con la profesora dentro?"
S.: "Si, pero no se enteró de nada - me lo dijo con dolor, se notaba en su tono de voz, además me miraba a los ojos mientras lo decía - y Cosmin me llamó moro de mierda y luego se cagó en mi madre".
M.E.: "Eso es lo último, seguro que te dolió mucho, comprendo que te enfadaras tanto".
Necesitaba empatizar con él, que se sintiera comprendido, iba a preguntarle muchos detalles y necesitaba que me viera cercana para que no se cortara.
M.E.: "Quiero que me cuentes algunos detalles para que yo lo pueda comprender bien, quisiera que fueras muy sincero, ¿vale?" - Asiente con la cabeza y continúo - "¿Hubo algún problema para que te empezara a insultar?"
S.: "No".
M.E.:"Vale, empezó porque sí y fue aumentando los insultos para provocarte"
S.: "Si, primero me tiró papeles, luego, como no le hacía caso empezó a insultarme".
M.E.: "¿Estáis sentados cerca?".
S.: "No, hay una mesa entre medio, la de Vanessa".
M.E.: "¿Se acercó a ti para insultarte?".
S.: "No, fui yo a su mesa".
M.E.: "Pero, ¿tu también le insultarías?" - me mira sin reaccionar y yo insisto - Normalmente no te pegas de entrada, primero insultas y luego pegas, ¿no?, ¿le insultaste?".
S.: "No lo recuerdo, en ese momento estaba tan enfadado que no recuerdo nada, pregúntale a Cosmin, lo que él te diga es verdad".
Me lo dice con dulzura, dándose cuenta de lo "poseído que estaba por el espíritu de la rabia", tanto que no recordaba una parte de lo sucedido. Pero me sorprende contestándome con una nobleza fuera de lo común, con una sinceridad aplastante y con mucho, mucho valor, ha dejado en manos de su "enemigo" la verdad de una parte de lo que sucedió. Reconozco que en momentos como éste me siento genial, que un niño de 13 años sea capaz de responder como él me deja sin palabras.

30 octubre 2012

Seminario de Convivencia

No lo consigo, este año se me ha vuelto a echar el tiempo encima. Podría culpar a la nueva situación laboral, me he quedado casi sin huecos en el horario para no tener que llevarme el trabajo a casa, pero no lo haré, soy responsable de mi tiempo y de cómo lo organizo.
Mi natural tendencia al caos influye, soy demasiado improvisadora. Es cierto que se me da bien, pero en ocasiones abuso de esa capacidad y no estructuro mi tiempo ni mis tareas. 
He ido comentando a unos y otros que enseño actividades, "fantásticas actividades", para realizar en tutorías o en atención educativa y había varias personas interesadas. Una de ellas una compañera que el curso pasado tuvo un grupo algo complicado y me invitó a realizar intervenciones; le gustaron mucho y en este curso se apunta. Me encanta saber que mi proyecto "engancha" es una inyección de ánimo para seguir mejorando.
Este curso he escrito una circular informativa, (suena mas a empresa que a instituto, pero os aseguro que el documento se llama así) para que todos los profesores del centro supieran qué hace el "Seminario de Convivencia", la escribí, la leí, la releí, se la enseñé a Pilar, (y le gustó), coincidí con Floren y también se la enseñé. Dos vistos buenos me parecieron suficientes, se la pasé al Jefe de Estudios para que la reenviara a todos los profesores vía email. Pero olvidé que la vida tiene plazos y que en octubre termina el de enviar los papeles, que nos reconozcan los créditos y esas cosas.
Casi a última hora consigo convocar a las interesadas y todas aceptan, ¡qué bueno!, en este curso somos 8.
Bueno, he de reconocer que solo esta parte ha sido un poco agobiante, desde principio pude reunir profesores suficientes para organizar la expulsión interna de un día. Es una sanción menor, como un aviso serio. Expulsamos al alumno pero se queda en el Centro, en un aula acompañado por un profesor. Le pedimos tareas a los profesores de ese día para que tenga "mucha faena". En los recreos permanece en el aula y sale cuando el resto están en clase. Suele funcionar bien, a ninguno le apetece repetir.
También he seguido la sugerencia de otro compañero que me habló de la hoja de reflexión. Había preguntas difíciles de responder y propuso que rellenara las respuestas con items y así los alumnos solo deberían colocar cruces en vez de contestar. Por ejemplo: antes me limitaba a preguntar cómo se habían sentido al ser expulsados del aula y ahora es así.

¿CÓMO TE HAS SENTIDO?

Molesto/a
Incomprendido/a
No escuchado/a
Sorprendido/a
Enfadado/a
Rabioso/a
Humillado/a
Ofendido/a
Engañado/a
Cansado/a
Triste
Marginado/a







Dejo huecos para que los rellenen ellos si les apetece.
Vaya, después de escribirlo creo que no ha estado tan mal. Quizás es solo una treta de mi mente para seguir en el caos. 

