10 abril 2014

Acoso y perdón

La Guardia Civil, lleva varios años ofertando unas charlas sobre temas que pueden interesar a los adolescentes, temas como peligros de internet, drogodependencias o acoso escolar. Jefatura de Estudios decide en qué nivel puede ser más interesante hablar de un tema u otro. El otro día tocaba la charla sobre acoso escolar que se imparte a primero de ESO.
Yo estaba en el aula de convivencia, con mis mediadores y al salir encontré a una alumna de 1º, Helena, que no dejaba de llorar, me acerqué a ella y me contó que le había impresionado mucho el vídeo que habían visto, que ella no se había dado cuenta de lo que sufría.
Lo cierto es que no entendí bien la situación hasta que una de las jefas de estudios me comentó que había acudido a la charla de la Guardia Civil y que le había hecho ver cosas de su vida y de sus relaciones de forma muy diferente.
Helena es una niña que no tiene buenas relaciones con sus compañeros de clase, en general sus amistades pasan de momentos de intenso amor y amistad a otros de odio visceral. Quizás ella piensa que eso es lo normal; a veces, los adultos podemos dar ejemplos de ese tipo y los niños los asumen como normales cuando en realidad no lo son.
Le ofrecí pañuelos, la abracé, se calmó un poco y pudimos hablar más. Me contó que se sentía mal porque el niño del vídeo sufría y llegaba a pensar que se merecía todo lo que le pasaba, pero que no era cierto, que no se lo merecía.
Comprendí que Helena había tomado conciencia de que sus compañeros la habían maltratado, que le habían hecho la vida más difícil de lo normal. Me impresionó cómo esa toma de conciencia le había ayudado a sacar fuera su dolor, había tristeza y dolor profundo, muy profundo. Tan profundo que la desbordó por completo al tiempo que lavaba heridas para que pudieran cerrarse.
La jefa de estudios y yo le hicimos ver que en ocasiones ella ha tenido actitudes inadecuadas, que ha intentado llamar la atención de sus compañeras de formas molestas y que eso ha contribuido a que le tratasen peor, que ella también debía cambiar cosas. 
Se calmó, agradeció nuestra presencia y apoyo y se fue a clase. Le propuse a la jefa de estudios una actividad para que la clase tomara conciencia de lo que pasaba y así aprovechar este momento para mejorar la relación entre todos, al menos para que también los chicos de la clase tomaran conciencia de lo que hacían y de las consecuencias que tenía. Quedamos en hacerlo el martes, en la hora de atención educativa yo tengo libre y podía.
El lunes me llamó la jefa de estudios y me comentó que ya no hacía falta mi intervención, que la clase había hecho un dibujo para Helena y todos los compañeros habían escrito una frase. Se lo regalaron, todos le dijeron algo y le pidieron perdón. Helena dijo que perdonaba a todos menos a una compañera con quien la relación había sido más complicada. Intervino su tutor y comentó que pedir perdón está bien, pero que comprendía que Helena necesitara más tiempo para perdonar a unos que a otros.
Realmente me sentí orgullosa de los alumnos, que por iniciativa propia pidieran perdón y se comprometieran a cambiar su actitud me pareció maravilloso. Su tutor escribió en el blog de clase unas preciosas palabras, terminaba diciendo "SOIS GRANDES", y yo solo quiero decir que estoy completamente de acuerdo.

1 comentario:

  1. La verdad es que estos niños han demostrado una madurez increible teniendo en cuenta la época en la que están. Me parece fantástico que hayan podido actuar así y disculparse ya que aunque no valga solo con eso porque las palabras se las lleva el viento, estoy segura de que es solo el comienzo de una nueva vida para la chica :)

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