25 septiembre 2012

Contradictorios y normales


Hoy he vuelto a mis sesiones de convivencia, tabajo bastante el tema de las emociones, les comento que si no hay emoción no hay conflicto. Me miran un poco escépticos, se que les choca esa información, les hago dudar y me gusta, si consigo "descolocarlos" abren más su mente, o mejor, la cierran menos.
Entonces les comento: “no se, a veces estoy en casa tirada en el sofá y mi hermano me dice que me quite, que le deje sitio, que también quiere ver la tele, y unos días le mando a la porra y otros le hago sitio y podemos estar los dos juntos sin problemas, ¿os ha pasado algo así?”.
  • No, yo siempre discuto con mi hermano.
  • A mí me pasa eso con mi hermana.
  • ¿Y eso qué tiene que ver con los problemas?
Esa pregunta me gusta, (alguien empieza a pensar), así que contraataco con otra “¿de qué depende que reacciones de una forma o de otra?”
  • No se.
  • ¿Seguro que no lo sabes?, no me lo creo”.
  • Pues no se, que un día estoy más tranquila y otro estoy fastidiada.
  • Exactamente, depende de tu estado de ánimo, o de lo que es lo mismo, DE TUS EMOCIONES”.
Hoy están poco participativos, creo que ha sucedido algo y tienen miedo a mostrarse vulnerables así que cambio de planes, no voy a pedirles participación directa que no la voy a encontrar, mejor les leo una historia inventada por mí sobre un chico que va por primera vez a la discoteca, describo la situación previa, lo que piensa, cómo se prepara la ropa, cuando se encuentra con los amigos, la primera impresión de la discoteca, cómo cambia el ambiente con el paso del rato, cómo conoce a una chica,..., y dejo huecos a lo largo de la historia, 11 para ser exactos, en los que ellos ponen nombre a las emociones, es divertido, les engancha. Con la historia no se sienten tan vulnerables, siempre se repite alguna emoción y eso les ayuda a comprender que es normal lo que sienten (al menos es frecuente), que no pasa nada porque nombren las emociones en voz alta.
Para hacer la puesta en común, coloco en la pizarra los números del 1 al 11, cada uno bajo el anterior; voy leyendo de nuevo la historia y les pregunto qué han escrito y coloco todas las palabras en la pizarra; comprobamos que cuando uno se siente alegre otro está nervioso, otro preocupado, feliz, inquieto, ansioso y así como 6 o 7 emociones diferentes. Uno de los momentos más divertidos es cuando les digo que elige bien la ropa y el peinado porque quiere sentirse …, contestan de todo: bien, a gusto, cool, sexy, guapo, especial, único, cómodo, feliz, espectacular; cuando coloco la última emoción me vuelvo y les pregunto “¿os parece normal?, ¿se puede sentir así?”, asienten, confirman y es entonces cuando vuelvo a preguntar. “y ¿todo a la vez?, ¿se puede sentir todo eso a la vez?”. Unos dudan un poco pero siempre hay alguna chica que rompe el fuego y dice con toda rotundidad que sí, que es lo normal, poco a poco se van sumando voces.
Entienden que podemos vivir muchas emociones a la vez, que además pueden ser contradictorias y que eso es normal, como les digo en broma: “los animales son sentidores sucesivos, nosotros sentidores simultáneos”. Eso es normal, pero nos puede sentar mal, nos sentimos contradictorios, estar aquí y allí a la vez no es cómodo, pero no lo olvidéis, es normal; ni bueno ni malo, solo normal. Asienten con la mirada, alguno incluso sonríe aliviado, me alegro por ellos. Se que esa "normalidad" les alivia, son adolescentes y si algo abunda en esa época son las contradicciones.
En días como éste en los que me cuesta que arranquen dudo seriamente de mi capacidad de comunicación, dudo siha sido adecuado haber tenido casi que empujarles para que participen un poco, para que comenten u opinen algo, pero al final me siento muy bien, al menos una parte del mensaje les ha llegado.