23 octubre 2012

Emociones y energía

Sigo trabajando con mis alumnos temas de convivencia en el grupo, utilizo la hora de tutoría o la de atención educativa. El oro día les hablaba de emociones, recordábamos lo trabajado el curso pasado y avanzamos un poco más, ahora les comento que cada emoción tiene una energía diferente y que cuando no estás en la misma no contactas con el otro, "pero no os lo creáis, vamos a jugar y luego hablamos".
Esta frase la conocen bien, llevo dos cursos con ellos y la he dicho muchas veces.
Pido voluntarios, tengo mucha suerte, se ofrecen Alberto que es un muchacho movido, inquieto, inteligente, irritante y encantador, y Unai grande, simpático, con una expresión de buena persona que solo con mirarle a la cara sabes qué está pensando. 
Entonces les pongo en situación:
"Mira Alberto estás muy preocupado porque has suspendido el examen de lengua y no hay recuperación hasta dentro de un mes, cuando ya os hayan entregado la nota de la evaluación, en casa te han dicho que si no llevas todo aprobado te quitarán durante dos semanas el nuevo móvil, ese que te gusta tanto, tienes miedo de llegar a casa y que vean las notas y te sientes triste por sus consecuencias".
"Unai,tú acabas de llegar del recreo y le comentas a tu amigo que has metido dos goles, que ha sido una pasada de partido, que todo te salía bien, estás super-contento, eufórico, y lo manifiestas".
Les conozco, sé que me han entendido y se meterán en los personajes. Normalmente lo dejo ahí, si veo que al empezar la representación algo no va bien intervengo, pero en general los dejo tras volver a preguntarles si lo han entendido. He elegido este ejemplo porque suele funcionar bien, muy bien entre los chicos, en el caso de la fotografía estuvo genial, Alberto miraba a la mesa, a veces un poco al compañero, Unai se lo comía, le hablaba, de contaba, le tocaba el hombro para que respondiera y, de pronto, en un momento se paro y le preguntó "¿te pasa algo?". Fantástico, eso era lo que yo quería, les felicité y empezamos a trabajar.
M.E.:¿Por qué le has preguntado si le pasa algo?,
Unai:”es que yo estaba tan contento – me contesta - y él no hacía nada, casi no me miraba y yo no lo entendía”. 
M.E.: "Exacto, te dabas cuenta de que tu mensaje no le llegaba, ¿es eso?" 
Unai: “Si, estaba como en otro sitio”. 
M.E.: "¿Y tú?" - le pregunto a Alberto.
Alberto: “A veces ni oía a Unai, le parecía que gritaba y se agitaba mucho al hablar, tenía ganas de que se fuera”. 
Increíble, pero es cierto, ellos lo han representado y explicado perfectamente. Paso a centrar y reforzar estas ideas. Si una persona tiene miedo y tristeza, como era el caso de nuestro ejemplo en el que uno de los chicos lo temía perder su nuevo móvil y manifestaba su preocupación; sentía una de las emociones cerradas, estaba dentro de sí mismo, con su miedo, su tristeza y sus pensamientos, y llega otra persona muy alegre y empieza a hablarle desde la alegría, el mensaje no le va a llegar bien, tenemos diferentes niveles de energía y la comunicación no es adecuada, es mucho mejor no intentarlo porque no funciona, si se está muy alegre y queremos animar a esa persona triste lo mejor es hablarle desde la alegría pero en un tono de energía más bajo.
M.E.: ¿Entendéis ahora eso de los niveles de energía?

17 octubre 2012

¿Con palabras?

"Tengo que hablar contigo", me comenta Isa en el pasillo sin decirme buenas ni hola, deduzco que algo importante le ha sucedido para este asalto así que le pregunto "¿en el segundo recreo?", "si, por favor".
Con una maravillosa puntualidad inglesa estoy en mi Aula de Convivencia, casi no me he sentado y llega uno de mis torbellinos favoritos a punto de explotar si no me cuenta todo lo que le bulle dentro.
Nos sentamos, la miro y sonrío, me encanta dejarme envolver por esa energía brillante de los adolescentes, la intensidad desbordada y desbordante de cada descubrimiento, de cada emoción nueva. De pronto esa carita de duende travieso sonríe con más alegría, con un brillo especial en los ojos y libera la confesión más bonita de cuantas me ha regalado:
I:  "Tengo novio"
M.E.: "Fantástico"
Y aparecen por la puerta sus dos mejores amigas, Nerea y Pilar...
N: "¿Ya te lo ha contado?, ha sido gracias a mí".
I: "Oye que lo estaba contando yo" - se muere de la risa.
P: "Yo me porté mal" - con expresión de no haber roto un plato en su vida, al menos antes de ese día.
N: "Si la llegas a ver" - hace un gesto con la mano indicando cantidad y ¿calidad?.
M.E.:  "Po favo, po favo"
Se mueren de risa, están muy excitadas, es evidente que han tenido un fin de semana movidito, no pueden reducir a 20 minutos 48 intensas horas. Tendré que armarme de paciencia y leer entre líneas para saber qué pasó y qué desean contarme.
N: "Las invité a mi pueblo y les presenté a unos amigos"
I: "Pero solo uno era guapo, los demás,..."

