25 enero 2017

Todo es relativo

Aquí estoy de nuevo, tras un largo parón,..., bueno, creo que no es una definición adecuada, es cierto que me he reincorporado tras casi un año, pero la vuelta ha sido increíble, los alumnos me saludan, se interesan por mí; lo agradezco mucho, no recuerdan lo que expliqué ayer y me recuerdan tras casi un año, ¡me encanta!.

No ha cambiado el instituto, sigue igual, pero los chicos sí, unos están altísimos, otros muy guapos, las niñas empiezan a ser adolescentes preciosas, alguna sigue igual de divertida, otras mucho más. Esa pequeña tímida que tenía tanto miedo a los demás, a la vida, a ella misma, ahora es una muchacha preciosa que sonríe y participa sin miedo en los debates.

Llevo solo 15 días, pero tengo la sensación de que nunca me fui. Cuando estaba de baja por la enfermedad el tiempo pasaba despacio, muy despacio, supongo que influía el hecho de que yo me encontraba regular o mal; me faltaba tanta energía que ni yo misma me reconocía. Ahora es diferente, aun no he recuperado del todo mi "normalidad", pero estoy en ello y creo que volver a dar clases contribuye mucho a la recuperación; al menos a la psicológica, tengo la mente ocupada en mil cosas, (las clases, la tutoría, el problema de Pablo, la discusión de Iris con su madre, las actividades extraescolares que coordino, el seminario de convivencia,...); la otra, la física, va un poco más despacio, pero conseguiré tener el nivel de forma que tenía antes de la enfermedad, estoy segura.

Me ha encantado volver a la tutoría y que los alumnos hagan bromas, cuenten sus cosas. El otro día empezaron a reírse y a comentar frases para la sintaxis, las decían, se reían, ponían cara de pillos; no entendí nada y les pregunté qué había pasado, cuando me lo comentaron no pude evitar partirme de risa, la anécdota era divertida; pero lo realmente genial era la actitud de los chicos y chicas, sus risas, sus caras de pillos, sus miradas cómplices. Hubo un momento en el que comprendí cuánto lo había echado de menos, cuánto me faltaban sus comentarios, sus ocurrencias, sus miradas, su capacidad para llegar a clase 5 minutos tarde y para estar listos para salir 5 minutos antes,...

Estoy feliz, completamente feliz de volver a estar en clase con mis chicos, de recuperar sus confidencias, sus problemas, sus alegrías y tristezas, sus líos aunque yo me vea implicada y tenga que pensar en cómo resolverlos, o cómo disolverlos, o cómo rebajarlos, o qué sé yo, hacer algo con ellos.

Ahora no me parece que haya pasado tanto tiempo y estoy encantada de haber vuelto.

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...