18 septiembre 2012

Ya están aquí


 Ya hemos empezado, hace una semana no lo teníamos tan claro, el ascensor sin terminar, el director pidiendo que, por lo menos, cerraran los huecos, que con ese peligro no podíamos tener a los alumnos enredando por los pasillos. El servidor estropeado, las listas, los grupos, la distribución de aulas,..., todo pendiente de que lo arreglaran en dos o tres días, lo reparan y decide que lo suyo no era una enfermedad puntual sino terminal; hay que comprar uno nuevo y tardan una semana en traerlo, el jefe de estudios se disculpa por un inicio de curso tan “rupestre”. A pesar de tener tanto en contra, hemos empezado.
Tenemos listas, horarios, distribución de aulas en los desdobles, el ascensor funcionará pronto y los huecos están cerrados, sorprendente, inesperado, pero, afortunadamente, casi todo marcha.
Pilar trabajando, como siempre, para mejorar los apuntes; es increíble pero lo ha conseguido de nuevo, ahora su formato es clarísimo, directo y muy didáctico. Creo que este curso vamos a conseguir que aprendan más y mejor.
Imposible no pasar por “el departamento de cafetería” y saludar a Rosa, me recibe con su sonrisa habitual, con novedades para picar y ganas de que la crisis no se note mucho. Conmigo lo tiene claro porque me encanta tomarme allí el café y charrar un poco con ella, con los compañeros o con alumnos.
Muchos chicos me preguntan por tal o cual profesor, “han cambiado muchos” me dice una chica de bachillerato, es normal, unos por traslado y los interinos, ya se sabe, de acá para allá, pero algunos han repetido después de varios años sin venir a Pedrola.
Me encanta ver a los alumnos que tuve en segundo ahora en cuarto, son divertidísimos, ya nos conocemos, jugamos, me hacen bromas, es un placer darles clases, ya veremos si siguen tan animados cuando empecemos a trabajar la resistencia y nos vayamos a correr por el canal.
También he conocido a muchos nuevos, dedicamos las dos primeras horas a comentarles cómo funcionan algunas cosas del centro, yo les hablo de metodología, no utilizamos cuadernos para reducir el peso de las mochilas, pero eso de llevar las hojas en fundas y todo en una carpeta de anillas les cuesta un poco, pesa mucho menos, pero requiere más cuidado por parte de ellos. Los exámenes solo con boli negro o azul, los colores son para otros momentos; hay que dejar márgenes, todos los profes tenemos en cuenta las normas de ortografía y les sancionamos,..., después les comento algo sobre convivencia (mi tema), les pongo el ppt sobre mediación y ahí termino. Como les asaltamos en las dos primeras horas están muy calladitos y atentos, o un poco dormidos, (prefiero no pensarlo mucho) y así conseguimos que les llegue el mensaje. La jefa de estudios les explica los temas disciplinarios. No suelo hablar tanto en mis clases y cuando termino lo agradezco, es muy gratificante, aunque también algo pesado. Estos mensajes los repetimos a lo largo de primer trimestre para que los asimilen bien.
Espero que traigan pronto el servidor y poder tener las fotografías de los alumnos, necesito memorizar sus nombres y para mí es difícil, las caras y su personalidad son fáciles, trabajo en la calle, los veo moverse y se cómo son, cómo se relacionan, si se frustran con facilidad o son constantes y disciplinados, si les gusta trabajar solos o se manejan bien en los grupos; incluso estando en clase, se les conoce por cómo se sientan, por sus gestos cuando les hablas, pero lo de recordar los nombres requiere un esfuerzo extra por mi parte. Tuve una compañera que al segundo día era capaz de repetir un 80% , ¡admirable!.
En fin, que hemos empezado y vamos a seguir con o sin servidor y ascensor porque lo más importante, los alumnos y alumnas, ya están aquí.


11 septiembre 2012

Casi empezamos

¡Qué poco falta!, ya tengo ganas, estos días son extraños, veo a los alumnos, a los que he tenido, a los que voy a tener en mis clases; hablo con ellos y les pregunto por las vacaciones, me miran con nostalgia, es evidente que no tienen muchas ganas de volver a clase. Me divierte que comenten mi corte de pelo, dicen que estoy más guapa, que me queda bien el nuevo color; están acostumbrados a verme cambiar de imagen y siempre comparten sus opiniones, me gusta.
Voy conociendo a los nuevos compañeros, algunos repiten, la mayoría no, me ofrezco de guía, al fin y al cabo soy "socia fundadora" y les puedo contar anécdotas mientras recorremos pasillos, aulas, pistas, talleres. Es un centro muy bonito con grandes zonas verdes y resulta atractivo pasear por él, bueno, en invierno cuando toca guardia de patio y sopla cierzo no pensamos lo mismo, pero ahora sí, está tranquilo y parece más grande sin chicos.
Sigo preparando los apuntes nuevos con Pilar, estamos empeñadas en cambiarlos y mejorarlos cada año y eso requiere tiempo, como ahora lo tenemos le vamos a dar un empujón y así el próximo curso será más fácil explicar la teoría.
El jueves nos dan los horarios, a ver si tengo suerte y puedo hacer rueda con las compañeras que viven cerca de casa, es un palo tener que coger el coche a diario con el precio que lleva la gasolina. Lo mejor de participar en una rueda son los viajes de vuelta, los comentarios, las anécdotas. A veces empezamos el viaje contando algo terrible, preguntamos ¿qué hubieras hecho en mi lugar?, ¿cómo puedo evitarlo la próxima vez?, nos desahogamos, hacemos bromas y cuando llegamos a Zaragoza se nos ha olvidado y estamos hablando del pesado "comeculos" que llevamos detrás o de lo bien que lo vamos a pasar por la tarde pues tenemos una cita con las amigas. Es como una terapia gratuita, viene bien hacer rueda. También es una gran oportunidad de conocer lo que ha pasado en la sala de profesores o en tal aula cuando estaba dando clase en el patio, nos ponemos al corriente de todo.
El viernes empiezan las presentaciones, el lunes veré quienes pertenecen a mi tutoría, 4º B, los conozco de 2º y me encanta ver cómo han cambiado, la mayoría de los chicos son más altos que yo, (lo que no es difícil), ellas tienen novio, se maquillan y arreglan para ir a clase; me apetece mucho ver su evolución, los veranos provocan cambios inesperados, he visto un alumno que ha crecido más de 10 centímetros y solo está en 3º, ¿cómo estará cuando lo vuelva a llevar en cuarto?.
Bueno, todo esto se resolverá en el próximo capítulo, ya tendré horario, grupos, tutoría y podré contarlo con  mayor conocimiento.
También me apetece volver a ver a Rosa, lleva la cafetería. Cuando organiza concursos me apunto como jurado para opinar, son tan divertidos, los de piropos han bajado un poco el nivel, se limitan a copiarlos de internet, eran mejores cuando los pensaban ellos. Cuando me tomo el cortado me cuenta unas anécdotas de lo más originales, a ella le quiero dedicar una hoja entera, pero espero un poco, que añada alguna nueva es mejor.