P: "Yo no me acuerdo de casi nada"

N: "No me extraña"
I: "Bueno, ¿me lo vais a dejar contar o no?" - reclama casi enfadada su tiempo para hablar del amor.
Todas la miramos, casi milagrosamente se produce un silencio. Isa respira hondo, sonríe, ríe a carcajadas y continúa hablando.
I: "Es la primera vez que estoy enamorada, nunca he tenido novio, pero me gusta mucho. Lo malo es que es de otro pueblo y no lo puedo ver todos los días"
N: "Pero yo la invitaré a mi casa"
M.E.: "Se lo tendrás que decir a tu madre, ¿no?" - Isa me mira sorprendida, casi asustada.
I: "¿A mi madre?"
M.E.: "Claro"
I: "¿Cómo se lo voy a decir?"
Todas me miran como si fuera un marciano recién bajado del platillo volante, (me encantan estos momentos en los que me siento más sorprendida que ellas), este desconcierto me provoca y hace que mis neuronas se aceleren.
M.E.: "¿Con palabras?"
Risas, miradas cómplices,...
I: "M. Eugenia, tienes cada cosa"
M.E.: "Tu madre se alegrará, es normal que a esta edad te guste algún chico, que te enamores,..., esas cosas"
Suena el timbre, se van muertas de risa y pensando que estoy loca. Soy madre, me encanta que mis hijos se enamoren, que tengan ilusiones, que piensen en ellas.

09 octubre 2012

Creativos y atrevidos

El jueves fue un día de esos en los que no encuentras tiempo ni para tomarte un café, en el primer recreo estuve hablando con un alumno que había tenido problemas con otro y le propuse una mediación que aceptó. Informar a Jefatura de Estudios, darle mi opinión personal, buscar a una de mis mediadoras para que me acompañe con el otro niño, localizar a la tutora del otro para que le avise de cuando quería hablar con él. En el segundo recreo tocaba Aula de Convivencia y estuve con otro alumno que no se siente muy integrado en el grupo y se cansa de que siempre hagan y digan lo mismo los compañeros, habrá que quedar más veces. Las clases, la guardia,...
A última hora, ya cansada de tanto ir y venir llegué a clase, era un segundo de ESO, y un grupo de niñas me regaló una poesía llena de encanto y simpatía, la leí, me emocioné y salimos a trabajar; mi compañera también tenía clase y se habían juntado en nuestro mini-gimnasio cuatro grupos, los que terminaban y los que entraban (esta situación genera un ratillo de caos que debemos vigilar). Estaba tan acelerada que no supe parar y recrearme con el detalle. Fue uno de esos días en los que solo piensas en ser operativa, en llegar a tiempo, en cubrir etapas; uno de esos días en los que la eficacia no te deja disfrutar de los pequeños regalos de la vida.
Pero ayer volví a tener clase con el grupo y esta vez sí que quise remarcar lo sucedido y sobretodo, agradecerlo, así que antes de pasar lista o decírles qué íbamos a trabajar les comenté que el el último día un grupo de chicas de esta clase me hizo un regalo, y no me dio tiempo de agradecerlo, que me encantó (esto lo dije enfatizando el tono de voz y mirándolas con una sonrisa), "no sabéis cuánto me gusta que seáis capaces de hacer cosas como ésta, tan simpáticas, tan divertidas, tan ..."
En ese momento me interrumpió otro alumno, Alex, (hermano de una muchacha encantadora que pasó por el centro hace unos años y que mantiene los genes del encanto y la alegría) y me comenta, "oye, que yo también puse dinero para el regalo"; casi me muero de la risa, estaba claro que se quería apuntar al carro por entender que mi reacción era favorecer a las "creativas del regalo"
M.E.: ¿has puesto dinero?
Álex: si, yo también puse dinero para el regalo.
Ante mi cara de sorpresa y guasa mira a su alrededor y pregunta "¿qué regalo era?"; "una poesía" le contesté riéndome.
Álex: (sin dar tiempo a nada añadió) para comprar el papel.
Solté una carcajada, ¡qué gracioso!, me encanta que sean ocurrentes, simpáticos, sin maldad pero con un punto de malicia.
Cuando termino de reírme hay otro alumno, Carlos, que mirando a las niñas les comenta "¡ah!, que habéis escrito la poesía que os dije", las chicas lo miran con cara de sorpresa y yo no puedo evitar volver a reírme mientras le pregunto "¿tu?", en ese momento puso una expresión entre inocente (tienen tan cerca el niño que han sido que no les resulta difícil) y pícara que siempre me parece irresistible; en ese momento nos reímos todos.
M.E.: "esto es lo que de verdad me gusta, que se os ocurran ideas y os atreváis a llevarlas a cabo, sin tener claro si van a gustar más o menos,me gusta que lo hagáis, que lo intentéis; que no os falten nunca la capacidad para pensar algo nuevo y diferente ni la de atreveros a llevarlo a la práctica, a sacarlo adelante. Espero también que si alguna vez no sale bien sigáis intentándolo. A mí me motiva; cuando llegué a casa cogí de nuevo la poesía y después de releerla cambié la clase de hoy, pensé que os merecíais algo mejor, algo más creativo y divertido. Cuando hacéis cosas como esta yo no me puedo quedar indiferente, no se hacerlo así que os animo a seguir creativos y atrevidos".
Salimos al patio y disfrutamos de la clase mucho más que nunca.

