23 abril 2013

El día de las frases célebres

El viernes nos fuimos en bicicleta con alumnos de 1º de Bachillerato, les tengo un cariño especial porque son geniales y divertidos; los tuve el curso pasado y me hicieron la vida muy agradable.
Antes de irnos subo por las escaleras a toda prisa para entregar unos apuntes en 4º A para que puedan hacer la actividad que he propuesto. Me encuentro por las escaleras a Felipe y le pido que las entregue por mí.
M.E.: "Por favor, ¿entregas un dosier por cabeza?".
Felipe me mira con una sonrisa muy pícara y me dice "¿y si alguno la tiene muy grande?", suelto una carcajada y el también se ríe, ha conseguido lo que deseaba. Bajo las escaleras muerta de la risa y me pregunta una compañera,
Concha: "¿Cómo tan feliz a estas horas?", se lo comento y también se ríe.
M.E.: "Da gusto empezar la mañana así".
Concha: "Desde luego".

Vamos a hacer 35 kilómetros en bici recorriendo los pueblos de la zona, yo no tengo bicicleta y mi super compañera me deja la suya, una máquina digna del Tour de Francia, preciosa, fantástica, pero grande para mí y, claro, mientras rodamos genial, pero cada vez que hay que bajarse ... literlamente me tiro de la bici, o me caigo, pero con mucho glamur.
Me he puesto mi casco de patines, uno que pedí a un compañero de ciclos que me tuneara y ha quedado precioso con dos dragones naranjas a los lados.
Llego al patio, me ve Rubén, un alumno extrovertido e impulsivo, y dice: "Mira, ese es el casco que llevaba Homer Simpson cuando lo tiraron del cañón". Risas, más risas, ¿cómo pueden ser tan gamberros?. Si no fuera por lo que me hacen reír me enfadaría, pero no puedo.
Estiramos antes de empezar la ruta y un alumno nos enseña la cadena retorcida, 
Andrés: "Se ha quedado así al meterla en el autobús, como había muchas".
Intentamos enderezarla, pero no hay manera, entonces llega el otro profesor acompañante, Juan, un encanto, amable, dispuesto, colaborador, la mejor compañía que podíamos elegir. Mira y dice: "No pasa nada, quitamos un par de eslabones y ya está", nos explica que las cadenas tienden a ceder con el uso y que es bueno acortarlas un poco, se pone, lo consigue en un momento y empezamos la ruta.
Hacemos una parada en una chopera y Juan nos comenta que ha visto un pinchazo y una bici que no cambia las marchas.
Arregla primero lo de las marchas y luego va con mi compañera a por el pinchazo, lo mejor es cambiar la cámara y los profes, previsores, han traído más de una. Les cuesta un poco pero lo consiguen, se dan cuenta de que han dejado la tuerca dentro y tiene que ir fuera, hablan en lo que a mí me parece jerga, pero entre ellos se entienden y es lo que cuenta. La alumna que ha pinchado es un encanto, siempre alegre con una sonrisa que ilumina el día, expansiva, ocurrente, genial. Está sentada haciendo comentarios, risas, un compañero le insta:
Luis: "Laura, ¿no vas a hacer nada?".
Laura: "Pues ya he pinchado, ¿te parecerá poco o qué?".
Imposible no volver a morirse de la risa, está claro que hoy es el día de las frases célebres.

Ya de vuelta estamos un poco cansados, sobretodo los que no tenemos costumbre de bici lo notamos en el culete, llega un momento que da igual la posición, duele. Voy con un grupo de alumnas.
M.E.: "Pues ha ido muy bien, ¿no?".
Miriam: "Pues yo esta tarde no me voy a levantar del sofá".
M.E.: "Qué exagerada, algo harás".
Miriam: "Tumbarme en el sofá".
Pablo: "Yo también".
M.E.: "¿Tú?", le pincho porque está claro que no acusa el cansancio, lo dice por tener una excusa para vaguear un poco en casa.
Pablo: "No te metas conmigo que te hemos estado dando conversación".
Miriam: "Eso, y no hemos criticado a nadie".
M.E.: "¿Por qué ibais a hacerlo?":
Miriam: "Porque es lo normal, Mª Eugenia".
Pablo: "Pues claro".
La verdad es que a mí no me queda tan claro, pero me hace gracia, quizás lo que necesitan es sacarlos más de las rutinas para que cambien algunos hábitos que no les llevan por buen camino. 


