16 noviembre 2014

Hoy va por ti

El otro día, en la reunión de tutores comentó el orientador que debíamos valorar la actividad "Te puede pasar a ti", que va sobre accidentes de tráfico, y en caso de aprobarla, decir cuándo la realizan. No pude evitar viajar en el tiempo. 
Recuerdo que un día llegaron los chicos alborotados porque un compañero suyo había tenido un accidente con la moto, que él se había hecho poco, pero que la novia estaba muy mal. Me preocupé por él, la chica estudiaba en Alagón y no sabíamos nada de ella. A los pocos días el chico se incorporó a las clases con la muñeca rota, en mi clase me ponía a su lado y hablábamos, nunca le pregunté directamente, pero intentaba conocer su estado de ánimo por las frases, el tono de voz, en fin, esas cosas inmateriales que se captan con la intuición. Solo sentía su preocupación, pero hablaba poco y yo no encontré el hueco para hacer una pregunta directa. Me limité a darle ejercicios para que recuperara su fuerza y movilidad.
Se empezó a hablar de su novia, tenía una lesión medular bastante alta, no podría volver a caminar. 
Pasó el curso, él se recuperó casi totalmente de su lesión y nos anunciaron que ella, tras un año en el hospital se incorporaba a nuestro centro. Empezaría 2º de ESO con varias asignaturas de 1º. 
Tuvimos que hacer adaptaciones en el centro, colocar un ascensor, pelearnos con el que ya había y que sigue dando problemillas.
Yo me asusté, no me sentía preparada para impartir clases a una alumna en silla de ruedas sin conocer bien sus limitaciones ni posibilidades. Además había cambiado de centro, no conocía a nadie o casi nadie; (supongo que lo hizo por romper con el pasado). Yo tenía miedo, no me importa decirlo abiertamente, miedo por mí y por ella, en aquél momento no lo reconocí tan abiertamente como ahora y proyectaba mis inseguridades en ella; pensaba que quizás ella no quería hacer educación física, que quizás no se adaptaría al centro, que quizás rompiera con el novio y lo pasaría fatal, que ... Mil cosas más, pero no eran "sus miedos", eran "los míos" y lo comprendí en un par de meses.
Si, solo necesitó 60 días para hacerme ver que ella estaba preparada para todo y para más. Decidida, abierta, autónoma, alegre, divertida, increíble, fantástica. La recuerdo cogiendo el stick y devolviéndome las pelotas que yo le enviaba, ayudándome a preparar las clases, contándome cosas, pidiéndome que la dejara ir a la biblioteca cuando hacía mucho frío, porque su mala circulación le hacía sentirlo más. Casi sin darme cuenta me olvidé de la mayor parte de sus limitaciones, solo veía sus capacidades, y reconozco que algunas con cristal de aumento.
En poco tiempo se creó una preciosa complicidad entre nosotras, y pasó de comentarios intrascendentes a enseñarme los regalos del día de San Valentín y a contarme cosas más personales. Yo también lo he hecho, le he comentado sentimientos míos que no he compartido con otras personas. Pero creo que nunca le he dado las gracias por entrar en mi vida y sacudirla como lo hizo, voy a aprovechar esta página para hacerlo ahora. 
Gracias, mi niña, por hacerme comprender que mis miedos son solo míos, que hay que vivir con fuerza y con ilusión, que debemos seguir compartiendo la sonrisa, sobretodo si es tan bonita como la tuya, que es bueno hacer alguna locura, salir de la norma, reírse a carcajadas por una tontada, en resumen vivir y disfrutar de cada momento.
El curso pasado me regaló un libro: "Cosas no aburridas para ser la mar de feliz"; me hizo un regalo, como si entrar en mi vida, sacudirla y enseñarme tanto no hubiera sido bastante.
Sabes perfectamente lo que pienso de ti, cuánto hemos disfrutado juntas, sabes que estoy ahí para lo que necesites, ahora y siempre. Gracias por ser como eres y compartirlo con los que estamos cerca.

2 comentarios:

  1. Es una gran chica, la verdad. Cuando la veía por los pasillos también tenía mis pensamientos y la miraba con cierta curiosidad. El año pasado me tocó en clase y en cierto modo tenía miedo por poder fastidiarla hablando de algunos temas o pudiendo hacer preguntas que realmente son inocentes, pero me demostró que puede con todo y más (yo no podría estar como ella después de lo ocurrido). Es una chica excelente, sabe tratar con las personas... Y en muchos aspectos tiene más capacidades que yo. En cierto modo la admiro. También tiene la suerte de haber tenido una profesora como tú, al igual que yo la tuve. Te involucras en los alumnos, los ayudas en lo que puedes... Me acuerdo una vez que perdí mucho peso en poco tiempo ya que me apunté a jota, y me preguntaste: "Ainhoa, has adelgazado mucho, ¿estás haciendo el tonto o...?". Me sorprendió porque ningún/ninguna profesor/a se había preocupado por mí en lo que es mi vida privada. Este año te echo de menos dándome clase, a veces pienso "jo, ojalá Cueva explicandome todo esto y ayudandome, sería mucho más fácil y si vagueara me diría: ¡venga petardilla!". En fin, resumo: grande persona es ella y grande persona eres tú. Un beso enoooooorme y un abrazo fuertíiiiiisimo.

    Ainhoa Diago Padilla

    P.D.: Haré una visitilla pronto y te contaré cómo me va en mi nuevo instituto. :)

    ResponderEliminar
  2. (Cueva no, ¡Cuca! El corrector del móvil...)

    ResponderEliminar

EL CONFLICTO - 5 La lucha de poder (globos)

Al hablar de conflicto con el alumnado les pongo un ejemplo:  Imaginad que llego a clase y le digo a mi amiga, "mira qué zapatillas más...