15 mayo 2013

Rango, esa importancia

Hoy día de San Isidro labrador es fiesta en Pedrola y por eso me he permitido el lujo de "procastinar" un poco en mi blog.
Ayer estuve trabajando de nuevo actividades de convivencia con los alumnos, esta vez ayudada por Elena, una participante del curso sobre Justicia Restaurativa que se está impartiendo en la facultad de Derecho de Zaragoza, y en el que yo hablé sobre Mediación en Secundaria. Elena quiso hacer las prácticas conmigo y le ha tocado trabajar el tema del rango.
Entramos en el aula y tras las presentaciones oportunas preguntamos qué es "rango", una alumna nos comentó que "tener importancia", me encantó la palabra y empezamos a tirar de ahí.
Creo que ya he comentado el principio de esta actividad en otra entrada del blog, así que lo pasaré rápidamente. En la pizarra ponemos en un lado sociedad y en otro clase, y vamos proponiendo opciones que ellos colocan, por ejemplo:
Elena: "¿Qué es más importante en la sociedad ser hombre o mujer?
Alumn@s: "Hombre".
Lo escribimos en la pizarra.
Elena: "¿Ser famoso o tener mucha cultura?".
Alumn@s: "Ser famoso".
M.E.: "¿Ser muy inteligente o muy rico?".
Luis: "Es que si eres muy inteligente te puedes hacer muy rico".
Risas, comentarios varios,...
M.E.: "Ya, pero vamos a imaginar que esa persona se dedica a investigar y no a ganar mucho dinero".
Alumn@s: "Ser rico".
Así vamos desglosando valores y pasamos a la clase donde se repite la dinámica pero con otros aspectos como la fuerza, la habilidad, sacar mejores o peores notas, ser guapo o guapa, la ropa,...
En esta ocasión les cuesta reconducir su rango, les cuesta reconocerlo, les cuesta reconocer que hay personas con mayor rango que otras. No importa, vamos a hacer un juego y después seguiremos hablando.
Elena: "Vamos a hacer un viaje a un país llamado Rangolandia, en este país tienen más rango las personas que son más altas. Ahora os ponéis de pie y os colocáis ordenados por altura".
Los muchachos obedecen y les cuesta un poco, en realidad no es tan fácil, algunas personillas son muy iguales, pero acaban poniéndose de acuerdo y volvemos a intervenir.
Elena: "Perfecto, ahora todos sabéis quien tiene más rango (Luis) y quien tiene menos (Aarón), recordad que quienes tienen más pueden dar órdenes a quienes tienen menos, o no. Os voy a dar una orden, tenéis que subir las sillas encima de las mesas, ya".
En ese momento al pobre Aarón le señalan varias personas con el dedo y le mandan subir sillas, un poco de revuelo, mucho ruido, algún gesto de chulería y las sillas están sobre las mesas. Sin decirles nada se vuelven a colocar en orden.
M.E.: "Muy bien, ahora vamos a montar en una nave espacial que nos llevará a Rangolondia, y en este país lo importante es ser bajito, así que ahora las personas más altas son las de menos rango y las más bajitas las de mayor. Volved a bajar las sillas".
Lo mismo, gestos, órdenes y en un momento todo está de nuevo en su sitio. Les pedimos que se sienten y hablamos.
M.E.: "¿Alguien no ha dado ninguna orden?".
Ivan: "Yo, pero a mí me han mandado muchos". Iván está entre los más altos de la clase.
M.E.: "¿Era obligatorio dar órdenes?".
Los alumn@s se ríen, dicen que no, se miran, están un poco desconcertados. Decidimos trabajar dos aspectos, por una arte la forma en que se dan las órdenes y por otra el abuso del rango.
Elena: "Yo he visto a muchas personas dar órdenes de forma poco agradable, señalando con el dedo, haz esto" - Mira a los alumnos que se ríen y asienten, muchos se ven reflejados en ese momento - "¿hubierais mandado igual la segunda vez, si os hubieran pedido por favor que subierais las sillas?".
Les hacemos reflexionar sobre la importancia que tiene la forma en que se dan órdenes.
Miro a Aarón y le pregunto:
M.E.: "¿Cuántas sillas has subido?".
Aarón: "Siete".
M.E.: "¿Cuántas has mandado subir?".
Aarón: "Tres o cuatro".
M.E.: "¿De qué manera?".
Aarón; sonríe con cara de pícaro y confiesa sin pudor  "Bájala" , mientras reproduce un tono muy imperativo de voz y hace el gesto de señalar con el dedo.
Nos reímos y Elena insiste.
Elena: "¿Lo hubierais hecho igual si os lo hubieran pedido por favor?".
Aroa: "Yo creo que no, si nos lo hubieran pedido bien la segunda vez lo hubiéramos pedido mejor".
M.E.: "Os lo recuerdo, no era obligatorio mandar, pero lo habéis hecho y de forma descortés y poco agradable".
Lo reconocen, esta es la primera parte, ahora les haremos reflexionar sobre la importancia de conocer tu rango para hacer uso de él y no abusar, gracias a él, de los demás.

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