16 abril 2013

La ciudad y los taxistas

Sigo con los alumnos en el gimnasio, les digo que organicen 6 bancos en tres filas.
M.E.: "Veréis, esto es una ciudad, una ciudad del futuro donde todos nos desplazamos en taxis, nunca caminamos para desplazarnos de un sitio a otro" - me miran con intriga, eso es bueno - "ahora vamos a ver qué sitios tienes esta ciudad que nos gusten y podamos visitar"
Tamara: "un bar".
Todos se ríen, no lo entiendo bien, es normal que haya bares, en España nos relacionamos mucho en ellos.
M.E.: "¿por qué os reís?, a mi me parece bien. Hmmm..."
Les miro con intención, no saben de qué va; sonrío con picardía mientras miro a un muchacho despistado y encantador y escribo en un folio (de sucio) algo que ellos no ven, lo giro sonriendo y digo en voz alta: "Bar Cristian", se ríen, comentan y yo lo cuelgo en una esquina del gimnasio, en las espalderas.
M.E.: "más sitios"
Los he pillado un poco fuera de onda así que agilizo inventándolos todos, suelo poner los mismos cambiando el nombre y adaptándolo a los alumnos que tocan. "Gimnasio Fabián", "Modas Irene", "Cines Gloria". Coloco  los carteles en las esquinas del gimnasio.
Les explico que deben estar sobre los bancos, que llaman a los taxis y cuando estos se paran se colocan detrás con las manos en los hombros y van al lugar solicitado. Permanecen allí unos 20 o 30 segundos y vuelven a subir a un banco para acudir a otro sitio; así hasta que hayan recorrido toda la ciudad dos veces.
M. E.: "Vale, ahora necesito tres taxistas, - se ofrecen varios más, pero elijo dos chicas y un muchacho encantador que seguro será mi nuevo número uno - muy bien nosotros salimos un momento y cuando volvamos empezamos el juego, ¿alguna duda?, ¿alguna aclaración?, ¿seguro?".
Hago un gesto con la cabeza y los taxistas salen conmigo, nos vamos al vestuario de las chicas que tiene más luz y ahí les doy varias consignas para que ellos sepan a quien pueden o no parar.
M.E.: "Laura, tú solo para a los que lleven las zapatillas blancas, los que las llevan de colores te han atracado varias veces y no quieres saber nada de ellos. Si te llaman pasas de largo, no des explicaciones, solo pasa y paras a los que las llevan blancas".
Sigo con las consignas, a Luis le pido que solo pare a los que llevan vaqueros negros, los azules o de otro color no valen y a Ana que pare a los que llevan el pelo largo.
Salimos y empieza el juego, suele haber varios alumnos a los que paran todos los taxistas, otros a los que solo dos, otros a los que uno y alguien a quien no para ningún taxi. Es muy curioso ver las reacciones de estos últimos, si son nerviosos suelen gritar a los taxistas, se bajan del banco aunque no les cojan, me miran, se enfadan,... en cambio los tranquilos miran, llaman, miran, observan, vuelven a llamar a los taxistas, al final se quedan en el banco observando a los demás o pasando de ellos.
Dejo que el juego se desarrolle un ratito para que sean conscientes de que pasan "cosas raras" y luego paro y nos sentamos para hablar. Colocamos los bancos en círculo y se colocan los ciudadanos en un lado y los taxistas, conmigo, en otro.
M.E.: "¿Qué ha pasado?"
David: "A mí no me ha parado ninguno"
Elena: "A mi todos".
Pedro: "A mí Laura y Luis"
M.E.: "y ¿por qué ha pasado eso?".
Julio: "Porque tú les has dicho que sea así".
M.E.: "¿Pensamos un poco más?".
Poco a poco les hago ver que tenían consignas, las adivinamos y luego les pregunto cómo se sintieron. No sabían qué pasaría, no entendían por qué unos recorrían la ciudad y otros no, unos en un taxi y otros en tres. Han sentido cosas, seguro y las expresan. Les paso una hojita con unas cuestiones que se responde en nada:

¿Te ha molestado que no se parara el taxi al llamarlo? (coloca una X en la respuesta elegida)
SI         NO
¿Cómo te has sentido?
sorprendid@
molest@
rabios@
desconcertad@
ignorad@
despreciad@
irritad@
enfadad@
indiferente
nervios@


¿Te hubieras sentido igual si hubieras conocido las consignas al empezar el juego?
SI         NO