03 octubre 2012

Departamento de cafetería

Llego a la cafetería justo antes del primer recreo, me mira Rosa y dice 
- ¿Lo de siempre?
- No, que estoy malita, una manzanilla de esas con anís.
Me mira sorprendida, sonríe y me la trae. 
"Solo uso un azucarillo", le digo mientras retiro el otro. Mira la taza, me mira a mí y comenta: "es muy grande, mejor dos". 
Tiene razón, no es una taza cualquiera, es un señor tazón lleno de infusión de hierbitas calientes que presiento me van a sentar muy bien, de todas formas no me gusta dulce y prefiero poner solo uno.
Rosa es un torbellino de ideas, iniciativas y creatividad, ahora tiene un montón de sacos de basura llenos de tapes de plástico porque se le ha ocurrido proponer un "tapiz solidario". La idea es realizarlo en las pistas del instituto con los tapes que recogemos para la tercera operación de Aitana, es una manera de potenciar la recogida, a mí me gusta y en mi tutoría he animado a los alumnos para que me traigan y poner nuestro granito de arena.
Como la comisión de fiestas ha aceptado la idea, me he comprometido a hacer unos carteles y anunciarlo por el centro y así que los alumnos cooperen, como es el día 13 hay tiempo de llenar aun más el almacén.

No es lo único que se le ha ocurrido, ya tenemos para el día 10 una comida de convivencia que hacemos los profesores a principios de curso para relacionarnos un poco. Es muy divertido, hablamos de otras cosas, nos reímos, compartimos bromas. El curso pasado hizo mucho calor y tengo unas fotografías con todos cubiertos por gorros de papel que si las colgara en youtube triunfarían, pero no pienso hacerlo. Son "solo para mis ojos".

Desde que llegó, la cafetería tiene otro aspecto, pintada, redecorada y arreglada parece distinta a la de antes. Sus bocadillos, su forma de tratar a los alumnos y profesores, sus ideas, todo es diferente. Los fumadores siguen saliendo fuera, pero yo me quedo, excepto en el primer recreo porque solo tienen tiempo de repartir bocadillos, cualquier otro momento me sirve y yo sin mi cortado, mi hurryhup (o como se escriba) y mi charradica no soy la misma.
El curso pasado tuvimos un buen rato tranquilas y aproveché para preguntarle por sus anécdotas más originales; sonreí, aluciné, me sorprendí, fue como una buena película. Comparto una parte:
- Hubo un profesor que no me pagaba, vamos, que no me pagó nunca.
- ¿De verdad?
- Que se nota, que no quería pagar y no pagó nunca.
- Otro vino una vez y me dice ¿qué me puedes dar de comer por 1,65 €?
- ¿Qué le hiciste?
- Un minibocadillo, una bolsa de patatas y algo de bebida.
- Alucino contigo, Rosa, tienes solución para todo y para todos.
- A mí me dicen que hay tanto dinero y yo lo apaño.
- Una vez, al principio de venir aquí me pasó una... esa sí que fue. ¿Te acuerdas de Mario y su prima Isabel?
- Si, claro, que eran un encanto.
- Vinieron en primero de ESO y eran tan buenecicos y tan majicos. Pues me llegan un día a primera hora con un gatito chiquitín escondido en la ropa pidiéndome por favor, por favor que se lo guardara que se lo iban a llevar a casa al terminar las clases.
- ¡Un gato!
- Imagínate, yo pensando qué pasaría si ese día venían los de sanidad, pero claro, ¿cómo les decía que no?
- Era imposible decirles que no.
- Pues eso, así que lo recogí, lo metí en una caja y lo llevé al almacén, en el recreo vinieron a verlo y nada más terminar las clases se lo llevaron, pero pasé una mañana de nervios por si se escapaba o si venían los de sanidad que dije, la última, no vuelvo a decir que si.
Me río porque ahora soy yo la que le complica la vida con un tema de guisantes congelados, pero eso será para otro día.

