22 enero 2014

¿Os veréis capaces?

Llego al aula de convivencia en el segundo recreo, (como casi todos los miércoles), he quedado con mis mediadores, bueno, con los que quedan. Solo hay tres, falta uno que tenía que prepararse un examen y prefería la biblioteca. Lo comprendo, es perfecto. 
Les comento mi nuevo proyecto. 
M.E.: "Bueno, como veis no hay muchas mediaciones que hacer", asienten con la cabeza. "Pero no me importa, en realidad quiero que aprendáis cosas para que cuando lleguéis a 3º y 4º intervengáis en los problemas de los chicos de 1º y 2º".
Me miran raro, está claro que no lo han entendido, no me importa, lo voy a explicar de forma que no quede ninguna duda. Pero Luis se anticipa y me dice:
Luis: "Mª Eugenia, yo no tengo carné de mediador".
Juan: "Es cierto, él se incorporó más tarde".
Es una adquisición deliciosa, es un pelirrojo inteligente, estudioso, tranquilo; perfecto para esta labor.
Andrés: "¿Te acuerdas cuando empezamos?, teníamos que estar en la multiusos porque no cabíamos, y ahora..."
M.E.: "Es normal, yo dejo que se apunten los que quieran y se van eliminando ellos solos", sonrío mirando a Luis, "y se añaden otros, tendrás el carné a final de curso".
Aclarado este matiz, volvemos al tema anterior y les pregunto directamente. 
M.E.: "¿Recordáis el problema con Rosa?" - (Lo comenté en otra entrada, "problemas y bizcochos") - Miro a Andrés que se vio implicado. Es tan expresivo que no necesita decir ni una palabra, los tres le miramos y sonreímos.
Andrés: "Mira, aun estoy sin play y sin móvil" y hace un gesto simpatiquísimo con la cabeza mientras me mira con una mezcla deliciosa de resignación y fastidio.
Volvemos a sonreír y él se ríe con nosotros, consciente del impacto que nos ha causado su espontaneidad y  encanto.
M.E.: "Cuando lanzasteis el peluche de Rosa al pasillo, si los chicos de 4º en vez de jugar con él lo recogen, entran en vuestra aula y preguntan: ¿de quién es esto?, ¿qué hubiera pasado?".
Andrés: "Nada, lo hubiera recogido Rosa y se hubiera terminado el problema".
Los otros confirman que es eso lo que hubiera sucedido, con un gesto de cabeza.
M.E.: "¿Os hubierais enfrentado a él?, le habríais dicho que no se metiera en vuestros asuntos?".
Juan: "No".
M.E.: "Respetáis a un chico de 4º, tanto como os respetarán los chicos de 1º el curso que viene cuando vosotros estéis en 3º".
Les ha cambiado la expresión, ya lo han entendido.
M.E.: "¿Os veréis capaces el curso próximo de intervenir en los pasillos cuando haya problemas?".
Andrés: "Si, así si".
M.E.: "Pues eso es lo que quiero de vosotros. Que el próximo curso frenéis los problemas a tiempo, que les digáis a los chicos que vengan a verme a mí, o a vosotros y que se solucione todo antes de que suceda algo gordo. En los pasillos pasan muchas cosas que solo vosotros podéis ver y frenar a tiempo, necesito alumnos que controlen esa situación, que la deriven, que me informen. Cuando llegamos los profesores tenemos que investigar, escondéis, intentáis engañar, de entrada distorsionáis un poco la realidad o mentís claramente. En los recreos pasa igual, cuando hay follón si me acerco se van los chicos y no me entero bien de lo que pasa".
Andrés: " Eso es verdad, los alumnos nos enteramos más de todo y podemos ayudar".
M.E.: "Así es, pero para ello necesito que os vayáis preparando desde 1º". Les miro con picardía para que se esperen más y ... "y vosotros vais a preparar a nuevos mediadores de 1º, para que crezcan con la mediación y en 3º y 4º puedan intervenir".
Se recolocan en la silla, está claro que les ha gustado la noticia.
M.E.: "A partir de ahora os quiero aquí los miércoles y el próximo trimestre a preparar chicos de 1º, ¿vale?".
Se van encantados, con una sonrisa en la boca y un brillo especial en los ojos. Serán fantásticos, estoy segura.

15 enero 2014

¿Educación, modales?