Un muchacho a quien no paró ningún taxi me comenta: "de todo, me he sentido de todo, menos indiferente, de todo, es que no entendía nada".
M.E.: "De eso se trata, de que te des cuenta de que si no conoces las normas y nadie te ayuda ni te las explica se puede pasar muy mal. ¿Y vosotros? - ahora me dirijo a los taxistas".
Ana: "Yo me sentía incómoda, no podía parar a todos y no podía explicarlo, no estaba a gusto".
Todos coinciden, no siempre es así, pero esta vez todos se sintieron mal no parando a algún compañero o compañera.
M.E.: "Sabéis, una vez me contaba una niña que vino de Rumanía que al llegar al instituto hablaba poco español, y que un día llegó al aula después del recreo y no había nadie, la profesora de guardia que la vio allí perdida le preguntó qué clase le tocaba, contestó que tecnología y la profesora la acompañó al edificio H para que estuviera con todos. Al llegar la profesora se enfadó con la niña y ella lo vivió muy mal, esperaba que los compañeros la hubieran ayudado. ¿Creéis que esta historia tiene algo que ver con el juego de la ciudad y los taxistas?".
Les miro y sus expresiones confirman, luego comentan, pero de momento me basta con mirarles a la cara y saber que han comprendido en qué consistía el juego.

10 abril 2013

Eso ya lo he oído

Hemos tenido vacaciones, los maestros y profesores, por eso no escribí nada la semana pasada, pero este martes pasó algo curioso que quiero compartir.
Tengo clase de Atención Educativa con 2º B a última hora, y he decidido volver a trabajar contenidos de convivencia. Llego al aula y les pido que bajen las mochilas al gimnasio que hoy hacemos algo allí.
Ängel: "yo ya sé lo que es".
Es un comentario que me suele cansar; si, lo hice con otro grupo, lo han comentado, pero solo se enteran de la parte más anecdótica, así que rápidamente le pregunto.
M.E.: "¡ah!, ¿sabes también para que sirve?".
Me mira con cara de sorpresa y guarda un silencio delatador, en su cabeza veo un bocadillo, como en los dibujos, que dice "ni idea".
Estoy un poco cansada de escuchar frases del tipo "eso ya lo dimos el curso pasado", "eso ya lo hicimos el mes pasado", "a eso ya jugué en el cole", ...
Frases del tipo "me suena" son muy frecuentes entre mis alumnos, y es cierto, les suena, pero no saben a qué, cómo, para qué, dónde,... Solo les suena. Comprendo que es en gran medida contextual y cultural, todo es muy rápido, como los anuncios de la televisión, veinte imágenes en veinte segundos, incluso más. Los adolescentes están acostumbrados a que todo sea rápido, ágil, empiece y termine en un momento; si ya lo he visto, está viejo; si es del curso pasado, ya no sirve. Todo es demasiado efímero en la vida de nuestros jóvenes, fugaz, pasajero. 
En sí mismo es, como decía antes, una situación contextual y cultural que no tendría mayor trascendencia si no fuera porque los chicos aplican esta misma mentalidad a todo, si ya me he examinado me olvido, si lo hice el curso pasado por qué repetirlo en este. La vida pasa rozándoles, nada profundiza, nada cala, casi todo les resbala por la piel de forma rápida y efímera.
M.E.: "las actividades que os propongo tienen un sentido, un para qué, quiero que aprendáis cosas con ellas; no me sirve que sepas qué se hace si no sabes para qué". 
Enfatizo algunas palabras intentando que les llegue mi mensaje. Les observo, creo que están más predispuestos a colaborar así que les pido que bajemos.
Llegamos al gimnasio y mientras entro en el cuartito de profesoras para coger algunos materiales que necesito escucho un griterío, salgo y los veo tirados por las colchonetas, dándose empujones en el plinton, gritando. Les miro, se callan un poco, no del todo, pero siempre hay alguna chica que dice:
María: "cállate que se va a enfadar la María Eugenia".
Si, si, sé que la intención es buena, pero ese "la" me mata. A pesar del artículo le doy las gracias por colaborar y les miro mientras les pregunto:
M.E.: "¿recordáis para qué hemos bajado?".
Alex: "para jugar a no sé qué".
M.E.: "pues no, vamos a trabajar, a trabajar a través de juegos para aprender cómo se sienten otras personas en determinados momentos, ¿alguien sabe cómo se llama eso?".
Jose: "empatía".
M.E.: "muy bien, gracias Jose. Veréis, muchas veces tenemos malos entendidos por no haber dejado las cosas claras desde un principio, por no explicar cómo funciona algo. Pero no voy a contaros nada más, quiero que juguemos y luego seguimos con lo que os decía, ¿vale?".
Objetivo conseguido, ya he captado su atención y podemos realizar la actividad, pero no sé cuánto tiempo tendrán el aprendizaje en sus cabezas, deseo que no sea tan efímero como de costumbre y creo que la forma es repetir, pero me van a decir que ya lo conocen, que ya lo hicieron, ...

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...