15 febrero 2017

Me han dicho que dijo

Estamos Pilar y yo en el gimnasio y aparece una alumna de primero, yo no la conocía. Apareció con su melena rizada y se dirigió a Pilar para decirle que no quería acudir a la mediación.
La observé un momento, era menuda, estaba tensa y al mismo tiempo parecía muy vulnerable, su mirada suplicaba que le hiciéramos caso. Pilar intentaba convencerla de que participara en la mediación con poco éxito.
La pequeña hablaba de forma monótona, como conteniendo algo; no pude más, intervine y le pregunté por qué no quería acudir.
Aynhoa: No quiero verlos
M.E.: "¿Por qué?".
Aynhoa: "Porque han dicho muchas cosas y no son verdad".
M.E.: "Y ¿no quieres decírselo a ellos?".
Aynhoa: "No".
Tuve la intuición de que faltaba algo, su rigidez, su tono de voz, entonces le pregunté por sus emociones
M.E.: "Y ¿Cómo te has sentido?".
Aynhoa: "Mal".
M.E.: "Bien y mal no existen, ¿te has enfadado?".
Aynhoa: "Sí, mucho".
M.E.: "¿Cuánto?".
Aynhoa: "Mucho, mucho, no es verdad, yo no he dicho eso".
En ese momento sintió como un escalofrío que recorrió todo su cuerpecillo y se echó a llorar desesperada, descorazonada, vulnerable, impotente. La abracé y añadió: "y tengo mucho miedo".
Esa era la palabra que no se atrevía a pronunciar, "miedo". Al decirla liberó toda su tensión y pudo empezar a relajarse.
M.E.: "Es normal, cielo, cómo no vas a tenerlo, ellos son dos y van diciendo cosas de ti. Es normal, llora, desahógate, saca fuera todo el miedo y toda la rabia". 
Seguía abrazándola y acariciándola mientras sus lágrimas me mojaban la sudadera y no dejaba de temblar. Se fue calmando, la separé de mí y mirándola a los ojos le dije que no era necesario que viniera a la mediación, que yo iría por ella.
Le regalé dos pañuelos de papel, uno para ese momento y otro por si luego lo necesitaba.
Pedí a Pilar que me dejara acudir a la mediación y accedió encantada.
Subimos las escaleras rápido y nos esperaban los dos chicos "del lío" y dos mediadores.
Empezamos preguntando su versión, alegaron que les han dicho que ella (Aynhoa) dice que es novia de uno de ellos; el otro, Luis, se limita a ser un buen amigo y defenderlo de esa habladuría.
Pilar: "Y vosotros también le habéis dicho cosas a ella".
Luis: "No, bueno, algo si".
Pilar: "El otro día reconociste que le habías insultado en el autobús".
Luis: "¿Yo?, bueno si, no me acuerdo bien"
Mientras observo a Ángel, cómodo, relajado, como si no fuera con él la mediación.
M.E.: "¿Has escuchado a Aynhoa decir eso?"
Como duda en contestar le hago otra pregunta, si tardan en porque dudan.
M.E.: "¿Crees que así se va a resolver algo?, con esta actitud solo dais continuidad al problema, tú le insultas, ella te insulta, entramos en un círculo".
Mario, uno de los mediadores asiente con la cabeza y al ver que le miro le dice al muchacho que es así, que solo entras en una rueda y no sales nunca. Me encantó su aportación, Mario era muy tímido cuando le conocí en 2º de ESO, ahora es un muchacho alto, dulce, serio, muy guapo, ahora es mucho más de lo que yo imaginaba que sería, y me encanta disfrutar de su compañía.
M.E.: "La mediación es para romper eso, ¿quieres resolverlo o seguir insultando a Aynhoa?".
La mediación prosperó y ahora se ha relajado la tensión, pero no puedo evitar pensar en la gran cantidad de veces que tenemos una mediación por que alguien ha dicho que otro dice, estoy cansada de que den más valor al rumor que a la realidad. Yo siempre les pregunto, ¿pero tú le has escuchado decir eso?, si dudan está claro que no, pero da igual, se monta el lío.

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