25 septiembre 2012

Contradictorios y normales


Hoy he vuelto a mis sesiones de convivencia, tabajo bastante el tema de las emociones, les comento que si no hay emoción no hay conflicto. Me miran un poco escépticos, se que les choca esa información, les hago dudar y me gusta, si consigo "descolocarlos" abren más su mente, o mejor, la cierran menos.
Entonces les comento: “no se, a veces estoy en casa tirada en el sofá y mi hermano me dice que me quite, que le deje sitio, que también quiere ver la tele, y unos días le mando a la porra y otros le hago sitio y podemos estar los dos juntos sin problemas, ¿os ha pasado algo así?”.
  • No, yo siempre discuto con mi hermano.
  • A mí me pasa eso con mi hermana.
  • ¿Y eso qué tiene que ver con los problemas?
Esa pregunta me gusta, (alguien empieza a pensar), así que contraataco con otra “¿de qué depende que reacciones de una forma o de otra?”
  • No se.
  • ¿Seguro que no lo sabes?, no me lo creo”.
  • Pues no se, que un día estoy más tranquila y otro estoy fastidiada.
  • Exactamente, depende de tu estado de ánimo, o de lo que es lo mismo, DE TUS EMOCIONES”.
Hoy están poco participativos, creo que ha sucedido algo y tienen miedo a mostrarse vulnerables así que cambio de planes, no voy a pedirles participación directa que no la voy a encontrar, mejor les leo una historia inventada por mí sobre un chico que va por primera vez a la discoteca, describo la situación previa, lo que piensa, cómo se prepara la ropa, cuando se encuentra con los amigos, la primera impresión de la discoteca, cómo cambia el ambiente con el paso del rato, cómo conoce a una chica,..., y dejo huecos a lo largo de la historia, 11 para ser exactos, en los que ellos ponen nombre a las emociones, es divertido, les engancha. Con la historia no se sienten tan vulnerables, siempre se repite alguna emoción y eso les ayuda a comprender que es normal lo que sienten (al menos es frecuente), que no pasa nada porque nombren las emociones en voz alta.
Para hacer la puesta en común, coloco en la pizarra los números del 1 al 11, cada uno bajo el anterior; voy leyendo de nuevo la historia y les pregunto qué han escrito y coloco todas las palabras en la pizarra; comprobamos que cuando uno se siente alegre otro está nervioso, otro preocupado, feliz, inquieto, ansioso y así como 6 o 7 emociones diferentes. Uno de los momentos más divertidos es cuando les digo que elige bien la ropa y el peinado porque quiere sentirse …, contestan de todo: bien, a gusto, cool, sexy, guapo, especial, único, cómodo, feliz, espectacular; cuando coloco la última emoción me vuelvo y les pregunto “¿os parece normal?, ¿se puede sentir así?”, asienten, confirman y es entonces cuando vuelvo a preguntar. “y ¿todo a la vez?, ¿se puede sentir todo eso a la vez?”. Unos dudan un poco pero siempre hay alguna chica que rompe el fuego y dice con toda rotundidad que sí, que es lo normal, poco a poco se van sumando voces.
Entienden que podemos vivir muchas emociones a la vez, que además pueden ser contradictorias y que eso es normal, como les digo en broma: “los animales son sentidores sucesivos, nosotros sentidores simultáneos”. Eso es normal, pero nos puede sentar mal, nos sentimos contradictorios, estar aquí y allí a la vez no es cómodo, pero no lo olvidéis, es normal; ni bueno ni malo, solo normal. Asienten con la mirada, alguno incluso sonríe aliviado, me alegro por ellos. Se que esa "normalidad" les alivia, son adolescentes y si algo abunda en esa época son las contradicciones.
En días como éste en los que me cuesta que arranquen dudo seriamente de mi capacidad de comunicación, dudo siha sido adecuado haber tenido casi que empujarles para que participen un poco, para que comenten u opinen algo, pero al final me siento muy bien, al menos una parte del mensaje les ha llegado.

18 septiembre 2012

Ya están aquí


 Ya hemos empezado, hace una semana no lo teníamos tan claro, el ascensor sin terminar, el director pidiendo que, por lo menos, cerraran los huecos, que con ese peligro no podíamos tener a los alumnos enredando por los pasillos. El servidor estropeado, las listas, los grupos, la distribución de aulas,..., todo pendiente de que lo arreglaran en dos o tres días, lo reparan y decide que lo suyo no era una enfermedad puntual sino terminal; hay que comprar uno nuevo y tardan una semana en traerlo, el jefe de estudios se disculpa por un inicio de curso tan “rupestre”. A pesar de tener tanto en contra, hemos empezado.
Tenemos listas, horarios, distribución de aulas en los desdobles, el ascensor funcionará pronto y los huecos están cerrados, sorprendente, inesperado, pero, afortunadamente, casi todo marcha.
Pilar trabajando, como siempre, para mejorar los apuntes; es increíble pero lo ha conseguido de nuevo, ahora su formato es clarísimo, directo y muy didáctico. Creo que este curso vamos a conseguir que aprendan más y mejor.
Imposible no pasar por “el departamento de cafetería” y saludar a Rosa, me recibe con su sonrisa habitual, con novedades para picar y ganas de que la crisis no se note mucho. Conmigo lo tiene claro porque me encanta tomarme allí el café y charrar un poco con ella, con los compañeros o con alumnos.
Muchos chicos me preguntan por tal o cual profesor, “han cambiado muchos” me dice una chica de bachillerato, es normal, unos por traslado y los interinos, ya se sabe, de acá para allá, pero algunos han repetido después de varios años sin venir a Pedrola.
Me encanta ver a los alumnos que tuve en segundo ahora en cuarto, son divertidísimos, ya nos conocemos, jugamos, me hacen bromas, es un placer darles clases, ya veremos si siguen tan animados cuando empecemos a trabajar la resistencia y nos vayamos a correr por el canal.
También he conocido a muchos nuevos, dedicamos las dos primeras horas a comentarles cómo funcionan algunas cosas del centro, yo les hablo de metodología, no utilizamos cuadernos para reducir el peso de las mochilas, pero eso de llevar las hojas en fundas y todo en una carpeta de anillas les cuesta un poco, pesa mucho menos, pero requiere más cuidado por parte de ellos. Los exámenes solo con boli negro o azul, los colores son para otros momentos; hay que dejar márgenes, todos los profes tenemos en cuenta las normas de ortografía y les sancionamos,..., después les comento algo sobre convivencia (mi tema), les pongo el ppt sobre mediación y ahí termino. Como les asaltamos en las dos primeras horas están muy calladitos y atentos, o un poco dormidos, (prefiero no pensarlo mucho) y así conseguimos que les llegue el mensaje. La jefa de estudios les explica los temas disciplinarios. No suelo hablar tanto en mis clases y cuando termino lo agradezco, es muy gratificante, aunque también algo pesado. Estos mensajes los repetimos a lo largo de primer trimestre para que los asimilen bien.
Espero que traigan pronto el servidor y poder tener las fotografías de los alumnos, necesito memorizar sus nombres y para mí es difícil, las caras y su personalidad son fáciles, trabajo en la calle, los veo moverse y se cómo son, cómo se relacionan, si se frustran con facilidad o son constantes y disciplinados, si les gusta trabajar solos o se manejan bien en los grupos; incluso estando en clase, se les conoce por cómo se sientan, por sus gestos cuando les hablas, pero lo de recordar los nombres requiere un esfuerzo extra por mi parte. Tuve una compañera que al segundo día era capaz de repetir un 80% , ¡admirable!.
En fin, que hemos empezado y vamos a seguir con o sin servidor y ascensor porque lo más importante, los alumnos y alumnas, ya están aquí.