04 septiembre 2012

Ya es septiembre


 Ya es septiembre, ¡qué pereza volver a las rutinas!; lo que de verdad me fastidia es la rutina, con lo bien que se vive en el caos, sin horarios, sin más ritmos que los que te va pidiendo el cuerpo; en fin, es lo que toca.
Los primeros días tienen su lado bueno, me gusta volver a encontrarme con los compañeros, tomarnos ese primer café contando las vacaciones; rebuscar en esos papeles que dejé desordenados para ver si este año encuentro el momento y la motivación suficientes para organizarlos, que ocupen la mitad de espacio y, sobretodo, que pueda localizarlos con facilidad.
Saludar a los alumnos que preguntan si los exámenes van a ser muy complicados, escuchar sus quejas sobre “los septiembres”, esa nueva costumbre que les ha fastidiado el verano, que han tenido que pasar varias horas en casa con los libros, “¿y además estudiando?” les pregunto yo.
Me encanta volver a estar con Pilar, es un auténtico lujo trabajar con ella, colaborar, intercambiar impresiones, preparar nuevas clases, rehacer los apuntes, mejorar constantemente, intentar algo más, algo diferente para que los alumnos aprendan lo que deseamos transmitirles. Me siento muy afortunada por tenerla a mi lado en esta labor, no imagino trabajar tanto y tan bien con otra persona. Es un lujo que no seamos solo compañeras, que además seamos buenas amigas, amigas del alma y poder compartir confidencias, hacer bromas, tener iniciativas extravagantes y saber que ella va a estar ahí, aportándome su ánimo, su apoyo y su maravilloso sentido común. ¡Qué bueno poder trabajar con ella!.
Este año seré tutora y podré seguir experimentando con mi proyecto de convivencia, seguiré investigando y aprendiendo con mis alumnos, eso me motiva, me invita a superarme, a seguir intentando dar lo mejor de mí para sacar lo mejor de ellos.
También quedan las reuniones, las programaciones (menos mal que la nuestra la tenemos bastante currada y no hará falta modificar casi nada, me cuesta bastante hacer el papeleo, escribir informes, pero hay que hacerlo y se hace).
Dentro de poco vendrán también los nervios del principio, no consigo estar tranquila el primer día, a veces me preocupo, otras me alegro de mantener esa tensión y desear que todo funcione bien de entrada. El primer día que entro en clase, da igual que sea con alumnos nuevos o con los ya conocidos en cursos anteriores, estoy nerviosa, preocupada por entrar con buen pie, por ser capaz de transmitir bien mi mensaje, de “engancharles”, de darles un poco de seriedad y un poco de expectativas para que sientan curiosidad por saber qué haremos, cómo lo haremos, cómo conseguirán con mi ayuda superar los retos que les voy a plantear.
Hay que empezar a preparar las nuevas presentaciones en power point para que entiendan mejor las clases de teoría, esas que no les gustan nada de nada pero que son necesarias para que sepan realizar de forma óptima algunas habilidades, para desarrollar mejor el trabajo, para hacerlo más eficaz.
Bueno, empieza un nuevo curso y con el una nueva y excitante experiencia, otra oportunidad de crecer, de ser más y mejor yo misma como persona y como profesional. Espero salir bien parada, ganas no me faltan.

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...