El Departamento de Lengua y Literatura, dentro de la programación de animación a la lectura, ha organizado una actividad en la Casa de Cultura con una conocida escritora zaragozana de novelas juveniles. A la entrada les hemos repartido una publicidad con algo sobre la biografía de la autora y los libros publicados. Algunos alumnos me miraba y preguntaban:
Julio:  "¿esto para qué?"
M.E.: "Para que conozcas mejor a la autora y su obra".
Unos los recogían otros los despreciaban, y así han ido llenando la mayor parte de los asientos del salón de actos. Allí hemos acudido los alumnos de 6º de Primaria, y 1º y 2º de ESO y varias mujeres que pertenecen a un grupo de lectura del pueblo.
Desde el principio los chicos y chicas han sido mucho más ruidosos de lo necesario. Los profesores nos hemos colocado estratégicamente en los pasillos para inhibirles, para moderarles, para hacerles ver que se pasaban de hablar, de elevar el tono o de ambas cosas a la vez.
El acto se ha iniciado con la presentación que ha hecho una de las profesoras del Departamento de Lengua, luego dos alumnos de 2º de ESO ha ido leyendo de forma alterna informaciones sobre la autora. En ese momento he empezado a sentir cierta incomodidad, porque cuando uno de los chicos se acercaba al micrófono varios gritaban: "eeeh", "guapo", "oooh", y aplaudían, la profesora del escenario les ha tenido que hacer gestos para que abandonaran semejante actitud y permitieran a sus compañeros leer y que se escuchara lo que leían.
Se han retirado los alumnos, autora y profesora se han sentado en una mesa en el centro del escenario. Breve presentación de la escritora y preguntas de los chicos. Estaba a mi lado Sergio, yo permanecía sentada todavía, que tenía un papel y afirmaba categóricamente que él no iba a hacer la pregunta. Le he intentado animar, otra profesora ha hecho lo mismo y él seguía erre que erre en que no iba a leerlo, y no lo ha hecho, ha sido otro compañero quien la leyó.
Poco rato después los profesores hemos empezado a movernos para hacernos visibles y que los muchachos no fueran tan ruidosos. La propia escritora les ha pedido que se callen en varias ocasiones.
He comentado con un compañero que no saben escuchar, creo que es porque están acostumbrados a los twiter, wasaps, ... donde los mensajes no pasan de seis o siete palabras; ambos hemos coincidido en que es un factor a tener en cuenta.
Parte de los profesores han tenido que irse porque tenían clase a la hora siguiente y debían volver al IES. Los que permanecíamos allí nos hemos visto obligados a reubicarnos para intentar controlar la situación que por momentos se complicaba. Yo he cambiado de sitio a varios alumnos, María igual, Juan otro tanto. Los alumnos me preguntaban cuándo acababa, qué hora era, cuánto iba a durar, si perderíamos la clase de Educación Física (física a secas, como la llaman ellos), si podían ir al baño,...
Si bien es cierto que no se escuchaban claramente la mayoría de las preguntas porque los alumnos no elevaban el tono de voz; es también cierto que el rumor de fondo impedía que se pudieran escuchar algo mejor.
La actividad ha durado algo menos de hora y media. Cuando las preguntas se reducían la autora ha comentado que íbamos a terminarla y en ese mismo momento los alumnos se han levantado, han cogido los abrigos y se han ido por la puerta.
Reconozco que yo no estaba incómoda, estaba escandalizada, no han dado tiempo a cerrar el acto, a agradecer a la escritora su interés y agrado contestando todo lo que se le ha preguntado, a agradecer a la Casa de Cultura que cediese el salón de actos, a dar un aplauso final. 
M.E.: "¿Dónde vas?, no se ha despedido".
Juan: "Y ¿qué?".
M.E.: "Espera un momento, no ha terminado". Lucía se limita a encogerse de hombros y sigue colocándose el abrigo.
Y se han ido.
Antes de salir he mirado y los folletos estaban por el suelo del salón de actos en forma de aviones de varios modelos, churros (modelo único), pelotas, pelotillas, rebullos. Pero lo peor es que, a lo largo de camino de vuelta al instituto, hemos seguido viendo cómo aparecían en el suelo los mismos folletos con formas parecidas a las del salón de actos.
Al llegar al IES hemos comentado con las Jefas de Estudios lo que nos ha parecido un desastre. También ellas se sorprendieron de algunas actitudes, pero han añadido una información interesante; el curso pasado se realizó la misma actividad en el propio centro, en un aula más reducida; lo que permitió que se escucharan todas las preguntas y que los alumnos prestaran más atención. Estoy de acuerdo, en grupo menos numeroso se pueden hacer y contestar mejor las preguntas y es más fácil mantener la atención; pero lo de levantarse y marcharse antes de que terminara, es simple y llanamente una tremenda falta de educación y modales que no solo corresponde enseñar en el Instituto.

