24 octubre 2013

¿Huelga?

Este es el aspecto que tenían las aulas el martes por la mañana, medio vacías; hasta con algunas sillas sobre la mesa, nadie las había bajado, ¿para qué?
Pedí a los alumnos que se agruparan porque ya solo faltaba que estuvieran uno en cada esquina, accedieron sin problemas, se conocen, son sociables, ..., hasta por ahorro energético, que hay que gritar menos si estamos más juntos. Les pregunté si sabían por qué era la huelga, "si, por la ley esa de educación", "pues no ves que estamos aquí, nosotros no hacemos huelga", "que no han venido porque no han querido, que la huelga les da igual", al menos sinceros son.
Hablamos de algunas características, de modificaciones, pero enseguida comprendí que no estaban interesados en el tema y me preocupé. Si ellos no están interesados en lo que el futuro les ofrece o les niega, ¿qué podemos hacer?. Todos, perdón, casi todos llevan móvil (algunos carísimos, con precios que superan los 400€), tienen acceso a internet, ordenador en su habitación, play,... ¿hay algo más que pueda interesarles?. ¿Futuro?, ya llegará, ¿no?.
Me sorprendí, pero pronto me dí cuenta de que soy de una generación que no tenía más que un regalo en Reyes y otro el día del cumpleaños, mis parámetros no son aplicables a los de ellos. Es normal que el tipo de vida que hay ahora les haga mantener esa postura. Y también es lógico que yo esté cansada, después de más de veinte años de docencia, de que las leyes de educación dependan del miedo que tiene el partido político que en ese momento está en el poder a perder votos, en vez de estar enfocadas a conseguir una autentica educación de calidad. 
Si nuestros políticos son capaces de ponerse de acuerdo en reducir el número de médicos, de profesores, en no cambiar los números de diputados, senadores, altos cargos de libre designación (si, esos que van a dedo según quién gane las elecciones), en mantener los sueldos vitalicios, y en muchas otras cuestiones, no me creo que no sean capaces de sentarse y debatir unos principios que rijan la educación y lo que se espera que aprendan los niños, adolescentes y jóvenes.
Somos muchos los que estamos cansados de que los alumnos promocionen y titulen llenos de carencias, que una materia que está suspendida en primero, en segundo, en tercero y en cuarto de la ESO, si tienen la misma denominación cuente solo como un suspenso, que puedan pasar de curso con todas las materias suspendidas, que ... Que se miren más las estadísticas que el fondo de la cuestión.
Pero no nos engañemos, vivimos en una sociedad en la que las apariencias son lo más importante, y eso es una cuestión cultural, no depende de si el colegio es público, concertado o privado, está en el aire. Si a uno de mis alumnos les enseño un chico que lleva un Audi y otro que conduce un Ibiza, mirará y dirá:
Alumno: "¡jo, qué Audi!".
M.E.: "Si, pero el del Audi es un traficante de drogas y el del Ibiza tiene una carrera, un master y habla correctamente tres idiomas". Mi alumno volverá a mirarlos.
Alumno: "¡Jo, qué Audi tiene el traficante!".
Esto es una realidad, no importa la cultura, hoy no es un valor a tener en cuenta, lo importante es la apariencia, la imagen, la fachada y si eso no cambia, ni leyes de educación, ni huelgas.

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