Ya
hemos empezado, hace una semana no lo teníamos tan claro, el
ascensor sin terminar, el director pidiendo que, por lo menos,
cerraran los huecos, que con ese peligro no podíamos tener a los
alumnos enredando por los pasillos. El servidor estropeado, las
listas, los grupos, la distribución de aulas,..., todo pendiente de
que lo arreglaran en dos o tres días, lo reparan y decide que lo
suyo no era una enfermedad puntual sino terminal; hay que comprar uno
nuevo y tardan una semana en traerlo, el jefe de estudios se disculpa
por un inicio de curso tan “rupestre”. A pesar de tener tanto en
contra, hemos empezado.
Tenemos
listas, horarios, distribución de aulas en los desdobles, el
ascensor funcionará pronto y los huecos están cerrados,
sorprendente, inesperado, pero, afortunadamente, casi todo marcha.
Pilar
trabajando, como siempre, para mejorar los apuntes; es increíble
pero lo ha conseguido de nuevo, ahora su formato es clarísimo,
directo y muy didáctico. Creo que este curso vamos a conseguir que
aprendan más y mejor.
Imposible
no pasar por “el departamento de cafetería” y saludar a Rosa,
me recibe con su sonrisa habitual, con novedades para picar y ganas
de que la crisis no se note mucho. Conmigo lo tiene claro porque me
encanta tomarme allí el café y charrar un poco con ella, con los
compañeros o con alumnos.
Muchos
chicos me preguntan por tal o cual profesor, “han cambiado muchos”
me dice una chica de bachillerato, es normal, unos por traslado y los
interinos, ya se sabe, de acá para allá, pero algunos han repetido
después de varios años sin venir a Pedrola.
Me
encanta ver a los alumnos que tuve en segundo ahora en cuarto, son
divertidísimos, ya nos conocemos, jugamos, me hacen bromas, es un
placer darles clases, ya veremos si siguen tan animados cuando
empecemos a trabajar la resistencia y nos vayamos a correr por el
canal.
También
he conocido a muchos nuevos, dedicamos las dos primeras horas a
comentarles cómo funcionan algunas cosas del centro, yo les hablo de
metodología, no utilizamos cuadernos para reducir el peso de las
mochilas, pero eso de llevar las hojas en fundas y todo en una
carpeta de anillas les cuesta un poco, pesa mucho menos, pero
requiere más cuidado por parte de ellos. Los exámenes solo con boli
negro o azul, los colores son para otros momentos; hay que dejar
márgenes, todos los profes tenemos en cuenta las normas de
ortografía y les sancionamos,..., después les comento algo sobre
convivencia (mi tema), les pongo el ppt sobre mediación y ahí
termino. Como les asaltamos en las dos primeras horas están muy
calladitos y atentos, o un poco dormidos, (prefiero no pensarlo
mucho) y así conseguimos que les llegue el mensaje. La jefa de
estudios les explica los temas disciplinarios. No suelo hablar tanto
en mis clases y cuando termino lo agradezco, es muy gratificante,
aunque también algo pesado. Estos mensajes los repetimos a lo largo
de primer trimestre para que los asimilen bien.
Espero
que traigan pronto el servidor y poder tener las fotografías de los
alumnos, necesito memorizar sus nombres y para mí es difícil, las
caras y su personalidad son fáciles, trabajo en la calle, los veo
moverse y se cómo son, cómo se relacionan, si se frustran con
facilidad o son constantes y disciplinados, si les gusta trabajar
solos o se manejan bien en los grupos; incluso estando en clase, se
les conoce por cómo se sientan, por sus gestos cuando les hablas,
pero lo de recordar los nombres requiere un esfuerzo extra por mi
parte. Tuve una compañera que al segundo día era capaz de repetir
un 80% , ¡admirable!.
En
fin, que hemos empezado y vamos a seguir con o sin servidor y
ascensor porque lo más importante, los alumnos y alumnas, ya están
aquí.
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