05 marzo 2013

Esos amores

Me asalta Sonia por el pasillo y me pregunta si estaré en el Aula de Convivencia en el segundo recreo, le digo que sí y me pide que la espere, que quiere hablar conmigo.
Desde el principio del pasillo veo a Sonia con dos amigas más esperándome, me acerco, les sonrío y comento: "tengo clase y no he podido llegar antes", abro la puerta y veo cómo invita a sus amigas a marcharse.
Nos sentamos, es una alumna de primero de ESO y solo la conozco porque se está formando para ser mediadora. No tengo claro qué desea, pero me gusta su decisión y la confianza que ha depositado en mí.
M.E.: "Dime".
Sonia: "Mis amigas saben de qué va, pero he preferido hablarlo a solas contigo" - Parece una alumna de 3º, directa, clara, educada. Me sorprende la facilidad con la que habla y plantea el problema - "es que hay un chico que me gusta y me ha pedido salir, pero nos vemos a escondidas, dice que no quiere que sus amigos sepan que sale conmigo".
Increíble, pero si es muy guapa, castaña con un pelo ondulado digno de un anuncio de champú, ojos verdes muy dulces y una sonrisa encantadora. Intuyo algo raro.
M.E.: "¿Por qué no?"
Sonia: "No sé, pero a mí me gusta, y lo veo raro".
M.E.: "Es raro, Sonia, es muy raro que no quiera que sepan que sales con él. ¿Qué piensas tu?".
Sonia: "No sé qué pensar, él me gusta, pero no me gusta estar así". 
Está claro que le duele, ella tampoco entiende por qué no hacerlo público, a los 13 años te apetece ir de la mano de tu chico, que te vean, que se sepa. Me queda clarísimo que ella está "loquita" por él, pero a pesar de todo ... Hay dudas, eso es bueno, voy a intentar indagar un poco más.
M.E.: "¿Cuánto tiempo lleváis así?".
Sonia: "Dos semanas".
Esa es la pista que yo quería, es poco tiempo, aun podemos dar marcha atrás sin que duela demasiado.
M.E.: "¿Dónde vais cuando salís?, si no os pueden ver".
Sonia: "Vamos donde él quiere, quedamos cuando sabemos que no nos van a ver".
M.E.: "Pero a ti no te gusta".
Sonia: "No" - lo dice con tristeza.
M.E.: "O sea que salís a escondidas porque él lo ha pedido así, vais donde él quiere porque así no os ven" - la miro, me mira, asiente con la cabeza y sus ojos, tan expresivos, se llenan de incertidumbre, como si hubiera entrado en un laberinto y no supiera cómo salir - "¿Y tu?, cuándo se hace lo que tu quieres?".
Sonia: "Hacemos lo que quiere él".
M.E.: "¿Y va a ser siempre así?, date cuenta de que estás empezando una relación y si ahora es todo como él quiere y a ti no te gusta, dentro de unos meses seguirá siendo igual y cada vez te resultará más difícil conseguir que también se hagan cosas que a ti te apetezcan, ¿lo habías pensado así?. Te lo digo porque veo muchas dudas en todos tus comentarios, está claro que ese chico te gusta, pero la relación no".
Sonia me mira con una extraña expresión, como si hubiera visto la salida del laberinto, casi sonríe.
M.E.: "Una relación es cosa de dos, si eso lo tienes claro, y creo que sí" - lo confirma con un gesto y su sonrisa - "debes decirle que o cambia o lo dejas, si estás dispuesta a dejarlo, claro. Piénsalo y si estás segura díselo la próxima vez que salgáis".
Sonia: "Si, se lo diré".
Como siempre suena el timbre y solo me da tiempo de pedirle que me cuente qué ha pasado, me asegura que lo hará.
Tres días más tarde Sonia aparece de nuevo en el Aula de Convivencia, entra sonriendo, la noto bien, segura, confiada; le sonrío y espero a que me cuente.
Sonia: "Hablé con él y lo hemos dejado"
M.E.: "¿Qué tal estás?".
Sonia: "Bien, resulta que había hecho una puesta con sus amigos para demostrar que podía salir conmigo, pero estaba saliendo con otra y le he dicho que lo dejamos, que así no quiero salir con él".
Demasiada información de golpe, necesito alguna aclaración, como veo que está muy bien me atrevo a bucear algo más en esa explicación.
M.E.: "A ver, te has enterado de que salía con otra, que era una apuesta, has hablado con él, ¿en qué orden ha pasado todo?".
Sonríe, se coloca el pelo y empieza a hablar como si yo fuera otra de sus amigas; el tono de voz, sus gestos, todo ha cambiado.
Sonia: "Le dije que no quería seguir así, que si no salíamos abiertamente lo dejaba, entonces él me ha dicho que era una apuesta y además que salía con otra y que no quería tener problemas con ella por mi culpa".
M.E.: "¿Por tu culpa?" - he saltado como accionada por un resorte - "será por la suya que hace apuestas con los amigos mientras sale con otra, ¿no?".
Sonia: "Eso le he dicho, que yo no quería problemas, que lo dejaba".
M.E.: "Has hecho muy bien, y me alegro de que sea ahora que llevabas poco tiempo y te dolerá menos dejarlo. Tu te mereces un chico que solo quiera salir contigo, que te valore y se quede embobado mirándote a los ojos. Creo que has hecho muy bien, eres muy valiente, encontrarás alguien de tu nivel y disfrutarás de verdad de una relación".
Sonríe, se siente valorada por mi, le ha gustado que reconociera su capacidad de dejar las cosas claras. Pero la que más se alegra soy yo, a los 13 años necesitas sentirte querida, aceptada, saber que gustas, que alguien se va a acercar a ti y te va a decir cosas bonitas porque las siente de verdad y, a veces, nos dejamos engañar y nos engañamos, y con el tiempo nos duele. Me alegro de que a Sonia no le haya pasado.

1 comentario:

  1. Y no solo a los 13 años sino siempre necesitamos a ese alguien que nos recuerde día a día que somos especiales :) porque aunque no nos lo parezca lo somos y no esta nada mal que te lo repitan cada día.

    ResponderEliminar

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...