11 septiembre 2012

Casi empezamos

¡Qué poco falta!, ya tengo ganas, estos días son extraños, veo a los alumnos, a los que he tenido, a los que voy a tener en mis clases; hablo con ellos y les pregunto por las vacaciones, me miran con nostalgia, es evidente que no tienen muchas ganas de volver a clase. Me divierte que comenten mi corte de pelo, dicen que estoy más guapa, que me queda bien el nuevo color; están acostumbrados a verme cambiar de imagen y siempre comparten sus opiniones, me gusta.
Voy conociendo a los nuevos compañeros, algunos repiten, la mayoría no, me ofrezco de guía, al fin y al cabo soy "socia fundadora" y les puedo contar anécdotas mientras recorremos pasillos, aulas, pistas, talleres. Es un centro muy bonito con grandes zonas verdes y resulta atractivo pasear por él, bueno, en invierno cuando toca guardia de patio y sopla cierzo no pensamos lo mismo, pero ahora sí, está tranquilo y parece más grande sin chicos.
Sigo preparando los apuntes nuevos con Pilar, estamos empeñadas en cambiarlos y mejorarlos cada año y eso requiere tiempo, como ahora lo tenemos le vamos a dar un empujón y así el próximo curso será más fácil explicar la teoría.
El jueves nos dan los horarios, a ver si tengo suerte y puedo hacer rueda con las compañeras que viven cerca de casa, es un palo tener que coger el coche a diario con el precio que lleva la gasolina. Lo mejor de participar en una rueda son los viajes de vuelta, los comentarios, las anécdotas. A veces empezamos el viaje contando algo terrible, preguntamos ¿qué hubieras hecho en mi lugar?, ¿cómo puedo evitarlo la próxima vez?, nos desahogamos, hacemos bromas y cuando llegamos a Zaragoza se nos ha olvidado y estamos hablando del pesado "comeculos" que llevamos detrás o de lo bien que lo vamos a pasar por la tarde pues tenemos una cita con las amigas. Es como una terapia gratuita, viene bien hacer rueda. También es una gran oportunidad de conocer lo que ha pasado en la sala de profesores o en tal aula cuando estaba dando clase en el patio, nos ponemos al corriente de todo.
El viernes empiezan las presentaciones, el lunes veré quienes pertenecen a mi tutoría, 4º B, los conozco de 2º y me encanta ver cómo han cambiado, la mayoría de los chicos son más altos que yo, (lo que no es difícil), ellas tienen novio, se maquillan y arreglan para ir a clase; me apetece mucho ver su evolución, los veranos provocan cambios inesperados, he visto un alumno que ha crecido más de 10 centímetros y solo está en 3º, ¿cómo estará cuando lo vuelva a llevar en cuarto?.
Bueno, todo esto se resolverá en el próximo capítulo, ya tendré horario, grupos, tutoría y podré contarlo con  mayor conocimiento.
También me apetece volver a ver a Rosa, lleva la cafetería. Cuando organiza concursos me apunto como jurado para opinar, son tan divertidos, los de piropos han bajado un poco el nivel, se limitan a copiarlos de internet, eran mejores cuando los pensaban ellos. Cuando me tomo el cortado me cuenta unas anécdotas de lo más originales, a ella le quiero dedicar una hoja entera, pero espero un poco, que añada alguna nueva es mejor.