08 enero 2014

Inteligencias múltiples y escuela

Ayer terminaron las vacaciones y el comentario más frecuente fue que necesitábamos otras para recuperarnos de éstas. No creo que fuera para tanto, pero es cierto que los excesos de comida, bebida, familia y otras cosas son bastante agotadores.
Tuve a última hora clase con 4º de ESO, unos pocos van a religión y el resto lo pasa conmigo. No tenían ganas de hacer tareas, no recordaban lo que les tocaba al día siguiente, creo que estaban tan "perjudicados"como los profesores. Sin duda lo que más les costaba era permanecer despiertos y atentos.
Como realizo actividades de inteligencia emocional me pidieron una, pero comprendí que ni ellos ni yo estábamos en condiciones de aprovechar el momento, requiere mucha atención y esfuerzo por mi parte y tuve claro que no era el día de invertir energía en algo que no funcionaría.
Les propuse comentar qué se estudia en primaria y secundaria y para qué se hace.
M.E.: "El por qué ya lo conocemos, la ley obliga y vuestros padres también, pero yo os pregunto ¿para qué?".
Noté que no me seguían así que cambié de estrategia y empecé a preguntar otras cosas.
M.E.: "¿Conocéis todos la diferencia entre por qué y para qué?, eso se estudia en lengua".
Diego: "¿por qué?, porque me da la gana y ¿para qué?, para tocarte las narices".
Todos nos reímos, él el primero, nos regaló su sonrisa además de su ingenio y pocas ganas de trabajar, todo como un cóctel de simpatía y encanto.
M.E.: "¿Os vale esa definición?, ¿alguien desea hacer una mejor, aportar algo?"
Silencio, me vuelvo a la pizarra, estiro el brazo y pido un voluntario, "alguien que llegue arriba, soy chiquitilla", Juan se levanta con poca gana, pero está en la primera fila y al volverme le he ofrecido a él la tiza, escribe primaria y secundaria y empezamos a comentar qué se estudia en primaria, reflexionamos poco sobre su necesidad. Coloco la lista de inteligencias múltiples (que ya la he comentado un par de veces) y les digo que hay etapas evolutivas y que en unas se memoriza mejor y en otras se razona, en unas la creatividad es todo y en otras no tanto,... Ellos concluyen rápido que estudian para poder tener un trabajo el día de mañana y vivir de él. 
Me parece muy triste, muy limitado. Deberíamos educarles para sacar todo lo que llevan dentro, para ser felices, para cambiar lo que no les guste (en ellos, en la sociedad,...), para mantener lo que merece la pena mantener y luchar por lo que queremos. ¿Tener un trabajo para vivir de él?, ¿qué vida deseamos realmente?.
Les intento hacer comprender que no solo tenemos habla y razón, tenemos un montón de capacidades que no se desarrollan adecuadamente porque el sistema educativo no lo favorece, pero creo que no lo entienden, no sé si es porque están un poco despistados por ser primer día y última hora o porque no estoy sabiendo llegar a ellos.
No me importa, yo sigo y les "amenazo" con continuar la semana próxima. Para mí es muy importante, les veo ahí sentados dejando dormir tantos valores, tantas ideas, tanta energía, tantas y tantas cosas que podrían hacer un mundo mucho mejor para todos dentro de poco tiempo. Un mundo mejor, sobretodo, porque ellos serían personas felices, realizadas, que harían lo que realmente quisieran y no lo que toca o lo que queda. 
No pretendo que ganen premios nobel, pero si van a fregar suelos que lo hagan mejor que nadie y cantando y contando chistes, felices y conscientes de que lo que hacen es lo que les gusta, lo que desean y lo que realmente les apetece. Trabajar para conseguir un sueldo y vivir es triste. 
Sé que vivimos en una sociedad capitalista y que lo importante es poder comprar más y más caro, pero sigo creyendo que la felicidad no está ahí; el dinero es un gran vacío que solo se llena gastándolo, la felicidad se renueva viviéndola, se reinvierte en ella misma sin necesidad de nada más.

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...