15 mayo 2012

Además es imposible

Estamos en el cuartillo de ordenadores dentro de la sala de profes, como ha terminado el recreo vamos entrando y saliendo, los de guardia de patio, los que no tienen ahora clase, los que tienen guardia luego, … y todos se suman a la conversación que como versa sobre el baño de las chicas está más animada por las profesoras que por los profesores.

L. :
“Es que no puede ser. Todo el recreo pendiente del baño, no puede ser, les digo que salgan y vayan a Jefatura de Estudios y me dicen que por qué, ¡como si no lo supieran!, ¡pero si estaba saliendo humo del baño!, oye Mª Eugenia, tú que sabes más de esto, ¿qué se puede hacer?
M. E. :
Nada
L. :
¿Nada?, o sea que estas mocosas se nos pueden reír en las narices y ya está.
M. E. :
Mujer, depende de cómo te lo tomes – he aprendido a lo largo de mis años de profesión que hay situaciones en las que a veces se puede y se debe intervenir, que hay otras muchas en las que no se puede y algunas en las que no se debe intervenir, hay que aceptarlo.
L. :
¡Cómo me lo voy a tomar! – estaba realmente indignada, Laura es una profesora joven de FOL (formación y orientación laboral, se da en Ciclos Formativos), coincidimos en la guardia de los jueves, es muy cumplidora y responsable, por eso entiendo bien su rabia - ¡Pero es que están fumando en nuestras narices, que el baño está puerta con puerta con la sala de profesores!, ¿y me dices que no se puede hacer nada?
M. E. :
Me temo que no, cuando salió la ley que prohibía fumar en cualquier zona de los edificios públicos yo estaba en el equipo directivo y llamé a Sanidad, pregunté si se podía poner alguna sanción económica a los alumnos que estuvieran fumando y me dijeron que no, que para eso tenía que haber alguien que perteneciera a Sanidad y coger al alumno o alumna con el cigarrillo en la mano, que de no ser así no se podría multar; le pregunté si podríamos amenazar con multas y me contestó que nosotros veríamos, pero que no las podríamos aplicar.
L. :
Es increíble que nos tengamos que quedar de brazos cruzados.
E. :
Yo no pienso meterme en el baño a ver quién fuma y quién no - Elena es profesora de francés y ha llegado en mitad de la conversación.
C. :
Además, para eso tendríamos que estar con ellas – es Claudia, de lengua, también tenía guardia de patio.
M. E. :
Si, estar dentro del baño y que entrasen de una en una.
C. :
Mira solo nos faltaba eso
L. :
Es como el otro día, que me voy a una actividad en Zaragoza y me dice una alumna; “pero yo puedo fumar allí”. Le contesto que no, que es como estar en el instituto y me salta: “¿me vas a prohibir fumar en la calle, o qué?”, le digo que sí y me llama la madre al día siguiente comentándome que cómo le voy a prohibir a su hija fumar en la calle, que ya es mayor y que ella le deja. Tiene narices, no ha llamado a preguntar por los dos suspensos y sí para reclamarme que su hija fume.
C. :
¡Es increíble!
E. :
Hemos perdido el norte.
C. :
Así no se puede trabajar, estamos atados, por una parte los chicos, por otra los padres, es imposible.
L. :
María Eugenia, ¿de verdad me dices que no se puede hacer nada?
Me encojo de hombros, no es un gesto de resignación sino de aceptación de una realidad.
Me duele ver a mis compañeras llenas de impotencia y frustración, me duele sobre todo, porque las entiendo y comparto sus puntos de vista, pero los años me han hecho comprender que “lo que no se puede no se puede y además es imposible”, y si a una madre o a un padre le parece más importante que su hija o hijo fumen que el hecho de lograr una formación que les permita un mejor futuro profesional, pues es así y no se puede cambiar; todos tenemos prioridades y las de los padres de nuestros alumnos son, en muchas ocasiones, diferentes a las nuestras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...