04 septiembre 2012

Ya es septiembre


 Ya es septiembre, ¡qué pereza volver a las rutinas!; lo que de verdad me fastidia es la rutina, con lo bien que se vive en el caos, sin horarios, sin más ritmos que los que te va pidiendo el cuerpo; en fin, es lo que toca.
Los primeros días tienen su lado bueno, me gusta volver a encontrarme con los compañeros, tomarnos ese primer café contando las vacaciones; rebuscar en esos papeles que dejé desordenados para ver si este año encuentro el momento y la motivación suficientes para organizarlos, que ocupen la mitad de espacio y, sobretodo, que pueda localizarlos con facilidad.
Saludar a los alumnos que preguntan si los exámenes van a ser muy complicados, escuchar sus quejas sobre “los septiembres”, esa nueva costumbre que les ha fastidiado el verano, que han tenido que pasar varias horas en casa con los libros, “¿y además estudiando?” les pregunto yo.
Me encanta volver a estar con Pilar, es un auténtico lujo trabajar con ella, colaborar, intercambiar impresiones, preparar nuevas clases, rehacer los apuntes, mejorar constantemente, intentar algo más, algo diferente para que los alumnos aprendan lo que deseamos transmitirles. Me siento muy afortunada por tenerla a mi lado en esta labor, no imagino trabajar tanto y tan bien con otra persona. Es un lujo que no seamos solo compañeras, que además seamos buenas amigas, amigas del alma y poder compartir confidencias, hacer bromas, tener iniciativas extravagantes y saber que ella va a estar ahí, aportándome su ánimo, su apoyo y su maravilloso sentido común. ¡Qué bueno poder trabajar con ella!.
Este año seré tutora y podré seguir experimentando con mi proyecto de convivencia, seguiré investigando y aprendiendo con mis alumnos, eso me motiva, me invita a superarme, a seguir intentando dar lo mejor de mí para sacar lo mejor de ellos.
También quedan las reuniones, las programaciones (menos mal que la nuestra la tenemos bastante currada y no hará falta modificar casi nada, me cuesta bastante hacer el papeleo, escribir informes, pero hay que hacerlo y se hace).
Dentro de poco vendrán también los nervios del principio, no consigo estar tranquila el primer día, a veces me preocupo, otras me alegro de mantener esa tensión y desear que todo funcione bien de entrada. El primer día que entro en clase, da igual que sea con alumnos nuevos o con los ya conocidos en cursos anteriores, estoy nerviosa, preocupada por entrar con buen pie, por ser capaz de transmitir bien mi mensaje, de “engancharles”, de darles un poco de seriedad y un poco de expectativas para que sientan curiosidad por saber qué haremos, cómo lo haremos, cómo conseguirán con mi ayuda superar los retos que les voy a plantear.
Hay que empezar a preparar las nuevas presentaciones en power point para que entiendan mejor las clases de teoría, esas que no les gustan nada de nada pero que son necesarias para que sepan realizar de forma óptima algunas habilidades, para desarrollar mejor el trabajo, para hacerlo más eficaz.
Bueno, empieza un nuevo curso y con el una nueva y excitante experiencia, otra oportunidad de crecer, de ser más y mejor yo misma como persona y como profesional. Espero salir bien parada, ganas no me faltan.

26 junio 2012

Cuelgo las llaves hasta septiembre

     Hummmm, ¿hueles?, huele a vacaciones. Esta es una de las bromas que les hago a mis alumnos, pero ahora es muy cierto, el domingo vacaciones, por fin.
     Ahora toca lo de siempre, inventario y limpieza de almacén, es increíble lo sucio que termina, con lo que movemos el material, el polvo que se acumula igual y hay que quitarlo, al menos una vez al año.
     No ha ido mal, tenemos pocas bajas, algunos balones, un par de combas, un freesbee, un plato chino, tres varillas de madera de los platos chinos, coser la cremallera de la colchoneta, es buena y mejor la reparamos que comprar otra. 
     Mañana organizar los papeles, para mí es lo peor, soy un poco caótica y acumulo muchos. Pilar los tiene ya revisados, ha tirado lo que sobra, es envidiable su eficacia, menos mal que es mi compañera, aprendo mucho de ella y con ella, (por eso no me muevo de Pedrola, trabajar con ella es un lujo del que no pienso privarme).
     Las memorias, ¡qué horror!, yo que la tengo de pescadito pequeñito, en fin, hay que hacerlas.
     También estoy terminando un trabajo pues voy a presentar al centro a un concurso autonómico en el que se valoran las buenas prácticas en materia de convivencia y yo cuento lo que hace mi instituto para mejorarla; me apetece mucho que sepan cómo ha cambiado el ambiente, cuánto hemos avanzado. Raúl, el director, ha realizado una gráfica en la que se ve la evolución de los partes de mala conducta a lo largo de los últimos 4 años y es francamente espectacular; cuando la vi me quedé con la boca abierta, hemos conseguido algo importante, ya no tenemos que preocuparnos de que haya un buen ambiente en el centro y que los alumnos se dediquen solo a estudiar y aprender, lo hemos conseguido. Ahora nos queda mantenerlo y yo estoy dispuesta a poner mi granito de arena para que sigamos así.
     El claustro es el viernes, aunque yo tengo que dar una ponencia en Ejea el sábado. Me da un poco de pereza empezar las vacaciones un día más tarde pero María me pidió que comentara lo que hacemos en los talleres de convivencia con los alumnos, le parece muy interesante que lo comparta con más profesores así que allí estaré.
     Cuando empecé a experimentar sobre cómo mejorar la convivencia en el instituto no pensé que llegaría un día como el sábado, estoy muy contenta. 
     Comencé porque creo firmemente que podemos aprender a relacionarnos mejor al igual que podemos aprender a correr mejor o a alimentarnos mejor. A hablar, caminar, leer, escribir se aprende y a relacionarse también, no hay que seguir haciendo lo de siempre si no funciona, hay otras posibilidades que contribuyen a que la vida sea más agradable y menos tensa, ¿por qué no intentarlo?. Reconozco que soy la persona que más ha aprendido y crecido en el proceso, no soy la misma, he mejorado y reducido los conflictos, todos los conflictos, los que tenía con los demás y los que tenía, y aun tengo, conmigo, con mi mismidad.
     Veo también que los alumnos van aprendiendo a conocer por qué surgen los problemas, por qué se enfadan, cómo desenfadarse, aprenden a ser más tolerantes, a ponerse en el lugar del otro y comprender por qué dijo o hizo tal o cual cosa (eso de la empatía, vamos). Ellos crecen por fuera y por dentro, se convierten en auténticas personas humanas comprensivas y compasivas, el mundo será mejor para ellos y para todos los que les rodeemos, para los que tengamos algún contacto con su entorno y eso me parece magnífico. 

     No puedo imaginar nada mejor para este momento conflictivo y difícil que estamos viviendo que pensar en que viene una nueva "hornada" de personas capaces de ser felices y hacer felices a los demás.

     Soy una soñadora, pero cada vez que me despierto veo mis sueños más cerca de realizarse por completo y eso me empuja a seguir intentándolo, aunque con alumnos será para septiembre, os dejo con Simba, Murphy y Roky, mis peluches. 
     ¡Felices vacaciones! y recuerda, está prohibido aburrirse en vacaciones.

19 junio 2012

El último día

Ya llega el final de curso,hemos preparado "algo" para el último día, además de entregar las notas nos apetece realizar actividades que contribuyan a la participación activa, a la comunicación, al entendimiento, al aprecio por lo que se hace y por quien lo hace.
Hay muchas actividades, la profesora encargada de organizar y coordinar las extraescolares ha preparado varias para que la despedida sea más divertida. Entre ellas un karaoke, una proyección de fotos de lo realizado dentro y fuera del centro a lo largo del curso,...
Las "chicas de la calle" (así nos llamamos mi super-compañera Pilar y yo), las de Educación Física, hemos propuesto una exibición de las actividades que ha aprendido cada nivel, los de 1º una coreografía con percusiones, en 2º malabares, en 3º un poco de rock & roll, en 4º jugamos con las combas y en 1º de Bachillerato acrospor o acrogimnasia.
Llueve, llueve bastante, no se puede hacer nada en las pistas, me miran, me preguntan "¿qué hacemos?, ¿dónde?", no tengo ni idea, pido un poco de tiempo y la diosa fortuna me favorece regalándome alguien con ideas que me propone hacerlo en el porche, FANTÁSTICO, acepto la idea y la movemos, colocamos la música en la puerta del gimnasio. Había olvidado comentar que siempre tenemos música y un magnífico DJ, un alumno de 4º de ESO simpático, guapo, inquieto y encantador que este año nos deja pero nos ha regalado su última actuación.
Pilar y yo vamos como locas buscando alumnos, de 1ª faltan unos 8, de 2º solo encuentro a 3, los de 3º se enfadan porque tenemos el gimnasio ocupado con el ensayo de los primerines,veo a dos de 4º y les pregunto dónde están el resto, dicen que en su casa, a los de bachillerato ni  nos planteamos buscarlos; en fin, un lío tremendo.
Al final salen los chavalitos de primero y hacen lo suyo, reconozco que solo regular.
Con segundo tocan malabares, aprovecho el momento de confusión antes de que anuncien la actuación para sacar las cajas con las bolas y los platos chinos lo que crea una cierta curiosidad. Sigo teniendo suerte, varios se animan a jugar con las bolas y Pedro viene a coger los platos, es capaz de colocarse 4 varillas en una mano y con la otra ir haciendo girar platos y colocarlos en las varillas, gran aplauso, ahí me vengo arriba, regalo varillas, giro un plato y se lo coloco a un alumno en su varilla, le digo que lo pase, se animan dos profesores, al final hay malabares con bolas y platos, aplausos, risas y todo genial.
Mientras los de 3º han ensayado su rock ando roll, sale el primer grupo, muy bien, el segundo mejor, aplausos, felicitaciones.
Aparecen dos alumnos de 2º que bailan muy bien break, se animan dos más, increíble, gustan mucho a todos, aplausos, más comentarios, más felicitaciones.
Pilar y yo pasamos de la desesperación al alivio por haber terminado las actuaciones. Nos miramos, al final no ha sido tan malo, muchos nervios iniciales, pero luego bien, o casi bien. 
Se van los autobuses cargados de adolescentes con notas y sueños para el verano y se queda el centro casi vacío.
Hasta septiembre.

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...